Música

"Ya no sé si puta es un insulto o una calidad"

La diva mexicana Gloria Trevi enciende Les Nits de Barcelona en su primera gira española

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Gloria Trevi al inicio de su concierto en Les Nits de Barcelona

Barcelona"¡Ábranse perras!" La diva mexicana Gloria Trevi desembarcó el lunes en el escenario de Las Noches de Barcelona en el Palacio de Pedralbes con toda la autoridad y ahuyentando todos los malos espíritus. La noche después de las elecciones y del fracaso del PP y Vox en las generales, es inevitable pensar que el grito de Trevi, entre un público lleno de mujeres, latinoamericanos y gays, era como hacer un corte de manga a todos los partidos que difunden mensajes de odio. La cantante no hizo el pleno de público en su primera gira española, pero se entregó a los fans, que la ovacionaron desde el primer momento en temas como la sobrenatural Psicofonía y, más adelante, en dos de sus grandes hits, Vestida de sucre y Pelo suelto. "No es un peinado, es una filosofía", dijo Trevi de éste último. De hecho, en el tramo final del concierto, en el que sonaron temas con aires rockeros como Zapatos viejos y su dúo con Mónica Naranjo Grande, todo el mundo se puso de pie y no volvió a la silla. Como era de esperar, Trevi cerró la noche con su himno más conocido, Todos me miran, con una bandera con el arco iris en la mano.

En Barcelona, Gloria Trevi (Monterrey, México, 1968) fue una papisa que besó el suelo del escenario tras tocar el primer tema y que prometió su corazón a los barceloneses. Las dos horas de concierto fueron una ceremonia empoderadora, festiva y picante. La parte inicial fue bailable, con un medley de temas como La noche, Parlable y Hijo de P, pero la banda de media docena de músicos cogió aún más empuje en los ritmos latinos de la segunda parte. El adjetivo divina le sienta muy bien a Trevi: hizo todos los papeles, desde la mujer frágil engañada hasta la dominatrix que abomina de los hombres que abandonan a la pareja "en plena pandemia". Trevi fue también la reina de los seis bailarines que le acompañan y, como una estrella del rock, se lanzó sobre el público.

Los fans de la primera fila se derretían cada vez que Trevi acababa por el suelo para acentuar el dramatismo de letras como la de No querías lastimarme, convertida en alegado contra los feminicidios. "Esta noche venimos a decir a todas aquellas personas que quieren vernos llorar que nosotros reímos", avisó la cantante al principio. Fue una de las muchas perlas, sobre todo dedicadas a empoderar a las mujeres, que soltó entre tema y tema. "Ya no sé si puta es un insulto o una calidad", dijo también. Algunos comentarios aludían a los momentos más oscuros de su pasado, como los casi cinco años que se pasó en prisión hace más de dos décadas antes de ser exonerada del cargo de formar parte de una red de corrupción de menores. "Ustedes me ven sobre el escenario y no saben las lágrimas que me estoy tragando", afirmó.

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