Obituario

Siri Hustvedt lamenta que los medios le "robaran la dignidad" de anunciar la muerte de su marido, Paul Auster

La escritora explica cómo murió el autor, en su biblioteca, después de que la quimioterapia no funcionara

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Siri Hustvedt con Paul Auster en una foto de Instagram.

Barcelona"Era ingenua, pero me había imaginado que yo sería la persona que anunciaría la muerte de mi marido, Paul Auster", escribe Siri Hustvedt en Instagram. La viuda de Auster, con la que llevaba casada 42 años, explica que el martes su marido murió en su domicilio de Brooklyn, "en una habitación que amaba, la biblioteca, una habitación con libros en todas las estanterías del suelo en el techo". "Murió con nosotros, su familia, a su alrededor", continúa.

Hustvedt lamenta que los medios de comunicación le "robaron la dignidad" de ser ella misma quien pudiera dar la noticia. "No sé toda la historia de cómo ocurrió, pero sé esto: está mal". "Incluso antes de que se llevaran el cuerpo de mi marido de su casa, la noticia de su muerte ya circulaba por los medios y habían publicado obituarios", critica. Paul Auster, uno de los grandes autores estadounidenses contemporáneos, murió a las 6.58 h de la tarde (miércoles, en hora catalana) a causa de un cáncer de pulmón a los 77 años.

La autora, de 69 años, explica que para la familia, su hija Sophie, su yerno Spencer y las hermanas de la autora, fue un trance: "Ninguno de nosotros pudo llamar o enviar un correo electrónico a sus seres queridos antes de que empezaran los gritos online. Nos robaron esta dignidad", explica la autora deLo que amé, que en los últimos meses ha revelado algunos detalles de cómo es vivir en Cancerland, como llamaba el nuevo mundo con la enfermedad. De hecho, fue ella quien anunció que el autor sufría esta enfermedad en Instagram. Él siguió escribiendo incluso durante el tratamiento: su última novela es Baumgartner.

"No olvidemos que detrás de los inventos tecnológicos y las redes sociales hay humanos, que los defectos son nuestros, no de las máquinas, que sólo simplifican el trabajo. Una máquina no llama la noticia de la muerte de Paul antes que yo o nuestra hija hayamos dicho ni una palabra al respecto. Una persona, una persona hizo esto", señala.

El final de la enfermedad

Hustvedt explica en Instagram que, después de que fallaran los tratamientos, el oncólogo le ofreció al autor de Trilogía de Nueva York quimioterapia paliativa, pero lo rechazó y pidió ser tratado en casa. "Paul ya tenía bastante. Pero nunca, ni con palabras ni con gestos, dio muestras de autocompasión. Su coraje estoico y su humor hasta el final de su vida me quedan como un ejemplo. Dijo varias veces que le gustaría morir contando un chiste. Le dije que era poco probable, y sonrió".

La autora norteamericana explica que el último escrito de Auster, que no tenía ordenador y escribía a mano y en una máquina Olympia, eran unas cartas que escribía en su nieto Miles (nacido este enero) con mucho de esfuerzo por los temblores que le causaba el tratamiento. Una asistente se lo picó a máquina. "Él quería que éste fuera su último libro", un manuscrito no muy largo. "Con esta carta terminó su vida de escritor", concluye Siri Hustvedt.

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