Música

Blood Quartet, la sangre más libre del underground, cumple diez años

El grupo publica el disco 'Terra ignota', fruto de la colaboración con la formación surcoreana Dongyang Gozupa

Los músicos de Blood Quartet y Dongyang Gozupa en la Fabra i Coats.
17/10/2025
3 min

BarcelonaVarias historias del underground musical conviven en el Blood Quartet, otro milagro de la libertad improvisadora que de vez en cuando surge en Barcelona. "Para mí lo mejor es compartir y vivir la escena underground sintiendo que formo parte de una colectividad", dice Kike Bela, fundador del Blood Quartet junto al trompetista y guitarrista Mark Cunningham y el guitarrista Lluís Rueda, que se completa con el batería Carles Esteban. Este latido colectivo llega a los diez años de existencia y se celebra con la publicación de un disco, el estreno de un cortometraje documental en el Festival In-Edit y un concierto-fiesta en Casa Montjuïc este sábado 18 de octubre a las 20 h.

El disco se titula Tierra ignota (Foehn, 2025), y es la plasmación discográfica de la colaboración con el grupo surcoreano Dongyang Gozupa. Fue una colisión de distintas personalidades sonoras: la de Blood Quartet, más relacionada con la No Wave, el hardcore y el free jazz; la de Dongyang Gozupa, conectada con el rock progresivo y la música tradicional coreana. "Escuchando sus discos no encontrábamos un punto en común claro, pero cuando empezamos a tocar enseguida nos conectamos", recuerda Bela. Fue una iniciativa "arriesgada" de la Fabra i Coats, dicen, porque ambos grupos no se conocían previamente. En septiembre de 2023 tocaron juntos en la plaza Gwanghwamun de Seúl, dentro del festival coreano Seoul Music Week. Un año después quedaron en la Fabra i Coats para tocar, improvisar y ensayar los conciertos que harían en el Mercado de Música Viva de Vic y en el BAM, con Pau Rodríguez, de los Za!, como batería. Y ahora llegan el disco y el cortometraje, también titulado Tierra ignota, dirigido por Pere Sala, que documenta el encuentro.

En el concierto del sábado en Casa Montjuïc habrá invitados como Pau Rodríguez, Miguel Ángel Blanca, Jorgen Teller, Cándido Coll, Elia Genís... Sirve también para hacer balance de Blood Quartet, un capítulo más, y muy relevante, de la historia del underground más libre que siempre ha tenido un espacio. "Hacemos un balance muy positivo, en general. Empezamos muy rápido, publicando discos enseguida, y posteriormente hemos alargado el trabajo de los discos porque nos tomamos muy en serio la composición", explica Bela, y así lo demuestra el magnífico álbum Root7 (2022). "Es curioso, porque en realidad somos una banda de directo; todos venimos de la improvisación", dice. Quizá les sabe mal no ser "profetas en su tierra", en comparación con el recibimiento que tienen cuando tocan en el extranjero. "Aquí sí tenemos mucho prestigio. No buscamos un objetivo comercial, pero es cierto que a veces cuesta. Pero, bueno, yo estoy muy contento", continúa Bela.

"A veces es difícil conseguir que venga gente a algunos conciertos, pero siempre conectamos con el público", añade Cunningham, un músico forjado en la vanguardia de la No Wave de Nueva York pero que eligió a Barcelona como hogar en los años noventa, cuando formó parte de proyectos como Raeo. Ahora vive en Santa Coloma de Gramenet, porque el proceso de gentrificación que experimentó Nueva York es similar al que vive Barcelona... "La evolución musical tiene también que ver con los cambios generales de las ciudades", dice. Cunningham tiene un recuerdo especial de aquella Barcelona de los años noventa, con palos de pajar para la escena underground más libre como el G3G Club. "Fueron tiempos muy felices, como en los años setenta en Nueva York", dice. Una de las razones que le desconectaron de la Nueva York de la No Wave fueron las drogas. "Era una pérdida de tiempo brutal. Todo el mundo tomando drogas y pensando que estaban haciendo cosas brillantes... Era ridículo", recuerda Cunningham.

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