Novedad editorial

El teatro maldito de Tennessee Williams, por primera vez en catalán

Prometeu Edicions lanza tres volúmenes con las obras más experimentales del dramaturgo estadounidense

Tennessee Williams
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BarcelonaTennessee Williams (Columbus, 1911 - Nueva York, 1983) fue uno de los dramaturgos más importantes del siglo XX. Entre los años 40 y 60 dio luz a sus tres grandes logros: El zoo de cristal (1945), Un tranvía llamado Deseo (1947) y La gata sobre el tejado de zinc caliente (1955), los llamados big three. Pero Williams fue un autor muy prolífico que apenas paró de escribir hasta su muerte. También se adentró en el experimentalismo y sus creaciones cayeron del pedestal. Él mismo definió ese teatro como maldito porque ni la crítica ni el público lo alabaron, aunque con el tiempo expertos y estudiosos de su figura le han valorado. Ahora Prometeu Edicions ha puesto en marcha un proyecto para publicar, por primera vez, las principales obras en catalán. Será una edición de tres volúmenes –el primero de ellos ya se encuentra en las librerías, y el segundo llegará en enero– traducida por Marc Rosich.

"No son obras menores, aunque no tuvieron éxito. Plasman la época más crepuscular de Williams, que vale la pena conocer, y es importante tenerlas en catalán", explica Rosich. Diez años atrás, formó parte del equipo de Calixto Bieito para levantar Camino real (1953) en una producción en el Guthman Theatre Chicago, en Estados Unidos. "Allí vi que era una lástima que en nuestro país no se conociera un texto tan maravilloso como aquél, emparentado con el teatro del absurdo y de vanguardia del momento", señala el traductor. Camino real es precisamente la primera obra del primer volumen, que también incluye El bajón de Orfeo (1957). "Ambas fueron eclipsadas por el big three, melodramas comerciales de Williams. Junto a éstas, él intentaba buscar nuevos lenguajes y se avanzaba en Europa, pero el ambiente comercial americano no le ayudaba", dice Rosich.

La época del apedreamiento

Williams escribía siempre desde la introspección y la autobiografía, por lo que sus obras son un reflejo de lo que había oído o le había ocurrido. Y en el caso del teatro maldito, el dramaturgo se exponía como una persona que sufría. "En 1957 murió su padre y en 1961 murió su compañero. Williams entró en una depresión profunda y cayó en la bebida y las drogas. Y a todo esto hay que sumarle los fracasos a escena. Él mismo hablaba". de este período como la época del apedreamiento", subraya Jordi Vilaró, que ha elaborado el prólogo del primer volumen del proyecto editorial.

Según Vilaró, en sus obras Williams hace "un retrato de cierta decadencia personal", y pone énfasis "en el hecho artístico y la dificultad de producir arte ante una sociedad materialista". Desde su punto de vista, el dramaturgo "tenía en el fondo un fuerte componente político" y, al mismo tiempo, se encontraba en un callejón sin salida: "Si innovaba se le reprochaba, pero si intentaba volver a los modelos de los espectáculos más comerciales, se le decía que había pasado de moda". El teatro maldito de Williams no sólo no había sido traducido hasta ahora al catalán, sino que prácticamente no ha pasado por nuestros escenarios. En el Teatre Nacional de Catalunya, en la etapa de Xavier Albertí, pudo verse La noche de la iguana (1961) y La rosa tatuada (1951), pero "son dos excepciones más allá del big three, que se sigue representando", afirma Vilaró.

El proyecto de Prometeu Edicions quiere ser también un incentivo para llevar estas piezas a la cartelera catalana. "El mundo de hoy, donde justamente hay un crecimiento de la extrema derecha y de la intransigencia, nos vuelve a los textos teatrales de Williams. Él siempre escribe desde una herida, la del homosexual incomprendido en un mundo que rechaza la diferencia", apunta Rosich. Ahora que los textos se encuentran en catalán, el próximo paso es que estas obras de Williams seduzcan a los directores por hacer -revivirlas y reivindicarlas en escena.

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