Crítica literaria

'Mary': la aventura de una mujer independiente

Mary Wollstonecraft imagina a una protagonista al estilo de Jane Eyre en una historia de sororidad

'Chica joven leyendo', cuadro de Otto Scholderer
11/03/2025
2 min
  • Hace falta Carré
  • Traducción de Esther Tallada
  • 224 páginas. 21,50 euros

Déjeme decir para empezar que es de agradecer la voluntad de la editorial Cal Carré de recuperar a la escritora inglesa Mary Wollstonecraft (1759-1797), luchadora por los derechos de las mujeres, letraherida de nivel y madre de Mary Shelley, a la que dotó de talento similar. Hace dos años publicó de ella María o el mundo contra las mujeres, donde denunciaba la opresión que vivían las mujeres encarnada en una que se atrevía a huir de su marido y era encerrada con cerradura y llave. Ahora ha traducido Mary. Una ficción, donde otra mujer huye, pero no hay quien la cierre porque se hace fuerte en la rebeldía.

En la Inglaterra del siglo XVIII, Mary es todavía muy tierna cuando le obligan a casarse con un chico que ni conoce y que, afortunadamente, decide pasar un tiempo largo en el extranjero sin ella. O se olvida de que está casado o, como a su esposa, el matrimonio le sobra. Mary aprovecha la ocasión para dar vueltas y se traslada a Lisboa en compañía de su amada amiga Ann, que está enferma y no durará mucho. Allí conoce a Henry, de quien en otras circunstancias se podría haber enamorado, porque tiene muchas de las cosas que a ella le gustan en un ser humano. Pero "aquel hombre no debía ser para ella".

La contraportada nos dice que Mary es una heroína al estilo de Jane Eyre y es verdad, porque a Jane Eyre no había quien le tosea y estaba dispuesta a sufrir lo que fuera para conservar su independencia. Así es como Mary, cuando a Lisboa ve que solo le quedan unas ochenta libras, exclama que trabajará, en un tiempo en el que las mujeres de buena familia nunca trabajaban: "Haré lo que sea necesario antes que vivir como una esclava". No, ella no ha nacido para doblarse a un dueño, ni mucho menos.

Una protagonista hecha a partir de sus carencias

De esta novela, que no es obra de Flaubert pero que se lee muy bien —al margen de retratar la condición femenina en sus sujeciones—, quiero destacar dos ingredientes. Por un lado, vemos cómo la protagonista se construye a partir de sus carencias, que es a menudo como las mujeres se han alentado ante realidades adversas: "Desatendida en todos los aspectos y abandonada en sus cavilaciones íntimas, inspeccionaba y sopesaba todo lo que le quedaba al alcance y así aprendió a pensar". De hecho, como le ocurrió a madame Bovary, Mary se aficiona también a leer novelas románticas. Por suerte, su castidad le impide sucumbir a las historias azucaradas. De lo contrario, la novela habría ido en otra dirección.

Y, por otra parte, quiero remarcar la relación de sororidad que las dos chicas establecen: "Los infortunios y la mala salud de Ann hicieron que Mary estableciera unos vínculos muy estrechos; deseaba tanto tener una casa para poderles acoger que aquel anhelo les echó. dictaban la amistad y la compasión, no veía la hora de hacer realidad su aspiración". También ha sido a menudo que las mujeres han disfrutado de la ayuda de otras mujeres para poder aliviar sus destinos dictados por el patriarcado. Lo sabía bien Wollstonecraft, que mantuvo estrechas relaciones de amistad femenina, entre las que destaca Fanny Blood, con quien viajó justamente a Lisboa cuando ésta sufría un mal embarazo. En ella se inspira claramente la figura de Ann.

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