El mundo según Satanás (en el Teatre Lliure)
Àlex Rigola tiene una mirada fiel al texto de 'El Maestro y Margarita' de Bulgákov y ambiciosa en la exigencia al espectador
- Autor: Mijaíl Bulgákov
- Dramaturgia y dirección: Àlex Rigola
- Intérpretes: Nao Albet, Frank Capdet, Nilo Cardoner, Biel Duran, Jordi Figueras, Francisco Garrido, Miranda Gas, Roger Julián, Laia Manzanares, Sandra Monclús, Carlota Olcina, Jordi Rico, Carlos Rojo, Xavi Sàez
- Teatro Libre. Hasta el 19 de octubre
Àlex Rigola vuelve al Teatre Lliure que dirigió hace unos años (2003-2011) con una ambiciosa versión de la monumental obra de Mijaíl Bulgákov El Maestro y Margarita. Considerada una de las obras más importantes de la literatura rusa del siglo XX, la conocimos teatralmente en 2003 en una versión dirigida por Xicu Masó estrenada en Lliure de Gràcia en el marco del Festival Grec. Pep Tosar haría otra muy íntima en el 2013 en el pequeño Círcol Maldà y en 2012 llegaría la suntuosa y espectacular producción de Théâtre du Complicité de Simon McBurney que explotaba sobradamente todas las posibilidades visuales de una novela con rasgos del género fantástico.
Se trata de una obra compleja que mezcla tiempo y espacios. El Moscú de los años treinta del siglo XX, donde aterriza Satanás bajo la máscara de un experto en magia negra y su ejército de freaks; la Galilea con Ponç Pilato averiguando la culpabilidad de Yoshúa Ga-Nozrí (Jesús de Nazaret); el manicomio donde está ingresado el Maestro, autor del libro sobre la vida de Ponç Pilato, y el reino satánico que convertirá a Margarita en bruja y la hará diosa del gran baile de primavera de Satanás. La obra habla del poder ("todo poder es violencia", nos dice Bulgákov), de la verdad y la ficción en el relato de la historia (¿existió Jesucristo?), del valor y la cobardía (los más despreciables son los cobardes), de la corrupción de burócratas y arribistas.
La mirada de Àlex Rigola es ambiciosa en los contenidos, bastante fiel al original y austera en la presentación. En un espacio central apenas amueblado con un sofá, una mesa, un sillón y tres cipreses, y con una efectista iluminación (Raimon Rius), el director se concentra en la verdad de las interpretaciones (catorce intérpretes) acentuando la diferencia entre el jolgorio (como bailan, estos malditos!) y los malditos! conversaciones en Jerusalén. Funciona. Más allá de la onomástica rusa, la función nos habla de las inquietudes actuales.
Magnífico el momento en que Satanás muestra a Margarita el genocidio en un globo terráqueo. Sin embargo, el segundo acto parece menos trabajado y no consigue transmitir la sensualidad que se deriva del original. Muy histriónico el Satanás de Francesc Garrido; pícaro el Koróviev de Xavi Sáez; un poco blanda la Margarita de Laia Manzanares; flemático el Maestro de Nao Albet; poderoso el Poncio Pilato de Miranda Gas.
Buen inicio de temporada en el Lliure.