Muere Paul Auster, gigante de la literatura estadounidense
El autor de 'Trilogía de Nueva York' y 'Leviatan' ha fallecido a los 77 años de un cáncer
BarcelonaEl escritor estadounidense Paul Auster ha muerto a sus 77 años en su casa a causa del cáncer de pulmones que le diagnosticaron en el 2022. A lo largo de una trayectoria de cinco décadas, Auster se convirtió en uno de los autores más importantes y celebrados de la literatura estadounidense. Su obra tocó casi todos los géneros y cultivó una voz narrativa distintiva y juguetona que hipnotiza al lector y hace avanzar la trama sin descanso.
En novelas como Trilogía de Nueva York (1987), El palacio de la luna (1989) y La música del azar (1990) jugó con los temas del destino y la coincidencia, pero también publicó libros de poesía, memorias, guiones cinematográficos y volúmenes de correspondencia. En el fondo de su literatura, sin embargo, late siempre una búsqueda existencialista de la identidad, una mirada curiosa y desconcertada por la experiencia de vivir. Su última novela,Baumgartner, la terminó de escribir durante el tratamiento contra el cáncer y se ha situado entre las más vendidas este Sant Jordi.
Auster no fue autor de uno o dos grandes libros, sino de una obra extensa y cambiante, que fue mutando y reinventándose a lo largo de una carrera aclamada que mereció distinciones como la de caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia o el premio Princesa de Asturias de las letras. Pero el mayor reconocimiento fue el de los lectores, con los que mantuvo una relación íntima e intensa, como se pudo comprobar cuando en el 2023 se hizo pública su enfermedad: Auster era un autor muy leído y admirado, pero también muy querido.
Descubrimiento de la literatura
Nacido en Newark en 1947, Paul Auster se crió en el seno de una familia judía de origen polaco y de clase media. Su afición a la lectura se disparó cuando en 1959 descubrió en su casa las cajas de libros que había dejado su tío, el traductor Allen Mandelbaum, mientras viajaba por Europa. Aquellos libros que el joven Auster leyó con el entusiasmo del descubrimiento inesperado alimentaron un creciente interés por la lectura y la escritura.
Auster no asistió a su graduación en el instituto: prefirió viajar a Europa, donde comenzó una intensa relación con el continente europeo y, especialmente, con París y la literatura francesa, que le acompañaron toda la vida . Regresaría en años posteriores mientras estudiaba en la Universidad de Columbia, se introducía en la vida literaria y empezaba a publicar los primeros artículos.
Los poemas deUnearth, publicados en 1974, marcan su debut literario oficial, pero la primera novela no llegaría hasta 1982: una obra muy personal, La invención de la soledad, donde la figura central es su padre, que acababa de morir prematuramente. Auster dedicaba buena parte del libro a reconstruir su relación. Pero el reconocimiento aún le era esquivo: "Si hubiera muerto a los 28 años [...], mi impacto como escritor habría sido nulo -explicaba al ARA en el 2021–. La única que me apreciaba en serio por lo que escribía entonces era mi madre".
Un escritor de Brooklyn
A principios de los 80, el escritor se instaló en Brooklyn, el barrio de Nueva York que ya no abandonaría. Allí escribió Ciudad de cristal, una nouvelle que fue rechazada por diecisiete editoriales y que acabaría siendo la primera de las tres historias recogidas en Trilogía de Nueva York (1987), seguramente su obra más célebre, que disfraza de relato detectivesco una búsqueda filosófica y existencial de la propia identidad.
Con Trilogía de Nueva York, el escritor dio forma a una voz narrativa posmoderna y llena de juegos metaliterarios, pero de gran profundidad emocional: la literatura siempre fue un asunto serio para Auster, que expandiría su universo literario con la distopía El país de las últimas cosas (1987) o la exploración de una estirpe familiar en El palacio de la luna (1988). "Conecta con lectores muy diversos porque es un escritor empático -opinaba a raíz del lanzamiento de Baumgartner su editora en Edicions 62, Pilar Beltran–. Busca seducir a quien lo lee, ya sea a través de la intriga o de la densidad humana de los personajes, siempre con una prosa clara y de hechizo que quiere atrapar y no aburrir".
Al éxito de sus primeras novelas las siguió el de otras obras como Leviatán (1992), en la que un narrador explica la vida de su mejor amigo, que se dedica a realizar pequeños actos terroristas, o Timbuktú (1999), narrada desde el punto de vista de un perro. Consagrado como gran voz de las letras estadounidenses, Auster se interesó también por el cine y escribió un guión para su amigo Wayne Wang: Smoke (1995) entrelaza las vidas de varios vecinos de Brooklyn con epicentro en el estanco del Auggie, que interpreta a Harvey Keitel.
