Héctor Parra se interesó por el 'Orgia' de Pasolini en el 2011, pero entonces no tenía los derechos para realizar una ópera. "En el 2015 ya se lo había comentado en el Calixto [Bieito]", dice. Por último, Graziella Chiarcossi, prima y heredera de Pasolini, accedió a liberar los derechos de la obra. "Patía por si alguien lo hacía antes que yo", admite el compositor, que compuso la ópera durante una residencia artística en la Villa Médici de Roma, en una "inmersión completa" en el universo de Pasolini, al tiempo que Bieito iba deshaciendo el nudo del librito. La ópera ha salido adelante con la producción del Teatro Arriaga de Bilbao, el Gran Teatro del Liceo y el Festival de Peralada.
'Orgia', "un gran 'ménage à trois'" entre Pasolini, Calixto Bieito y Héctor Parra
El Liceu programa dos representaciones de la ópera coproducida con el Teatro Arriaga de Bilbao y el Festival de Peralada
Barcelona"La belleza y el horror son dos caras de la misma moneda. Es imposible percibir al ser humano sólo como amor y ternura. Desgraciadamente, tenemos algo realmente complicado dentro, y ejercemos la violencia hasta el genocidio. Y para evitar un nuevo genocidio debe conocerse muy bien los que se perpetraron en el pasado, y los que se están perpetrando hoy", dice el barcelonés Héctor Parra, compositor de la ópera Orgía, que se representa en el Liceu en dos únicas funciones, el jueves 11 y el sábado 13 de abril. Ternura y violencia se encuentra en esta obra de 90 minutos con dirección escénica y libreto de Calixto Bieito coproducida con el Teatro Arriaga de Bilbao, donde se estrenó en junio del año pasado, y el Festival de Peralada.
Es la tercera ópera en la que colaboran Parra y Bieito después de Wilde (2014), con libreto de Händl Klaus, y Las bienveillantes (2018), la impactante adaptación de la novela Las benignas, de Jonathan Littell, sobre un oficial de las SS, una especie de trilogía de la atrocidad que todavía tiene un cuarto capítulo, la ópera Justice (2023), con el dramaturgo Milo Rau y que se estrenó el 22 de enero en Ginebra. "Héctor es el compositor más internacional del país", recuerda el director artístico del Liceu, Víctor Garcia de Gomar.
La zona de interés de Pasolini
Orgía adapta al formato operístico la obra de teatro homónima que Pier Paolo Pasolini escribió en 1966 mientras se recuperaba de una úlcera de estómago. Es una tragedia con varias capas de interpretación en las que las angustias más íntimas de Pasolini se mezclan con la crítica al fascismo persistente que atraviesa su pensamiento y su arte: existe la autodestrucción sadomasoquista de una pareja, una homosexualidad clandestina vertida al fatalismo y, como dice Bieito, están también "las raíces del mal", del fascismo, en la cotidianidad del hogar, la particular zona de interés de ésta Orgía. "Mi trabajo era entender la pieza de Pasolini, una pieza profundamente humanista que muestra al monstruo, la bestia que aparece cuando miramos al espejo –dice el director escénico–. Orgía está muy relacionada con la última parte de la película Salón o los 120 días de Sodoma (1975), del propio Pasolini, y nos conecta con algo que tiene que ver con las células y las estrellas: la autodestrucción". Es decir, la autodestrucción como pulsión presente en todos los ámbitos del existencia.
Bieito, que asegura que "no hay ni una sola palabra" suya en el libreto, también quería entender "el deseo de autodestrucción de quien va hasta debajo de un puente y toma el riesgo de ir con alguien que puede hacerlo" le daño". "Pasolini es contradictorio, no tiene una visión maniquea de la existencia. Habla de la fragilidad de la condición humana y de dónde ponemos los límites en una relación íntima de pareja", dice Parra, para quien el artista italiano es " quizás Miguel Ángel del siglo XX".
Musicalmente, Parra es fiel a su formación en el IRCAM, el Instituto de Investigación y Coordinación Acústica/Musical de París, pero no sólo. Sin renunciar a su lenguaje, ha intentado "encajar toda la música posterior en Schönberg, pero Orgía no es una ópera expresionista, sino que bebe de Pierre Boulez, y la voz tiene algo de Puccini". "La melodía sigue sinuosamente las palabras de Pasolini", destaca Parra. Y las palabras las cantan tres voces excepcionales: dos sopranos que debutan en el Liceo, la lituana Aušrinė Stundytė y la vasca Jone Martínez, y que ya estrenaron Orgía en Bilbao, y el barítono alemán Christian Miedl, sustituto del británico Jonathan McGovern. "Hay cantantes y hay artistas, y estos tres cantantes son artistas, en el sentido de que son capaces de proyectar las fantasías y sueños interiores a veces sin darse cuenta", dice Bieito, para quien la música de Parra "está llena de belleza".
En este ménage à trois entre Pasolini, Bietio y Parra (y entre el Liceu, Arriaga y Peralada) hay un invitado especial, el francés Pierre Bleuse, director de el Ensemble Intercontemporain y del Festival Pau Casals de Prada de Conflent. En Barcelona, Bleuse dirigirá una sección de la Orquesta del Liceu, "un equipo muy abierto y curioso". "Orgía es una partitura con una estructura operística maravillosa, con un lenguaje muy moderno pero ligado a una gran tradición patrimonial", dice Bleuse.