Josep Maria Llompart: el hombre, el poeta y el icono cívico
En 'Mientras me reste una brizna de aliento', Pilar Arnau y Segarra despliega la biografía de uno de los escritores más importantes de la literatura catalana de Mallorca
- Pilar Arnau y Segarra
- Quid Pro Quo Ediciones
- 336 páginas / 24 euros
Los grandes personajes hacen la historia, pero la historia también hace a los grandes personajes. Josep Maria Llompart de la Peña (Palma, 1925-1993), descendiente por parte de padre de una familia mallorquina castellanizada y por parte de madre de ascendencia castellana y andaluza, y de tradición militar, fue criado y educado por ser un hombre de orden, franquista y castellanista. Al final terminó siendo –por una mezcla de revuelta personal, de conocimientos oportunos y de circunstancias históricas extremas– uno de los escritores más importantes de la literatura catalana de Mallorca y el principal icono cívico-político del mallorquinismo de izquierdas de la segunda mitad del siglo XX.
Esta evolución tan imprevisible y ejemplar es la que intenta desentrañarse y explicar la investigadora Pilar Arnau i Segarra en su biografía, Mientras me reste una brizna de aliento. Josep Maria Llompart de la Peña: un hombre polifacético al servicio del país, un hito en la conmemoración del centenario del nacimiento del escritor, que se celebra este año. Tal y como reconoce la autora, la suya es una biografía eminentemente "divulgativa". Esto significa que sobre todo inventaría hechos y expone datos, que narra poco –se detallan pocas anécdotas, y no se cuentan sino que se apuntan– y que no especula nada. Es una biografía que sobre todo es útil y valiosa porque ofrece mucha información, porque destila y ordena la abundante bibliografía existente, porque recoge testimonios de amigos y colegas que trataron a Llompart de cerca, y porque articula numerosas declaraciones del biografiado sobre su vida y obra.
Estructurada no de una manera lineal y narrativa sino más bien por temas, por facetas y por épocas –según el caso–, la biografía da una imagen de conjunto bastante completa tanto de Llompart como del período histórico que le tocó vivir, aunque a momentos el lector quizá eche de menos una exploración íntima y psicológica más profunda e histórico-político. Pilar Arnau tiene el mérito, en todo caso, de no dejar de lado ningún aspecto ni de la trayectoria vital ni de la polivalencia intelectual lompartianas.
De niño castellanizado y educado para entrar a formar parte del sistema, como abogado o notario, a estudioso, promotor, difusor y modernizador de la literatura catalana; de niño acomodado y sobreprotegido a figura de referencia comprometida con las causas de la democracia, de los Països Catalans, de la justicia social y del ecologismo: la trayectoria de Llompart no podría ser más vertiginosa.
Pilar Arnau toca, en mayor o menor detalle, todas las cuestiones: padres y entorno familiar; las conexiones entre vida y literatura (algunos de los mejores poemas de Llompart son de tipo autobiográfico); las relaciones más trascendentales, por ejemplo con Miquel Llodrà, el amigo de adolescencia que le descubre la cultura catalana, con Manuel Sanchis Guarner, o con quien acabará siendo su esposa, Encarna Viñas, de familia de republicanos represaliados; los trabajos dentro del mundo literario y cultural (en la revista Papeles de Son Armadans con Camilo José Cela y en la Editorial Moll con Francesc de Borja Moll); la labor como historiador y crítico de la literatura catalana y, en paralelo, la vocación poética como creador y traductor; la militancia antifranquista y catalanista; la asunción de responsabilidades institucionales como presidente de la Obra Cultural Balear y de la AELC; los premios y los homenajes...
El retrato que sale de todo es el de un hombre generoso y valiente que hizo una obra literaria notable y que, por méritos propios y por las particularidades del contexto, acabó adquiriendo una dimensión pública excepcional.