Nahuel Pérez Biscayart: “Morirse es una experiencia muy recomendable”

El actor argentino protagoniza 'El profesor de persa' y empieza a rodar el film de Isaki Lacuesta sobre los atentados del Bataclan

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Nahuel Pérez Biscayart a 'El profesor de persa'

BarcelonaGilles es un judío de Amberes que esquiva la muerte cada día gracias a un oficial de un campo de concentración nazi que tiene la obsesión de aprender persa. Gilles no sabe persa, pero se hace pasar por iraní y enseña a su captor palabras de una lengua que él mismo se inventa y memoriza diariamente, un castillo de imposturas siempre a punto de caer. A Nahuel Pérez Biscayart (Buenos Aires, 1986), el actor que interpreta a Gilles en El profesor de persa, no se le escapa el paralelismo entre su personaje y él mismo, que en el film actúa en una lengua que casi no conoce, el alemán. “Salvo las grandes diferencias, porque yo no me juego la vida, cuando actúas en una lengua que no es la tuya estás luchando todo el rato para sobrevivir –dice–. Pero todos somos un poco impostores. Yo me siento un impostor constantemente y pienso que algún día todo el mundo se dará cuenta y esto se acabará”.

A pesar de sus inseguridades, la carrera de Pérez Biscayart parece lejos de acabarse. El actor argentino, establecido en París desde hace unos años, no ha parado de trabajar desde que en 2017 protagonizó dos de las películas más premiadas en los premios César de ese año, Nos vemos allí arriba y, sobre todo, 120 latidos por segundo, emocionante crónica del incipiente activismo por visibilizar la problemática del sida, por la cual recibió el César al mejor actor. Ahí lo vemos enamorarse, manifestarse, bailar y, finalmente, agonizar y convertirse en una víctima más del virus mortal de la época. “Morirse es una experiencia muy recomendable –dice, aun así–. No hay cosa que me aterrice más que morir o la muerte de alguien próximo, pero es casi una responsabilidad que tenemos acercarnos a este momento para comprenderlo mejor. Sobre todo en Occidente, donde hay un tabú tan grande con la muerte por culpa de la Iglesia católica”.

Tràiler d''El profesor de persa'

Si en 120 latidos por segundo tuvo que hacer un trabajo físico exigente para adelgazar siete kilos –parece poco, pero el argentino ya es delgado de tipo–, en El profesor de persa lo más duro fue aprenderse todos los diálogos en alemán y en falso persa. Él y Lars Eidinger, que interpreta al oficial nazi, se iban a dormir siempre tarde enseñándose mutuamente a pronunciar palabras en alemán y en la lengua inventada. Otro reto fue controlar la expresión cuando Gilles actúa ante el oficial nazi: “Si lo haces muy buen actor y parece tranquilo, sin nada que esconder, el público no empatiza con él –argumenta Pérez Biscayart–. En el fondo no deja de ser una película muy hollywoodiense y sostenida por la tensión del guion, así que había que jugar un poco contra esto”.

Sobrevivir al horror

El actor habla con el ARA durante los ensayos de la próxima película de Isaki Lacuesta, Un año, una noche, que se empieza a rodar esta semana en Barcelona. Pérez Biscayart, que interpreta a un superviviente de la masacre del 2015 en la sala Bataclan de París, es el protagonista de un film que se inspira en la novela de Ramón González Paz, amor y death metal (Tusquets). “Después del atentado Ramón cambió de vida –explica el actor–. Dejó el trabajo y se empezó a dedicar a escribir. Y la película irá flotando por este año posterior al atentado, explorando cómo los personajes se ven atravesados por cuestionamientos políticos y éticos y por el simple trauma físico de la experiencia. Es una historia de amor, sobre cómo el amor nos puede salvar”.

Pérez Biscayart ya vivía en París cuando se produjeron los atentados, pero esos días coincidieron con un rodaje en Filipinas. Recuerda haberse hecho muchas preguntas y, básicamente, “sentir mucho miedo”. Pero lo más útil para preparar el papel no están siendo los recuerdos sino leer. “Pero no solo el libro de Ramón, porque ha habido mucha producción literaria sobre el atentado, muchas víctimas se lanzaron a escribir. Había mucha necesidad de poner en palabras la experiencia, supongo que porque el hecho físico y sensorial fue tan fuerte que necesitaban poner el pie en el suelo de alguna manera”. Lo que no parece es que Un año, una noche pueda herir la sensibilidad de las víctimas, que sí protestaron en Francia por la emisión del telefilm Ce soir-là et les jours d’après. “La noche de los atentados estará presente, pero sobre todo a través de los recuerdos. La percepción queda muy trastocada después de una experiencia así, todo el mundo lo recuerda a su manera y hay muchos falsos recuerdos, que es uno de los temas de la película”, dice.

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