Minucias

El telediario nos explica qué tiempo hace en Alguer

Imagen de archivo del campanario de la catedral de Alguer.
05/12/2025
2 min

BarcelonaDesde hace pocas semanas, la información del tiempo en TV3 incluye la ciudad de Alguer, en la isla de Cerdeña hoy italiana, en otras épocas bajo el dominio de la Corona de Aragón. Un 22,4% de la población habla catalán, restos de la presencia de nuestros antepasados: ésta debe ser la razón por la que la televisión catalana nos informa del estado del tiempo en ese lugar. La iniciativa es digna de alabanza, porque entera los televidentes de la expansión de los catalanes en el Mediterráneo, algo que se produjo, mirándolo al por mayor, desde la criatura de Jaime I (1225) y el reinado de Pedro el Ceremonioso hasta la reincorporación del reino de Mallorca a la Corona, el 13

Pero Cerdeña no fue la única posesión de ese reino y sus soberanos durante la Edad Media. Poco o mucho, con almogávares de por medio o sin ellos, por alianzas matrimoniales o no, hay una larga serie de territorios que fueron dominados por catalanes y aragoneses, y en los que la lengua catalana todavía está presente, siquiera gracias a palabras tomadas del catalán y conservadas en el seno de otras lenguas dominantes y predominantes desde hace siglos.

Si la idea de TV3 era dar a entender que Cataluña –más bien la Corona de Aragón desde un punto de vista seriamente histórico: el jesuita Miquel Batllori, que era muy sabio, siempre rechazó, no por falta de catalanismo, el término "corona catalanoaragonesa"–, o que la lengua catalana (no la araña) no está presente en la aragonesa) Baleares, ni la Franja de Poniente, entonces debería haber incluido en los mapas del tiempo otras muchas ciudades y territorios.

Para empezar, obviamente, las ciudades del Rosellón, francés desde la Paz de los Pirineos (1659), comarca en la que el catalán es lengua de uso cotidiano en la parte meridional; también Córcega, Sicilia y Nápoles; Murcia —que fue más catalana que aragonesa en 1265 y 1266—; los ducados de Atenas y Neopatria, y, estirando un poco el elástico de la historia, varios condados, vizcondados, señorías y baronías en Occitania, Grecia, Malta y la isla de Djerba; todavía nos quedamos cortos. ¡Qué tiempos gloriosos!

Sabido esto, la medida televisiva resulta algo estrambótica, sobre todo si tenemos presente que una cosa es la vigencia del catalán en varios puntos del Mare Nostrum y otra las tierras que fueron parte de la Corona. La cosa es estrambótica, pero obedece a una política en defensa de lo que hoy llamamos Països Catalans, que es una denominación nostálgico-política muy incompleta. Porque, como hemos dicho, si tenemos que ir a parar a nuestras hazañas medievales, "países catalanes" había más que los que ahora se incluyen en el término, y más que los que vemos en TV3.

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