Literatura

Una denuncia en la Barcelona gentrificada

Alba Gómez Gabriel debuta con 'Yo soy la última Plaza', una novela de argumento sólido, escrita en un estilo original y con un mensaje desgarrador

3 min
Plaza del Sol en el barrio de Gràcia
  • Alba Gómez Gabriel
  • Ediciones 62
  • 250 páginas / 20,90 euros

Después de una carrera profesional ligada al periodismo, y con la licenciatura en teoría de la literatura y literatura comparada bajo el brazo, Alba Gómez Gabriel (Sant Pere de Ribes, 1983) ganó el 44º premio BBVA Sant Joan con su primera novela,Yo soy la última Plaza. El libro, que en ningún caso parece una opera prima tanto por la solidez del argumento como por la crítica inherente en un tema de rabiosa actualidad o por el estilo original de una autora que parece que hace tiempo que va por el trozo, cuenta una historia ambientada en la plaza del Sol, en barrio de Gràcia, en el corazón de una Barcelona gentrificada y deshumanizada que expulsa a los vecinos y borra a las personas. El tema central es presentado a través de las diversas voces, miradas y vivencias de los personajes de la obra coral que, al fin y al cabo, es Yo soy la última Plaza, mosaico urbano con ecos teatrales.

Las dificultades para encontrar un lugar donde estar alguien dentro de una macrociudad como Barcelona, ​​un lugar donde poder arraigar dentro de la rueda del sistema y no quedar atrapado en los márgenes, van de la mano con las tribulaciones humanas para poder crear vínculos en un ambiente totalmente hostil. A partir de pequeñas historias cotidianas de vecinos ("muñecos tristes y acojonados") de la Finca Amarilla que viven en la plaza del Sol (un escenario de supervivencia y de crisis, de soledad, de miedo, de amor y de exclusión) , Alba Gómez quiere reflejar que, en el fondo, vivamos dentro o fuera del sistema, todos somos vulnerables porque todos tememos, deseamos, necesitamos y perdemos. Todos somos material sensible.

Mirar sin ser vista

Con La ventana indiscreta (1954) de Hitchcock como principal referente, Gómez enfoca su discurso en el personaje de Bel, una chica que conoce todos los detalles de la plaza y la observa con prismáticos desde la habitación de un hotel a medio construir , tras ser desahuciada de la Finca Amarilla. Voyeurismo, curiosidad humana, la sociedad vista como un espectáculo y el tema de la invasión de la privacidad desde un espacio-microcosmos que permite que el lector construya el rompecabezas. Como Hitchcock, la autora explora cómo el acto de mirar sin ser visto puede ser tan inofensivo como perturbador, planteando cuestiones éticas sobre la observación y el juicio. Para Bel, la plaza del Sol es su casa, y por eso también espía a los vecinos que aún viven en la Finca Groga: Fina (propietaria del edificio), Ramon (un catedrático a punto de jubilarse) , Andreu y Valèria (una pareja que pasa un momento difícil) y Abril (una joven con ganas de experimentar que carga el lastre de la familia). Una mañana, un inquilino nuevo y misterioso se instala en el banco de la Plaza. Bel le ha clisado desde la ventana del hotel. ¿Por qué ha venido aquí y por qué pasa la noche en la azotea de la Finca Groga? El misterio está servido.

Con la voluntad de humanizar lo que la ciudad deshumaniza, Alba Gómez habla de la pérdida de genuinidad en un espacio donde, en teoría, todo el mundo debería sentirse como en casa. Estructurada en tres partes de extensión muy desigual, el libro comienza cada parte con un capítulo suelto y en cursiva narrado en boca de la misma plaza del Sol, que se define como "Mágica. Mítica. Emblemática. Auténtica. Modélica. Una joya . Pura vida" pero en paralelo "llena de borrachos. Y de peleas." En la primera parte, la más larga, también en primera persona, Bel (adicta a los "cigarrillos-de los buenos") emprende su espionaje hacia alguien que pisa "mi Plaza por primera vez". Ella le llama Nuevo o Home-Pou, y se le acumulan las preguntas y las reflexiones: "Aquí el tiempo es gelatina". Los monólogos interiores de la Bel tienen un catalán actual con anglicismos, muy fluido y al mismo tiempo con metáforas y reflexiones profundas de alto nivel filosófico.

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