Literatura

El barco cargado de plata que perseguía a una gran pionera del feminismo

Ricard Ruiz Garzón rescata a la filósofa Mary Wollstonecraft en una historia que mezcla realidad y elementos fantásticos

Cuadro 'Els icebergs', de Frederic Edwin Church, pintado a mediados del siglo XIX
3 min
  • Ricard Ruiz Garzón
  • Nunca Más Libros
  • 192 páginas / 19,50 euros

Wollstonecraft. El principio es siempre hoy, de Ricard Ruiz Garzón (Barcelona, 1973), es la novela de aventuras, la biografía novelada, de una mujer excepcional de su tiempo y la recreación de leyendas escandinavas de carácter fantástico. En plena Revolución Francesa, concretamente en 1795, la escritora, filósofa y pionera del feminismo Mary Wollstonecraft (1759-1797) viajó a tierras escandinavas para encontrar un barco de contrabando cargado de plata propiedad del padre de su hija, el comerciante y diplomático Gilbert Imlay.

Este periplo real dos años antes de morir (la pobre mujer muere diez días después de parir a su hija) sirve a Ricard Ruiz Garzón para encaramar una historia, por un lado, fiel al mapa y al calendario y, por otro, un relato con colgantes malditos y monstruos demoníacos. En paralelo pone en marcha un dispositivo místico o sobrenatural basado en la aparición de personajes célebres como Mary W. Shelley (autora de Frankenstein o el joven Prometeo e hija de la protagonista), el abad Faria d'El conde de Montecristo, el pintor Henry Fuseli (amante de Mary W.) y, sobre todo, un ser de la mitología escandinava que parece ser el origen de todas las pesadillas: Madre (en inglés, pesadilla esnightmare, night-madre, porque es Madre el ama de la noche).

Wollstonecraft, figura incómoda

Hay que subrayar la ingente labor de investigación que Ricard Ruiz demuestra en Wollstonecraft, una novela muy bien documentada sobre el personaje, la época y los escenarios que trata, con cartas reales escritas por la protagonista de la historia. Mary Wollstonecraft es autora del ensayo Vindicación de los derechos de la mujer (1792), una obra que defiende los ideales de la Ilustración en contra del conservadurismo que promueve la desigualdad entre géneros. Wollstonecraft apunta que las mujeres no reciben la misma educación que los hombres y que por eso no tienen los mismos derechos y parecen inferiores. En resumen: una figura "incómoda" a la que la historia ha intentado silenciar, como tantas otras. Ruiz Garzón la saca del olvido y la hace protagonista de una novela de sororidad protagonizada por dos mujeres valientes e inteligentes que luchan juntas. Margueritte Fournée —Margie, la narradora, la protagonista real del bildungsroman— es una chica que se crió en el orfanato y que, después de vivir unas semanas escondida en un ático durante los momentos más duros de la Revolución Francesa, se convierte en la niñera de Fanny, la hija de un año de Mary Wollstonecraft. Tiene 17 años, queda fascinada con la escritora que la llevará a viajar primero por Inglaterra y después por Suecia, Noruega y Dinamarca. Pese a la ternura y la inocencia de la narradora-testigo, habría estado bien que, en algunos momentos, oyéramos la voz de la propia Mary Wollstonecraft para tener un punto de vista más íntimo y, en consecuencia, más psicológico.

Mezclando magistralmente la realidad y lo sobrenatural, Wollstonecraft es una novela juvenil en su sentido más didáctico. Algunos personajes son estereotipados hasta el exceso (la misma niñera, de tan torpe que es, frota la caricatura y, en consecuencia, lo inverosímil) ya otros les falta conexión con el lector contemporáneo. A pesar de estos detalles, la novela es un buen retrato de los demonios de las protagonistas y del machismo asfixiante de la sociedad de los últimos años del siglo XVIII. En paralelo, la novela de Ricard Ruiz Garzón deja muchas preguntas en el aire para que cada lector se las responda ante el final abierto del relato: ¿estamos ante el intento de una mujer por perdonarse? ¿Se trata de un manifiesto feminista? ¿Existe la voluntad de reinventar el yo? ¿O quizás lo que persigue es la voluntad de ser libre?

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