Literatura

Milena Busquets: "Ir al psiquiatra es parte de mi rutina, igual que enamorarme"

Escritora. Publica 'Las palabras justas'

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Barcelona"Hay que ser tan implacable con lo que escribes como con los hombres. No como con los hijos, el perrito del vecino o la tarjeta de crédito, que los del banco me acaban de cancelar", explica Milena Busquets (Barcelona, 1972) en Las palabras justas, su nuevo libro. Publicado por Anagrama en castellano y traducido al catalán por Lurdes Serramià y editado en Amsterdam Libros, el dietario arranca el día de Reyes del 2021 y llega hasta nochevieja. La autora de También esto pasará (2015) recorre doce meses de su vida con concisión, ironía y alguna provocación. Aparecen reflexiones sobre el amor, las clases de yoga, la relación con los hijos, las visitas al psiquiatra, el recuerdo de los padres y algún ataque a la dejadez de Barcelona.

"Primero escribes contra ti y después contra todo el mundo". ¿Tu autoficción, y ahora este dietario, disparan contra ti misma?

— Escribir es un trabajo muy difícil. No solo es solitario porque estás delante del ordenador sin nadie más cerca, sino porque ni siquiera te tienes a ti misma. Cuando escribes tienes que ser implacable. Si realmente eres honesta, escribes contra ti misma. Yo soy la que sale peor parada en mis libros. Soy la primera a quien asesino. No hay nada más lamentable que el escritor que está contento de serlo y que lo acaba transmitiendo en las páginas de sus libros.

¿Escribes desde la insatisfacción?

— Escribo porque hay una incomodidad y porque no estoy muy de acuerdo con el mundo. Puede parecer que estoy bien, que soy muy social... pero en el fondo no es así. Yo me habría podido casar con un tío del club de tenis, tener cuatro hijos y pasarme el día allí. No ha ido así. Los escritores somos gente bastante sonada y tenemos problemas. No sé si todo el mundo va a terapia...

Tu sí que vas y lo explicas.

— Sí. Empecé a ir hace un año. El psiquiatra no me medica, hacemos terapia. Gracias a él he sido capaz de reconocer que lo que quiero en la vida es escribir. Ir al psiquiatra es parte de mi rutina, igual que enamorarme.

Pero ya escribías antes de ir a terapia.

— Escribí Gema [2021] en estado de pánico. Se tiene que escribir en total libertad, y el miedo es lo contrario a la libertad. Aquel libro no me acababa de gustar nunca, por eso tardé tanto en publicarlo. Me esfuerzo mucho por ser valiente, por ir más allá de los prejuicios, pero el éxito de También esto pasará me jodió. No fue una época nada feliz. No volveré a escribir ningún libro más que me haga sufrir tanto.

Hay autores que dicen que sufren cuando escriben.

— Escribir no ha de ser un sufrimiento. Ha de ser dificilísimo, pero un sufrimiento, no.

¿Quizás por eso has cambiado de formato?

— Con También esto pasará muchos lectores me preguntaban qué partes eran verdad y cuáles mentira. Yo les respondía que lo importante era si el libro valía la pena o no. Al cabo de un tiempo empecé a entender esa pregunta, y pensé que la autoficción tenía un punto tramposo. Cuando la vida real no me gustaba lo bastante como para convertirla en literatura entonces la cambiaba. Después de Gema me pareció que tenía que desmontar la autoficción: o bien ir hacia la ficción, que me parece que no es mi camino, o bien hacia el auto.

Milena Busquets este martes en Barcelona.

Las palabras justas es un dietario, y su título es un homenaje a Jules Renard.

— Renard tuvo un gran éxito, Pelo de zanahoria, pero la obra que consideraba más importante era su dietario. Hay lectores que dicen que era antipático. A mí me parece que, sobre todo, era duro consigo mismo. Quizás hay menos intimidad porque escribía en otra época [en la segunda mitad del siglo XIX y primera década del siglo XX]. Quizás también influye que era un hombre.

En tu libro hay más intimidad y cotidianidad.

— Mi vida de no escritora casi siempre precede la de escritora. Quería que en el dietario la literatura tuviera mucho peso, pero a pesar de todo soy una mujer con hijos y tengo mis cosas.

Por ejemplo, una relación de amor con un hombre más joven.

— Veinte años más joven, sí. Acabo de leer Le jeune homme [El hombre joven], de Annie Ernaux, el tercer libro que dedica a hablar de una relación con un hombre más joven. Ernaux ha sido una autora importante, para mí: es implacable e inteligente, y escribe muy breve. Aun así, el maestro para todos los que queremos escribir de nosotros mismos es Marcel Proust. Pienso que la única literatura moderna que se está haciendo es la literatura del yo.

Aseguras que ser "enamoradiza" te ha pasado más factura que los otros siete pecados capitales.

— Esto es un poco irónico. Hasta hace poco creía que hay dos grandes temas en la literatura, el amor y la muerte. Pero ahora me parece que el gran tema es el amor, y la muerte queda incluida. El amor es la búsqueda de poder descansar un rato junto a alguien. Pero me interesa en todas las versiones. El amor por los hijos es un terreno donde el amor se puede perfeccionar. El amor sentimental es una pasión y se puede controlar poco. Lo vives, lo disfrutas o lo sufres.

Chéjov decía que había dos opciones en el amor: o acabar solo o acabar aburriéndote junto a alguien que antes te había fascinado.

— No sé si soy tan pesimista como Chéjov. Creo que puedes hacer un buen trozo del camino con una persona. Es cierto que hay un momento en el que lo conoces todo del otro y que cuando llegas al fondo del fondo la cosa pierde interés. El psiquiatra me dice que mi problema es la falta de compromiso.

¿Estás de acuerdo?

— Pienso que no quiero aburrir ni que me aburran.

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