Crítica de teatro

Un emocionante diálogo en la distancia entre Albert Camus y María Casares

Rosa Renom y Jordi Boixaderas protagonizan 'Casares - Camus: una historia de amor' en el Teatre Lliure de Gràcia

Jordi Boixaderas i Roso Renom en 'Casares - Camus: una historia de amor'
2 min
  • Autoría: Albert Camus y María Casares.
  • Adaptación: Rosa Renom. Dirección Mario Gas.
  • Con Jordi Boixaderas y Rosa Renom.

Es seguro que todo el mundo, o casi todo el mundo, sabe quién fue Albert Camus (1913-1960), y también bastante seguro de que pocos conocen a María Casares (1922-1996), ambos protagonistas de esta exquisito y poético encuentro teatral que explica su apasionada y peculiar relación amorosa.

Ciertamente, la actriz Maria Casares es mucho menos conocida que Margarida Xirgu, pero tanto o más importante que ella, quien curiosamente la dirigió en 1963 en una puesta en escena de Yerma en Buenos Aires. Nacida en A Coruña e hija de quien fuera jefe de gobierno de la Segunda República española, Santiago Casares, a los dieciséis años se exilió en Francia, donde desarrollaría una brillante carrera en el cine y sobre todo en el teatro, además de convertirse en un mito para todo el exilio republicano. Conoció a Camus en 1944 cuando protagonizaba su obra El malentendido. Y el amor estalló. Un amor que salió libre hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial con el regreso de la mujer de Camus, pero que lejos de extinguirse duró hasta la muerte del premio Nobel en accidente en 1960. Años más tarde, la hija de Camus reunió la correspondencia de esta historia de amor en un libro del que la actriz Rosa Renom ha hecho la traducción y dramaturgia.

Una dramaturgia que en manos de Mario Gas esquiva la mecánica frialdad epistolar para dejar fluir , y disfrutar, la vida estableciendo algo parecido a un espectacular diálogo en la distancia. Un diálogo entre la culta espontaneidad, la autenticidad emocional de la actriz y la literaria pasión amorosa del poeta. Un diálogo en el que se habla de amor, y mucho, pero también de teatro, y en el que cada uno se retrata. Y qué gozo de intérpretes. Rosa Renom, excelsa cuando explica los óbitos de la actriz antes de salir a escena o cuando se pelea con el deseo insatisfecho. Jordi Boixaderas, sobresaliente en la contradicción que arrastra al escritor como amante y marido y en el sufrimiento por el sentimiento de ausencia.

Es un diálogo que transcurre en un espacio escénico (Sebastià Bros) como un almacén que evoca la memoria punteado por un emocional espacio sonoro (Orestes Gas) con participación de un piano solista (que toca solo) y un elocuente diseño de luces (Carlos Lucena). Las entradas de todas las funciones están agotadas. El espectáculo pide a gritos la prórroga.

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