El homenaje de piel de gallina que este equipo se merecía

Un Camp Nou de récord mundial anima sin cesar a las jugadoras del Barça en una jornada que marca la historia del club

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Las jugadoras del Barça celebran un gol contra el Madrid

BarcelonaQuien escribe estas líneas confía e, incluso, se atreve a afirmar con certeza que la piel de gallina y los escalofríos de emoción que ha vivido durante la disputa del Barça-Madrid de este miércoles en el Camp Nou han sido compartidos por los casi 100.000 aficionados que han llenado las gradas. Un estadio que causaba sensación, un mosaico con el lema More than emporwerment (más que empoderamiento), acompañado de la bandera y los colores azulgranas, y una grada llena a rebosar que no ha dejado de animar en ningún momento al equipo ante un Real Madrid que ha sabido plantar cara de nuevo. El Camp Nou ha estado a la altura de un equipo que glorifica el escudo y el modelo de juego azulgranas. El homenaje ha sido mutuo. El de una afición volcada con sus jugadoras y el de un equipo que se ha hecho suyo el estadio para seguir haciendo lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol de forma maravillosa, aunque el Madrid ha vuelto a apretar, pese a que volvía a ser un rival rocoso y que ha sabido volver a plantar cara hasta que ha empezado el arrebato goleador catalán. Jornada histórica en el Camp Nou. El récord mundial de asistencia a un partido de fútbol femenino es de piel de gallina: 91.553 aficionados han llenado el mayor estadio de Europa y se han hecho notar en todo momento. El mejor homenaje a las mejores.

La gente no ha dejado de animar en ningún momento. Cuanto más duro jugaban las jugadoras blancas en las disputas, más rugían a los aficionados y aficionadas que poblaban las gradas en una jornada festiva, histórica y que dignifica la historia de un club centenario como el Barça. En cada desmarque de una jugadora azulgrana, ya fueran Claudia Pina por un lado o Caroline Graham Hansen por otro, la afición acompañaba la trayectoria del pase vibrante. En cada recorte de Alexia Putellas en medio del campo, la gente se ponía de pie para ver qué haría la mejor jugadora del mundo. Cuando Patri Guijarro y Aitana Bonmatí buscaban soluciones en medio del campo, la afición trazaba las líneas con ellas. Cuando Jennifer Hermoso recibía la pelota de espaldas a portería, la afición quería girarse con ella y probar también el disparo. Cuando el Madrid intentaba aproximarse a la portería defendida por Sandra Paños, la afición imitaba los gestos de la portera para detener el balón. En cada balón recuperado por Mapi León o la defensa azulgrana, la afición sentía que también formaba parte de la acción. Porque, el Barça y el Camp Nou han vivido una simbiosis que hacía emocionar. Recuerdan lo que decíamos de los escalofríos compartidos, ¿verdad?

Aficionados culés en el Camp Nou

Una comunión que ha hecho temblar los cimientos del viejo Camp Nou cuando el Real Madrid se ha atrevido a amenazar al Barça con el 1-2. Ni cinco minutos le duraría ese pequeño golpe de autoridad al conjunto blanco. Porque el estadio ha animado cada vez más y más y más, hasta la catarsis colectiva con un golazo de Aitana Bonmatí que no se ha cansado de señalarse el escudo y de darle besos. Golpe de autoridad que sería coronado poco después con otro gol de Claudia Pina, instantes antes de que el estadio repitiera el mosaico, con las gradas aún más pobladas que al inicio del partido porque el goteo de gente ha sido constante durante el primer tiempo debido a la hora del partido.

La remontada azulgrana sobre el césped ha desatado el éxtasis de una fiesta que ya había comenzado mucho antes del partido, con un gran recibimiento a las jugadoras en el estadio. Con las gradas y la afición animando sin cesar, llegarían dos momentos mágicos casi seguidos. Del mosaico se pasaría a convertir el estadio en un templo de luces, con la gente jugando con los flashes de sus móviles, convertido el Camp Nou en el escenario de una gran obra, que no tardaría en ser condecorada con la cuarta diana azulgrana, la de la mejor jugadora del mundo, la de la reina, la de Alexia Putellas. La gran cantidad de aficionados y aficionadas que hoy acudieron al estadio con la camiseta con el dorsal 11 y el nombre de Alexia sonríen, felices, contentos, emocionados. Después llegaría la ola en las gradas mientras seguían las ocasiones, una tras otra, de un equipo que hace soñar. Y todavía un tanto más. Y más alegría. Y más reivindicaciones de un equipo que ha demostrado que también puede llenar el Camp Nou. Que también es su casa. Una casa de récord.

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