Sant Jordi: el hedonismo tiene sentido
Barcelona¿Tiene sentido una vida con el único objetivo de vivir bien? ¿Hay bastante con el hedonismo? ¿Sin un propósito hondo pueden durar, las cosas? La obscena promesa de Trump de convertir la Franja de Gaza, arrasada por la maquinaria genocida israelita, en una Riviera es el máximo exponente de una clase dirigente mundial que ha perdido el norte, el sentido. La versión optimista es que tanta frivolidad le hará perder el poder más temprano que tarde. ¿Sin un propósito de verdad pueden durar, las cosas?
Nos pasamos siglos combatiendo la religión por ser libres. Ahora que nos hemos quedado sin religión –y sin un Papa social–, echamos de menos alguna cosa auténtica, de verdad. Nos pasamos un par de siglos soñando un paraíso en la Tierra, y después de sucesivos fracasos ideológicos de las atopías, hemos quedado huérfanos de ilusiones, de horizontes. El hedonismo libresco y floral de Sant Jordi no es ni una religión ni una utopía política, pero tampoco es una frivolidad. Tiene un sentido, un propósito: libros para leer y hacernos libres, rosas para amarnos y hacernos amar.