Al Barça le toca sufrir para volver a ser líder (1-0)
Un gol de penalti de Lewandowski permite derrotar a un Rayo Vallecano que gozó de ocasiones para llevarse algún punto del Olímpic


BarcelonaNo hace mucho el Barça levantaba la vista y veía cómo el Real Madrid se alejaba en la clasificación, con una almohada de ocho puntos sobre los hombres de Hansi Flick. Ahora el técnico alemán mira hacia adelante y no ve a nadie, ya que todos los rivales le siguen en la clasificación. El Barça, tras los tropiezos del Madrid y el Atlético, sabía que si lograba derrotar al Rayo Vallecano recuperaría la primera posición. Y así lo hizo, aunque tocó piedra, ante un buen rival como es el equipo entrenado por Iñigo Pérez (1-0). Unas semanas después el Barça vuelve a mandar en la Liga, pero después de un harto de sufrir en un partido en el que faltó constancia. Los campeones deben saber ganar también cuando no tienen el día, ¿verdad?
No fue el mejor partido del equipo de Flick. No ayudaba ni el horario, un lunes por la noche, ni la frialdad de un estadio huérfano de animación, más allá de los cánticos de cuatro turistas o cuatro jóvenes animados. En el césped, los jugadores deben buscarse la vida solos, sin el apoyo que otros conjuntos tienen de gradas que aprietan y animan cuando te sientes un poco perdido. En el Barça, de hecho, hay que saber ganar y jugar bien se cante o no se cante. Se anime o no se anime. La clave de vuelta siempre ha sido el juego y el balón, y el equipo de Flick salió bien enchufado el día que el técnico alemán, fiel a su puntualidad germana, dejó en el banquillo a Kounde, ya que el francés supuestamente llegó tarde a la charla técnica. La presencia de Héctor Fort en la banda era la única novedad en un equipo que, poco a poco, empieza a ser aquél que Flick prefiere. Es decir, con De Jong ya por delante de Casadó, y con dos buenos amigos, Gavi y Pedri, juntos en el centro del campo.
El planteamiento de salida del Barça era intentar dañar al ampurdanés Pep Chavarria con los ataques de un Lamine Yamal que cada día deja dos o tres jugadas que la mayor parte de futbolistas nunca podrán llegar a hacer en Primera. Coge la pelota y va rompiendo la cintura de defensas adversarios con una facilidad sorprendente. Los adversarios tienen miedo de hacerle falta, temen su magia. Los hipnotiza, con su talento. El joven de Mataró empezó el partido travieso, con Alejandro Balde acompañándole al otro lado con sus carreras verticales. Los primeros minutos fueron un monólogo blaugrana, decididos a tener todo el protagonismo y toda la posesión. El Barça no dejaba hablar al Rayo, como hacen los políticos experimentados en los debates electorales. El gol parecía cuestión de tiempo, aunque la carencia de puntería de Raphinha y Lewandowski en algunas ocasiones evitaron el primer grito de alegría. Al final llegaría en un error de Pathé Ciss, que al perder la posesión defendiendo un córner, cogió por la cintura a Iñigo Martínez. Penalte claro y Lewandowski no perdonaría y engañaría a Batalla.
Pero después del gol, el partido cambió. Y apareció el Rayo que suele verse cada fin de semana. El conjunto de Vallecas es un regalo para la Liga. Poco presupuesto y pocos nombres de renombre, pero un técnico, Iñigo Pérez, valiente. Un equipo que juega y deja jugar, con ambición, que venía apenas dos derrotas en todos los partidos jugados hasta ahora fuera de casa. El equipo de Vallecas, con De Frutos e Isi imperiales, acabaría, con razón, enfadado con el árbitro del partido, que no pitó un penalti cuando Héctor Fort cogió la camiseta de Nteka en un remate. Luego no darían como válido un gol de De Frutos en una jugada dudosa. El ex jugador del Levante estaba en posición legal, pero Nteka, en fuera de juego, bloquearía a Iñigo Martínez. Una de esas acciones en las que cuando te lo pitan en contra, te estiras el pelo. Una acción interpretable que le salió cara al Barça. Afortunadamente, Szczęsny hizo un gran paro.
Piedra, con magia
Flick acabó el primer tiempo con cara de pocos amigos, viendo cómo Rayo le mangaba el balón con insolencia, sin miedo. El alemán sabía que había que cambiar el guión para evitar dañar. Y quien también parecía entenderlo era Pedri, que iba dejando detalles individuales, en su pugna por controlar el encuentro. De Jong, en cambio, parecía algo perdido. No es una novedad. Flick, cada vez más mosca al ver cómo no llegaba el segundo gol, hizo entrar a Kounde y Olmo por Héctor Fort y Gavi, para ganar peso. El Barça no conseguía hacer llegar el balón a Raphinha y Lamine Yamal, ya que los madrileños habían entendido que la mejor forma de defender a estos jugadores era evitando que les llegara el balón. Sin embargo, los cambios hicieron crecer al Barça. Olmo conseguía entrar dentro del área rival y, con Kounde detrás, Lamine Yamal se reactivó un poco en un escenario en el que el partido se iba rompiendo.
Cuando más falta hacía, el Barça supo recuperar el balón, y consiguió que diera la sensación de que si tenía que llegar un gol, fuera local y no visitante, aunque De Frutos tuvo a tocar el gol del empate en el minuto 90 en un error defensivo demasiado evidente de un equipo que va madurando, pero aún comete. El Barça ya vuelve a estar a la cabeza, sin embargo. Hace poco parecía imposible, pero ese equipo avanza con paso firme. A veces enamora y otros días, hace lo que toca, ganando sin recoger grandes elogios. Partidos que deciden títulos, como éste, un lunes de febrero.
FC Barcelona 1-0 Rayo Vallecano
- FC Barcelona: Wojciech Szczęsny, Héctor Fort (Koundé, 64'), Pau Cubarsí (Eric Garcia, 80'), Iñigo Martínez, Alejandro Balde, Frenkie de Jong (Casadón, 87'), Pedri, Gavi (Dani Olmo, 64'), Robert Raphinha. Entrenador: Hansi Flick.
- Rayo Vallecano: Augusto Batalla, Andrei Ratiu, Florian Lejeune, Abdul Mumin, Pep Chavarria, Pathé Ciss (Valentin, 73'), Pedro Diaz (Gumbau, 60'), Jorge de Frutos, Isi Palazón (Trejo, 73'), Álvaro Garcia (S8 '). Entrenador: Iñigo Pérez.
- Goles: 1-0 Lewandowski de penalti (28').
- Árbitro: Mario Melero López (Andalucía)
- Tarjetas amarillas: Pathé Ciss (27'), Ratiu (42'), Gavi (46') y Embarba (87').
- Tarjetas rojas: Ninguna
- Estadio: Olímpic Lluís Companys , 45.296 espectadores.