Crítica de música

Verdad a la antigua

El Verità Baroque Ensemble da una nueva alegría al ciclo de Música Antigua de L'Auditori

2 min
El Verità Barroque Ensemble en L'Auditori.
  • El Auditorio, Sala Alicia de Larrocha
  • 24 de enero de 2024

El ciclo Antiga de L'Auditori nos está regalando muchas alegrías, y el concierto del miércoles por la tarde contribuye sobremanera. Por cierto, ¿no sería el momento de empezar a revisar estos horarios pandémicos, especialmente en veladas como la que comentamos, y que fue de duración más bien corta? Un concierto así a las siete de la tarde es francamente un despropósito.

Contaba, y mucho, el programa, en connivencia con la Asociación Joan Manén, que da igual por la música de nuestra casa. Y lo cierto es que, a excepción de Johann Sebastian Bach, el resto de compositores eran nostrats, algunos traspasados ​​recientemente (Jordi Cervelló) y otros muy vivos, presentes y activos, como es el caso de Mariona Vila y de Marc Migó .

Abría fuego la Trío sonata núm. 2 en re menor de los hermanos Joan y Josep Pla, a cargo de los miembros del Verità Baroque Ensemble. De entrada, la labor del conjunto al servicio de la obra de los músicos de Balaguer demostró un trabajo serio de exploración y estudio de las dinámicas expresivas a la hora de sacar un sonido empapado de color y de rigor filológico.

El mismo planteamiento que sirvió a la perfección el Quinteto núm. 2 en fa mayor del olotense Antoni Soler, con notable presencia del clavicémbalo (espléndido Alexander von Heißen) en una pieza claramente galante y antes del barroco germánico de Johann Sebastian y de su quinto y penúltimo Concierto de Brandeburgo.

El conjunto instrumental supo amoldarse igualmente a las composiciones de autores contemporáneos: los citados Cervelló, Vila y Migó. Los tres, en claros homenajes al barroco tardío, empezando por En Bach, de Cervelló, para cuarteto de cuerda. La flauta tocada por Taya König-Tarasevich volvió a estar presente en el Concierto frosso núm. 1 'The seance', de Marc Migó.

Quizás la pieza más interesante de todas y que confirma la buena salud del diálogo entre los lenguajes musicales de los siglos XVIII y XXI fue Furido lamentum, de Mariona Vila, una obra basada en la Sonata nº. 88, de Antoni Soler, original para clavicémbalo. Una composición que el propio conjunto instrumental estrenó el pasado año y que ahora ha demostrado tener muy rodada y bien engrasada.

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