La Semana

Una Semana "para contrarrestar el colonialismo lingüístico"

El filósofo Pere Lluís Font inicia la Semana, donde hay debates candentes como el catalán y la diversidad editorial

BarcelonaParadas en un tenderete de la Semana del Libro en Catalán descubro, por alegría mutua, a mis profesoras de lengua y literatura de secundaria. Están conversando con el escritor Oriol Molas, otro exalumno. "Venimos cada año. A las diez de la mañana estamos aquí, somos las primeras –me confiesan divertidas, y eso que bajan desde Torelló (Osona)–. Ya tenemos seleccionadas las paradas y editores que queremos ver". Van cargadas de libros. Qué suerte que tuve, pienso yo, al verlas igual de apasionadas por la literatura que cuando nos daban clase. Se acaban de jubilar después de más de cuarenta años de ejercicio en el Colegio Sant Miquel dels Sants, de Vic. Son un pozo de experiencia. Decidme la verdad, ¿estamos tan mal?

"La lectura en casa ha descendido en picado", confirma Carme Codina. Ellas habían mantenido el listón de lecturas (citan Kafka, Don Quijote, Otelo, El violín de Auschwitz, los griegos) pero habían dejado de hacer exámenes porque los alumnos "son capaces de hacértelo perfectamente habiendo leído resúmenes en internet", dice Codina. "La IA y el mundo digital han hecho mucho daño a la lectura, porque son dos ritmos diferentes. El cerebro se adapta a la aceleración digital y, en cambio, para leer se necesita calma. Tienes que hacerles leer en el aula y darles un tiempo de pausa. Cuando en clase se hace el silencio, eso es oro. leer bien –explica Silvia Caballeria–. Podía estar un trimestre con elOdiseapero más vale poco y bien. Así acabas consiguiendo un pequeño grupo lector". Después de cuarenta años, efectivamente, somos muchos lectores.

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Lengua minorizada, pero en Guadalajara

"Somos, en buena medida, lo que hemos leído. Y claro, cuanto más leemos en catalán, más natural lo encontraremos", afirmaba desde el acto inaugural un sabio como el filósofo Pere Lluís Font. El último Premio de Honor de las Letras Catalanas, con 91 años, ha reivindicado la Semana como un espacio necesario para "contrarrestar el colonialismo lingüístico" en un momento de "claro retroceso del uso social del catalán".

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"El universal humano sólo se da en el singular de cada lengua. Ibsen y sus gentes son tan noruegos, con tanta fuerza, que por eso son tan europeos y tan humanos –reflexionaba–. Las dimensiones limitadas de nuestra lengua no son obstáculo, porque no hay lenguas pequeñas, sino han limitado de la danza. Kierkegaard". Lluís ha reivindicado el libro en papel, la necesidad de seguir traduciendo a los clásicos en catalán (como él ha traducido a Descartes, Pascal, Montaigne, Spinoza, Kant, etc.) y que la universidad publique ordinariamente en catalán.

"Leer en catalán es un acto de libertad y escribir en catalán es un acto de generosidad y resistencia", afirmaba Ilya Pérdigo, el presidente de los editores catalanes, que ha defendido el catalán como "lengua de país y lengua universal de creación" pensando en la participación de Barcelona en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. Pérdigo ha reivindicado que el catalán sea "lengua vehicular en la educación" para garantizar la vitalidad de nuestra cultura y ha pedido a la Generalitat que haya presupuestos y que, por fin, Cultura alcance el 2% para destinar recursos a "hacer crecer a los lectores". "Debemos crear nuevos hablantes como antesala para crear nuevos lectores", apuntaba el consejero de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila. Afirmó que hay 100.000 personas inscritas en cursos de catalán, 50.000 personas al año que son nuevos conocedores de la lengua y cada año se suman 25.000 nuevos hablantes efectivos del catalán.

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¿De qué se habla en el bar

Todos los debates culturales confluirán, en los próximos ocho días, en el paseo Lluís Companys, donde se concentran 256 sellos en catalán agrupados en 94 casitas de la Semana. El sector editorial catalán vende optimismo (en 2024 anunciaron el mejor año en ventas de la historia) pero la suerte va por barrios. El elefante en la habitación es el catalán y la dificultad de superar –quizás la buena noticia es que mantiene– el tercio de lectores que leen habitualmente en catalán. El descenso de la comprensión lectora entre los niños y el abandono del catalán entre los jóvenes que pasan a la novela de fantasía en castellano es otro tema candente. "La edición que va bien es la edición en castellano –sentencia la editora de Eumo, Montse Ayatsþ. En catalán, el mercado sigue siendo el mismo. Debemos mantener la producción pero debemos concentrarnos en crear y buscar nuevos lectores. Es fundamental que los libros vuelvan a las escuelas. Ante el déficit de comprensión y de la dispersión digital, tenemos unos.

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La concentración empresarial es el otro trending topic del bar de la Semana. "Yo creo que la operación de venta de Periscopio en el Grupo 62 es una anécdota y no un síntoma", dice Eugenia Broggi, de L'Otra, que rechaza los discursos eufóricos y los catastrofistas. Una consecuencia de este fenómeno es que los sellos independientes sufren la dificultad de acceso a los lectores, ante la producción arrolladora sobre todo de las grandes editoriales. Faltan. te ve, te compra", apunta Ayats. Joan Carles Girbés, ex editor de Sembra y editor de Ara Llibres recuerda que "las editoriales independientes nacieron cuando también nacían nuevas librerías independientes y se agombaban; ahora estamos en otro estadio –reflexiona–. También es más difícil crear comunidad en X, que en cierto momento sirvió para llegar a los lectores sin filtros y se ha perdido como espacio constructivo, es un reducto de acritud".

La Semana es todo lo contrario. "Somos un sector bastante bien avenido y la Semana hace de aglutinador. Incluso si hay tensión porque un ropa un autor al otro, esto es tan pequeño que o nos entendemos o mal", dice Broggi. La Semana, efectivamente, es una burbuja feliz porque a todo el mundo le va bien y todo el mundo habla y lee en catalán. Al mismo tiempo hablan Vicenç Villatoro, Emma Vilarasau, Montse Barderi y Os de la Institución de las Letras Catalanas, Eduard Escoffet, y la comisionada de lengua, Marta Salicrú, firma Jordi Nopca. Y, por tanto, todo depende de tu traza de haber elegido un título o de tu gracia de venderlo –celebra Miquel Adam, de La Segunda Periferia–. E incluso iguala los títulos que son un éxito y los libros que el mercado ha rechazado, que pueden tener una segunda oportunidad". La recolocación temporal entre la Diada y la Mercè y la ubicación en un eje de paso como la avenida Lluís Companys se confirma como un acierto. Buena semana a todos.

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