Literatura

Lola Olufemi: "Queremos abolir a la familia para que el amor sea mejor"

Escritora. Publica 'Experimentos para imaginar de otro modo'

Lola Olufemi, durante su última visita a Barcelona
11/06/2025
3 min

BarcelonaAún no ha cumplido los 30, pero Lola Olufemi (Londres, 1996) hace años que es todo un referente sobre feminismo, racismo, género y anticapitalismo. Sus dos libros han llegado en catalán gracias a la editorial Raig Verd ya la traductora Josefina Caball. El primero, Feminismo interrumpido (2023), quiere ser una advertencia del peligro de que el feminismo se convierta en mercancía y reclama que es "un arma para luchar contra la injusticia". El segundo, Experimentos para imaginar de otro modo (2025), desmenuza la forma tradicional del ensayo para devolver el significado a palabras como futuro y revolución y por reivindicar "poder ser y vivir diferente".

Tu definición de feminismo ha traído dolores de cabeza.

— Con demasiada frecuencia se ha asociado el feminismo a las mujeres ya la lucha por su liberación. Pienso que, más bien, debería ser un marco analítico desde el que tratar de entender los efectos del capitalismo, la raza y el género. El objetivo del proyecto político del feminismo es la liberación de todos nosotros.

En Feminismo interrumpido explicas que entraste en contacto con el feminismo cuando eras adolescente. ¿Cómo fue?

— Llegué a través de teóricas feministas negras como Claudia Jones y Gail Lewis. También a través de colectivos como la Brixton Black Women's Group y la Organización de Women of African and Asian Descent, ambas muy activas en la década de los 70 y los 80. Los colectivos son tanto o más importantes que las figuras individuales, a la hora de estudiar el feminismo: muchos de los nombres de sus integrantes. Lo mismo ocurre con las voces que se levantaron contra la esclavitud, las que participaron en huelgas generales o en luchas sindicales. Nadie las recuerda, pero su papel ha sido crucial.

Como en tantos otros campos, existe un canon feminista contra el que te has enfrentado.

— Muchas voces han sido excluidas de narrativas más tradicionales del feminismo que nos han llegado, sobre todo, a través de la academia.

En algunas ocasiones has rechazado participar en festivales y conferencias por su posicionamiento contra las personas trans, ¿verdad?

— El feminismo TERF ha sido uno de mis caballos de batalla.

En el libro menciones unas palabras de Claudia Jones que hacen referencia a la triple opresión que viven las mujeres negras en cuestión de raza, género y clase. Habiendo crecido en Londres de principios del siglo XXI, ¿cómo la has sufrido esta triple opresión?

— La triple opresión no tiene tanto que ver, en mi caso, con haber nacido como mujer negra, como el camino que he tomado para entender el mundo desde mi condición de mujer y negra. Está atravesada por el hecho de vivir en una sociedad capitalista, imperialista y que excluye a los migrantes.

Tu propuesta es no conformarse con lo que tenemos y protestar hasta el extremo necesario. Hay que enmarcar estas palabras en un contexto político y social en el que la extrema derecha va ganando espacios año tras año.

— Cuando escribí Feminismo interrumpido en inglés tenía 23 años. Mi intención era escribir una guía para introducir conceptos de política y feminismo radicales a los jóvenes. reivindicación del retorno de la mujer al hogar, por ejemplo. Y en cuestiones de expandir la idea de feminidad y la condición. queer también se ha ido atrás: la transfobia ha crecido. En Reino Unido se pretende regular la reproducción hacia la visión más tradicional. Para tener un hijo es necesario un hombre y una mujer, el binarismo no se puede romper, y tampoco los vínculos directos de sangre.

En tus dos ensayos defiendes la idea de familia como una elección, y no como imposición biológica. ¿Por qué?

— La familia nuclear contribuye a reproducir la explotación. Dentro de la familia, las mujeres se encuentran en un rol de subordinación, lo que hace posible que ese mismo rol se dé en un marco laboral. La familia es incapaz de satisfacer plenamente los cuidados. Existe también la cuestión de la jerarquía entre padres e hijos: la familia impide que estas relaciones se desarrollen de forma saludable. Y otra importante, la violencia sexual: si eres una mujer, es mucho más fácil sufrir abusos por parte de un familiar que de un desconocido.

Hablas de la familia como una institución represora.

— Si no sigues las normas que te impone la familia, te conviertes en un proscrito. Cuando hablamos de abolir la familia nos referimos a acabar con las relaciones desiguales que se dan a ella. Queremos abolir la familia para que el amor sea mejor.

¿Cómo definirías el amor?

— El amor es amar y cuidar a alguien, pero también luchar por su autonomía en un mundo ahogado por el capital. Una forma más radical de afrontar los cuidados es ir más allá de las relaciones interpersonales y pensar en las estructuras que las determinan. Garantizar un lugar donde vivir y garantizar el acceso a la sanidad ya la educación también tiene que ver con el amor, porque nos aleja de sufrir injusticias de todo tipo.

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