¿Qué se ha hecho de nuestros sueños de juventud? Padres e hijos se lo preguntan en La Villarroel
Julio Manrique dirige 'Love, love, love' con David Selvas y Laia Marull en La Villarroel
BarcelonaEn 1967 los Beatles estrenan en directo All you need is love en el programa de la BBC Our world. Es el primer programa que se emite vía satélite, así que todo el mundo puede bailar acompasado al ritmo de aquellos melenudos ingleses. "Los Beatles están en máxima eclosión, acaban de publicar el Sgt. Peppers y son los abanderados del movimiento hippy, que nace de la contracultura y que por primera vez en la historia hace protagonistas a los jóvenes. El discurso es que los jóvenes pueden ser libres, decidir qué hacer con sus vidas, tener una voz propia", explicaba el martes Julio Manrique, 24 horas antes de ser nombrado director del Teatre Lliure. Lo decía en La Villarroel, donde dirige la obra Love, love, love, que se estrena este domingo y que se podrá ver hasta el 3 de diciembre.
Ante la televisión se conoce a Sandra (Laia Marull) y Kenneth (David Selvas), dos jóvenes de pueblo que se han ido a estudiar a Oxford y que abrazan los ideales de esta nueva religión. Tienen por delante toda una vida. Y esta vida es la que sigue Love, love, love, del inglés Mike Bartlett (guionista de Doctor Foster, autor de Hierve y Contracciones). Escribió el texto en plena era del desencanto, en el 2011, cuando había estallado la crisis financiera y los jóvenes mejor formados y cultivados de la historia se dieron cuenta de que irremediablemente vivirían peor que sus padres. ¿Qué había pasado? ¿Qué mundo les estaban dejando? ¿Y qué se había hecho de los sueños de juventud de esos hippies? Este choque generacional entre boomers y milennials, entre padres e hijos, es la piedra de toque del montaje que produce La Brutal.
Libertad vs. igualdad
Uno de los grandes temas de la obra es ver el paso del tiempo en el seno de una familia. Selvas y Marull pasan de los 19 a los 65 a lo largo de las tres escenas del montaje, con la ayuda de la caracterización. "El tiempo pasa y veremos qué se ha hecho de sus vidas y si lo que han hecho se contradice o no con la revolución que se imaginaban, o si además de amor necesitaban algo más cuando se acumulaban las facturas, hipotecas e hijos", continúa Manrique. El director asegura que la mirada de Bartlett es "ácida y crítica" con quienes propugnaban un futuro más igualitario y bonito pero acabaron pagando la casa adosada y creyendo en Margaret Thatcher. Pero también es compasivo, humano y tierno: "Quizás han hecho lo que podían", apunta Manrique. Al fin y al cabo, ¿es su culpa de que la libertad generara más desigualdad?
Los Beatles y los referentes de la cultura pop inglesa acompañan una puesta en escena que quiere atrapar al espectador. La compañía asegura que el debate generacional será "lo mejor que dará la obra", dice Marull. "Es una conversación que tengo mucho con mis amigos. Por ejemplo, nos preocupa la vivienda, y la obra habla. Te hace plantear cuáles han sido tus privilegios y tus ilusiones. Mis padres vivieron la vivienda Transición, que fue un período complicado pero también tenían unas ilusiones que ahora no tenemos, porque vemos el futuro más negro", asegura Clara de Ramon, que junto a Marc Bosch interpretan a los hijos del matrimonio. Cada generación considera que la otra es más afortunada, ya sea por las posibilidades o por las ilusiones. "¿Por qué están tan cabreados, los jóvenes? Esta obra es un esfuerzo por abrir este debate a través de la ficción y del teatro", sentencia Julio Manrique.