Concierto

Samantha Hudson: "Cuando pensé en reventarle la cabeza a Franco de un disparo no sabía qué podría pasar"

Cantante

Samantha Hudson
3 min

BarcelonaLa primera vez que Samantha Hudson (Palma, 1999) se hizo viral tenía 16 años y todavía estudiaba en el instituto. La artista presentó como trabajo de clase el videoclip Soy maricón, en el que cantaba "me encanta Jesucristo, pero eso no le importa mucho al puto obispo" y que acabó con una campaña de Hazte Oír y el obispado de Palma contra ella. Siete años después, Samantha Hudson ha publicado una decena de sencillos, ha lanzado el disco Liquidación total (Subterfuge, 2021) y ha aparecido en numerosos programas de televisión, como MasterChef celebrity . La cantante hará parada en la Sala Razzmatazz de Barcelona el 18 de septiembre, donde ofrecerá el show Liquidación total por cierre a partir de las ocho de la tarde.

¿Qué veremos en este espectáculo en Barcelona?

— Es una revisita de lo que hemos estado haciendo durando la gira de Liquidación total por cierre, que empezó el septiembre pasado. Reversionamos todo el repertorio con unas mezclas de techno oscuro, algo más siniestro pero sin perder el punto gamberro y canalla. Tenemos más bailarinas, juegos de luces más trabajados y en esencia un show más elevado.

Te has convertido en un referente de la disidencia en el estado español. ¿Te sientes cómoda con ello?

— Si no eres un hombre heterosexual, blanco y rico no puedes decir que vives precisamente cómodo. E incluso ellos, en realidad, tampoco están tan cómodos como aparentan. Soy una privilegiada y me siento afortunada de poder trabajar de lo que me gusta. Soy de las travestis a las que mejor les va la vida profesional.

¿A qué atribuyes la presencia en crecimiento del colectivo LGTBIQ+ en la esfera pública?

— Son tendencias, van y vienen. Cuando surgió la oleada de nuevas feministas, también todos los medios estaban deseando tener mujeres rompiendo esquemas. Ahora le ha tocado a los LGTB, al travestismo, a la disidencia del género. Al final hay una demanda y la gente se ocupa de proporcionar una oferta que la supla. Nosotros nos aprovechamos de ello, por supuesto.

A pesar de esto, todavía hay gente que no entiende el no binarismo y lo rechaza.

— Cuando algo se escapa de nuestro control, cuando no lo podemos categorizar, cuando no se puede entender con los términos que te han enseñado, te enfadas. La simple existencia de este concepto, aunque sea abstracto, rompe con verdades que mucha gente ha procesado como naturales y orgánicas. Esto da rabia y frustra, porque te hace entender que la moral y lo que está bien quizás solo lo son porque alguien ha decidido llegar a un consenso. Ver a alguien que es no binario te hace entender la gran mentira que es el género.

De pequeña fuiste educada en masculino, pero desde hace unos años te identificas con el género femenino. ¿Cómo te relacionas con tu cuerpo?

— La marca del género afecta y atraviesa a todo el mundo. Todas sufrimos la violencia correctiva del género y no solo las personas trans tenemos dilemas con nuestro cuerpo. La cirugía estética afecta a las mujeres cis. Está muy de moda darse un pinchazo de ácido hialurónico, o cambiarse la nariz, ponerse más pechos, hacerse un rejuvenecimiento vaginal, hacerse la depilación láser. ¿Por qué esto no es una cirugía correctiva del género y sí lo es una genitoplastia feminizante? ¿Por qué tampoco lo es ponerse pelo de la espalda a la barba para reafirmar tu masculinidad hegemónica?

El año pasado lanzaste Por España en colaboración con Papa Topo, una canción y un videoclip en los que cargas contra el franquismo, los símbolos de la ultraderecha e, incluso, fusilas a Franco. ¿Recibiste mucho odio a raíz de ese tema?

— Cuando pensé en reventarle la cabeza a Franco de un disparo no sabía qué podría pasar. En ese momento estaba muy ocupada y no me fijé mucho en la repercusión. Recibo odio diariamente, ya estoy acostumbrada. Cada día tengo a miles de sinvergüenzas llamándome monstruo, transformista podemita, homosexual hermafrodita.

¿Cómo gestionas el hecho de recibir a menudo críticas e insultos?

— Supongo que la miel no está hecha para la boca del asno, y siguiendo el refranero popular, por una oreja me entra y por la otra me sale. Llevo toda la vida lidiando con estas situaciones, he desarrollado mecanismos de supervivencia.

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