Crítica de teatro

'Todos pájaros': la tragedia del sueño de la paz en Israel

Oriol Broggi dirige la exultante comida de teatro de Wajdi Mouawad

2 min
Joan Carreras y Clara Segura en 'Tots ocells'.
  • Autoría: Wajdi Mouawad
  • Dirección y espacio: Oriol Broggi. Traducción: Cristina Genebat
  • Intérpretes: Guillem Balart, Xavier Boada, Joan Carreras, Marcia Cisteró, Marissa Josa, Miriam Moukhles, Xavier Ruano y Clara Segura

Oriol Broggi vuelve a Wajdi Mouawad. Todos pájaros es la sexta creación de Broggi sobre las obras de este libanés hijo de la interminable confrontación bélica de Oriente Medio radicado en Canadá durante años y actualmente director del Théâtre de la Colline de París, donde en 2017 se estrenó Tous des oiseaux. Broggi vuelve a Mouawad, y Moauwad vuelve a la tragedia permanente entre judíos y palestinos, ahora de tremenda actualidad, en una poderosa propuesta que el público de pie aplaudió sobradamente y que ha agotado todas las localidades hasta el 28 de julio (sí que las hay para las funciones de septiembre y octubre).

Todos pájaros tiene el aroma y el detonante dramático de aquella demoledora Incendios con la que descubrimos al autor y se levanta sobre una historia de amor imposible, como la de Romeo y Julieta. El amor que pasa por encima de los conflictos históricos y el dolor de quienes son incapaces de superar el pasado. Etian es un joven judío neoyorquino que estudia el genoma humano; en una biblioteca conoce a Wahida, una chica de origen árabe de la que se enamorará y con la que emprenderá un viaje a Israel en busca de la auténtica historia de su padre.

Todos los elementos característicos del teatro de Moauwad emergen en esta función de casi cuatro horas que pasan volando. El viaje iniciático, la búsqueda de la identidad, los orígenes, el radicalismo, la confrontación entre ciencia y alma en una historia íntima que, reflejando posiciones individuales, amplifica los conflictos sociales y políticos que separan a dos pueblos tan cercanos y que nos golpean con anónima inmensidad de sus penas.

Es una tragedia contemporánea con un impecable reparto y una puesta en escena que, una vez más, reivindica la espléndida austeridad de las piedras centenarias envueltas con un magnífico trabajo de imágenes de vídeo (Francesc Isern) y en streaming y la expresiva iluminación de Pep Barcons.

En un reparto de lujo, Guillem Balart y la sorprendente, magnifica, Miriam Moukhles representan la posibilidad de un sueño de paz; Joan Carreras y Clara Segura son la furia intolerante de los padres; Xavier Boada, el humanismo y la solidaridad de un anciano que guarda un gran secreto; Marissa Josa, la irreductible abuela víctima de su propia radicalidad; Marcia Cisteró y Xavier Ruano, los secundarios imprescindibles para definir el contexto. La dirección de Oriol Broggi es sobria, sin renunciar a los efectismos sonoros, y especialmente acertada en la dirección de los actores en las escenas de confrontación. En septiembre volverán. No se pierdan esta exultante comida de teatro.

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