Lildami: «Me lo he pasado de puta madre en 'Eufòria'»
Músico. Ha sido jurado del programa de TV3 'Eufòria'
BarcelonaLa popularidad del músico Damià Rodríguez (Terrassa, 1994), más conocido como Lildami, ha crecido exponencialmente desde que ha sido jurado del concurso de TV3 Eufòria. Para él, este año no solo está siendo importante por la participación en el programa, sino también porque se podrá hacer el Maleducats, el festival que él mismo impulsa y que se celebrará en Terrassa los días 15 y 16 de julio, con un cartel que incluye estrellas del trap y el rap como los argentinos Bizarrap y Wos, talento local consolidado como Beny Jr y 31 Fam y artistas emergentes como Mushkaa (hermana de Bad Gyal) y Julieta.
¿Cómo te ha cambiado la vida el programa Eufòria?
— Pues llevo unos meses un poco a tope, la verdad, no te voy a engañar. Se me han juntado muchas cosas y hemos estado trabajando sin parar. Con Eufòria hay mucha gente que me ha descubierto, también porque creo que la etiqueta de artista que hace rap a veces es una barrera para determinados públicos. El programa ha hecho que mucha gente me conozca y ha sido una oportunidad para que me escuche más gente. El último tema que hemos hecho, Supermercat, nos está funcionando de una forma espectacular [más de 210.000 visionados en tres semanas].
Como artista, ¿cómo te has sentido juzgando a otros artistas?
— Siempre puede aparecer el síndrome del impostor, porque yo no soy un cantante que destaque por la brillantez de la voz, y ves a chavales que cantan con mucha más técnica vocal. Pero tengo conocimiento para aportarles y experiencia para darles consejos, la experiencia de un tío que me lo he montado siempre por mi cuenta, que me he grabado vídeos y canciones, que sé lo que es empezar de cero, hacer bastantes conciertos y saltar un poco hacia el mainstream. Al principio sí que sentía el síndrome del impostor, pero después, cuando lo pienso, creo que tengo suficiente background para, siempre desde la humildad, darles mi opinión sobre cosas que creo que podían cambiar o mejorar para funcionar mejor.
Triquell, uno de los finalistas del concurso, decía el otro día que no cree que se esté siendo muy justo con la remuneración de los concursantes de Eufòria. Es importante que los artistas os hagáis valer.
— Sí, es importante. Tú cuando acudes a un carpintero no se te ocurre rebajarle el precio que te pide.
¿Repetirás la experiencia televisiva?
— No tengo noticias sobre ello. Te seré sincero: me lo he pasado de puta madre en Eufòria, me han tratado superbién, me han respetado en todo momento. Para mí lo más importante es que no he tenido ningún guion establecido, me han dejado hacer lo que he querido. Por lo tanto, para mí la experiencia ha sido superpositiva. Si tenemos que hablar para repetir el año que viene, mis puertas están abiertas.
¿Cómo te ves cuando te imitan en el Polònia?
— Pues me hace ilusión. Me río mucho de mí mismo. Como soy consciente de que nada es tan serio, soy el primero capaz de analizar mis defectos y no enfadarme. Entonces, cuando me imitan en el Polònia me hace ilusión y no me enfado; entro en el juego tranquilamente porque 1, sé que no se hace con ánimo de molestarme, y 2, soy consciente de que tengo muchos de los rasgos característicos que refuerzan en el Polònia.
Ahora que se habla de la bajada del uso del catalán entre los jóvenes, artistas de las músicas urbanas como tú cantáis en catalán sin ningún tipo de problema.
— Uno de los grandes retos que tiene ahora el catalán con la juventud es intentar que hablarlo sea guay. Cuando digo esto no me refiero a buscar palabras que sean más divertidas, sino que la gente joven no piense que el catalán es un idioma reservado únicamente al nivel académico. Me refiero a empoderar a la gente joven, que vean que se puede hacer rap en catalán. Hace unos años no se había creado este precedente. Sí que había habido grupos de rap en catalán, pero quizás no se había logrado un nivel tan mainstream como el que han logrado 31 Fam y Flashy Ice Cream, o yo mismo. Esto crea precedentes y que chavales que tienen 15 años y quieren empezar a cantar se planteen que pueden hacerlo en catalán porque otros lo han hecho y les ha funcionado.
Los días 15 y 16 de julio por fin puedes hacer un festival Maleducats como es debido.
— Sí, ya era hora. Lo llevamos planeando desde el 2019. Esta edición ya es como queríamos que fuera el festival en Terrassa. Es cierto que durante la pandemia hicimos dos bolos especiales Maleducats; trajimos a los argentinos Trueno y Wos a Barcelona, puntas de lanza internacionales, pero ahora ya podemos hacer el festival.
¿Qué ha sido lo más complicado de cuadrar del cartel?
— El rap hoy es un género que tiene tantos subgéneros y tantas maneras de hacer... Y en ningún momento está yendo hacia ser más plural. Esto es lo que echo de menos en festivales que no son tan especializados como el nuestro, festivales que hacen una noche más urbana, o un momento más urbano, pero echo de menos que estén programados por gente que realmente vive esta música. Lo más importante ha sido definir qué es el Maleducats y que muestre una escena plural; que puedas tener a Mushkaa y a Beny Jr, o a Julieta y a Wos, que son perfiles que aparentemente no tienen nada que ver, pero que en el fondo comparten el mismo imaginario.
¿Qué proyectos tienes?
— En octubre cerraremos la gira en la sala Apolo. Después descansaremos un poco y el año que viene volveremos con mandanga que ya estoy trabajando. Tengo muchas ideas y maquetas, y tengo ganas de elegirlas y trabajarlas tranquilamente, y que sea una cosa que me defina y me motive.