La palabra secreta de Simone Weil resuena en la catedral de Girona
Míriam Iscla protagoniza una lectura de textos de la filósofa en el marco del Temporada Alta
- Temporada Alta y Festival Clàssics
- Catedral de Girona. 11 de octubre de 2023
En el altar de la impresionante catedral gótica de Girona, con el público sentado en los bancos de madera de la nave, Míriam Iscla ha recitado una cuidada selección de textos filosóficos de Simone Weil. La actriz, dispuesta a oficiar un ritual iniciático, sin ánimo de sermonear ni dar lecciones, ha encadenado las reflexiones de la filósofa una tras otra trenzando un discurso denso y desgarrador sobre la experiencia de la fe religiosa y los misterios de la naturaleza humana. Leía una selección de textos dispersos de la autora, extraídos de obras como La condición obrera o La gravedad y la gracia, que la traductora Anna Punsoda ha trenzado perfectamente en un monólogo único y sin cortes. La lectura comienza y termina con dos fragmentos de dos cartas de Weil y, en medio, todo el resto de fragmentos están insertados con coherencia por lo que toda la disertación parece una misma carta sobre la realidad y el mundo místico.
A través de la voz de Iscla, que declama con una dicción precisa, ritmo e intensidad dramática, la filósofa profesa en primera persona su singular descubrimiento de la inspiración cristiana. Weil vive la religión como una pasión espiritual que redime la existencia desgraciada de los esclavos y los acerca al estadio sobrenatural de la libertad, la verdad y la belleza. Sin embargo, la autora no se amolda a ninguna doctrina y, a pesar de su cristianismo practicante, discute el carácter inquisidor de la Iglesia, elogia el Antiguo Testamento por encima del concilio de Trento y reconoce la sabiduría compartida entre las religiones de las culturas paganas. Entonces, con este discurso como eje central, discute también sobre cómo el trabajo mecánico en las fábricas aniquila la capacidad reflexiva de los obreros, o sobre la necesidad humana de sentirse arraigado en una comunidad.
"La palabra de Dios es la palabra secreta. Aquel que no ha oído esta palabra, aunque manifieste su adhesión a todos los dogmas enseñados por la Iglesia, no está en contacto con la verdad"
Ciertamente, todos ellos son textos concebidos para ser leídos con calma, con espacio para la pausa y la discusión; y en la lectura en voz alta de Iscla, el reposo por profundizar en cada palabra se pierde. Sin embargo, la actriz consigue una retórica afable y comprensible que permite al espectador seguir perfectamente el hilo conductor de la argumentación y captar al vuelo las ideas más sugerentes de los libros de la filósofa.
El espectáculo, coproducido por Temporada Alta y el Festival Clàssics, también se podrá ver en la iglesia de Santa Anna, en Barcelona, el 22 de noviembre.