La hegemonía del Barça en Europa tampoco se discute
Las azulgranas superan al City con la renta de goles necesaria para quedar primeras de grupo (3-0)
BarcelonaEl Barça ha despejado todas las dudas que había sembrado al principio de la temporada con una victoria contundente ante el Manchester City. Casi 30.000 aficionados, que no se han cansado de animar en ningún momento, han querido acompañar a su equipo en el primer partido del femenino este curso en el Estadi Lluís Companys. La ocasión lo merecía. El conjunto citizan les espetó un 2-0 en la ida que el equipo de Pere Romeu ha querido demostrar que sólo fue un accidente, que la hegemonía del Barça no se discute. Con el triunfo, las azulgranas terminan la fase de grupos como primeras y se ahorrarán los otros peces grandes en un sorteo de cuartos de final que no se celebrará hasta el 7 de febrero en Nyon (Suiza), en la sede de la UEFA .
En su primer partido como titular –y en sustitución de la lesionada Graham Hansen–, Salma Paralluelo ha sido la primera en poner el miedo en el cuerpo de las rivales. Ni cinco minutos ha tardado el conjunto catalán en fabricar la primera ocasión, un remate cruzado de la aragonesa que se ha topado con un buen parón de Khiara Keating, el mejor de las inglesas. Éste sería el guión del partido: el Barça mordiendo, atacando y atacando, mientras Keating –y las pérdidas de tiempo que han enfadado, y con razón, a la afición– mantenían la resistencia de un City claramente superado. Keating ha brillado para detener los remates de Ewa Pajor y de Esmee Brugts, y la central catalana Laia Aleixandri también se ha hartado de cortar jugadas de un Barça decidido a ganar.
Las de Pere Romeu imponían el ritmo ante un City que echaba de menos a algunas de sus futbolistas más destacadas, como la delantera Bunny Shaw y la capitana Alex Greenwood. Pero a pesar de fabricar ocasiones claras y hartar de recuperar balones, las azulgranas no conseguían abrir la lata. El duelo era precioso, con el Barça jugando a un alto nivel, lo que ha animado a una afición que se ha entregado a sus futbolistas, a diferencia del cementerio que ha sido Lluís Companys en los dos últimos partidos de sus homólogos masculinos. Las banderolas con los colores del Barça y con la bandera lucían en las gradas, así como los cánticos y los aplausos de apoyo. La fiesta de la afición sólo ha vivido un pequeño susto, cuando Jill Roord, en la única posesión larga del City en ataque, ha finalizado una jugada con un cacao en el larguero.
Claudia Pina abre la lata
Todo funcionaba, pero faltaba lo más importante: el gol. Pajor, una delantera que sabe lo que es jugar finales de Champions pero que nunca ha ganado la competición, ha puesto a prueba por enésima vez a Keating. Esta vez, con un remate desde la frontal que la portera de sólo 20 años ha enviado a córner. Se hacía cruces el ariete polaca, insistente en buscar una diana que no llegaba. Antes, Aitana Bonmatí había probado fortuna con una vaselina lejana. Las ocasiones se sucedían, pero faltaba algo más de acierto. Hasta que Claudia Pina ha encontrado una recompensa bien merecida.
A las puertas del descanso y después de una buena y larga jugada, Pina recogió un rechace en el corazón del área y, por fin, el balón acabó en el fondo de la red. Estallido de emoción y alegría en las gradas y abrazo colectivo entre las jugadoras. Ya se había hecho lo difícil: abrir la lata. Quedaba, sin embargo, marcar al menos dos goles más para dejar atrás y olvidar definitivamente el 2-0 de la ida en Manchester que privaba a las azulgranas de ser primeras de grupo.
El Barça ha salido en la segunda mitad tal y como había terminado el primer tiempo: con una gran intensidad. En menos de un minuto, Pina rozó el segundo, pero nuevamente apareció Keating. El segundo tardaría un poco más en llegar. Pajor, con un buen reverso, ha asistido a Aitana con la defensa del City muy adelantada y la flamante ganadora del The Best ha conducido el balón, decidido, hasta la portería rival para hacerlo pasar por debajo de las piernas de la portera.
Se llegaba a la hora de partido y Montjuïc cantaba y bailaba, a la espera del tercero. Aitana chocaría con el larguero, pero sería Alexia Putellas —¿quién, si no?—, quien saltaría al terreno de juego para marcarlo. Los minutos que la capitana llevaba en el césped se podían contar con los dedos de una mano cuando cogió el balón y conectó un remate ajustado al palo derecho de Keating. Trabajo hecho. Pajor pudo redondear el resultado con un gol que no llegó y que habría ahorrado una chispa de sufrimiento porque el City, con más corazón que acierto, intentó salir de la cueva en los últimos minutos. Pero el relato estaba ya claro: la hegemonía del Barça no está en duda.