La película fue un éxito de crítica y público que el mismo año dio pie a una suerte de secuela ambientada en el estanco del Auggie, Blue in the face, que Auster se vio obligado a codirigir cuando Wang cayó enfermo después de los primeros días de rodaje. Auster acabaría dirigiendo otras dos películas solo: Lulu on the bridge, nuevamente con Keitel, y La vida interior de Martin Frost, en ambos casos a partir de un guión propio.
Auster y Cataluña
Cataluña fue especialmente receptiva a la literatura de Paul Auster. Cuando en 2012 visitó Barcelona para presentar su libro de memorias Periódicos de invierno, no sólo le pedían firmas los lectores que asistían a sus presentaciones, sino también el taxista que le llevaba al hotel o la camarera que le servía la cena. Auster, de hecho, tejió relaciones sólidas con algunos autores catalanes. Enrique Vila-Matas, lector y amigo del estadounidense, al que había visitado en su casa de Brooklyn, le dedicó el relato No soy Auster, editado por Alfabia en 2008. "Auster tiene el detalle de seguir apostando por el estupor estridente que causa la realidad –aseguraba Vila-Matas hace unos meses– y mantiene una fe incondicional en la ficción, así como una fe no menos incondicional en el amor".
Una velada compartida con Auster y su esposa, la también escritora Siri Hustvedt, inspiró un relato de otro escritor catalán, Sergi Pàmies. Nueva York, 1994, incluido en el libro Canciones de amor y de lluvia (Quaderns Crema, 2013), es un cuento donde Pàmies reconstruye "una de las noches más deplorables" de su vida: "Auster y Hustvedt fueron extraordinariamente amables. Yo no supe comportarme como un buen consorte", recordaba hace unos meses Pàmies, a quien la literatura de Auster ha acompañado desde que la descubrió con Trilogía de Nueva York. "He tenido la suerte de poder vivir y escribir en paralelo a algunos de mis ídolos –añadía Pàmies–. Paul Auster sería uno".
Muerte del hijo y enfermedad
Durante la presentación de sus Periódicos de inviernos, que le habían obligado a "hacer balance" de la vida, Auster afirmaba haberse dado cuenta de que había "un empate entre lo bueno y lo malo, que quizás es lo que nos pasa a la mayoría de nosotros". Entre lo bueno, sin duda, destacaba la relación con Husvedt, su segunda mujer, con la que se casó en 1981 y tuvo una hija, la actriz y cantante Sophie Auster. Entre lo malo, es difícil encontrar nada peor que la tragedia de su hijo mayor, Daniel Auster, fallecido en el 2022 por sobredosis, a los 44 años, dos semanas después de ser detenido por la implicación en la muerte de su propia hija de diez meses. Daniel Auster, hijo de Auster y su primera mujer, la también escritora Lydia Davis, estaba sometido a tratamiento psiquiátrico y tenía un extenso historial de problemas con la justicia y adicción a las drogas.
Unos meses después de la muerte de su hijo, la enfermedad golpeó a Paul Auster. Husvedt anunció en enero del 2023 que al escritor le habían diagnosticado un cáncer y que estaba recibiendo tratamiento. Sin embargo, Auster continuó trabajando en su literatura, aunque ya no en proyectos tan ambiciosos como La llama inmortal de Stephen Crane, el ensayo de un millar de páginas sobre otro escritor de Newark que había publicado en el 2021.
Su último trabajo, terminado cuando ya estaba enfermo, fue un regreso a la ficción, pero teñida de paralelismos con su propia vida: el protagonista de Baumgartner (Edicions 62/Seix Barral, 2024) es un profesor universitario de filosofía de 70 años a quien toda una serie de accidentes domésticos hacen experimentar intensamente la decadencia del propio cuerpo y la proximidad del fin de la vida intelectual. Baumgartner no ha superado la muerte de su mujer hace diez años, pero no tira la toalla: quiere escribir un último ensayo.
"Hacía muchos años que no gozaba tanto con el inicio de una novela de Paul Auster –aseguraba recientemente Sergi Pàmies sobre Baumgartner–. Es como un hermano mayor que me explica el futuro. Yo también empiezo a ser viejo ya arrastrar algunos problemas físicos, al igual que el protagonista". En uno de los pasajes del libro, el autor estadounidense ponía estas palabras en boca del personaje principal: "La vida es peligrosa, y puede pasarnos cualquier cosa en cualquier momento. Usted lo sabe, yo lo sé, todo el mundo lo sabe... y si alguien no lo sabe, pues es que no ha prestado suficiente atención, y si no prestas suficiente atención, es que no estás vivo del todo".