Apuntes en caliente

Los estragos de la gloria nacional: los apuntes en caliente del Barça-Valladolid

El Barça suda la gota gorda para superar al Valladolid y hacer buena la derrota del Atlético de Madrid

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Messi intenta progresar, rodeado de rivales, al partido contra el Valladolid.

BarcelonaFutbol imperfecto para decidir. Dembélé acaba contrato en 2022 y, con Neymar moviendo agenda para intentar volver junto a Messi, seguro que será uno de los temas calientes de los próximos meses en clave mercato. Mientras tanto, sin embargo, el francés va tirando en su mejor temporada desde que el Barça se gastó un riñón para ficharlo. Fiable físicamente y reconvertido en ariete móvil, contra el Valladolid falló los pases de rigor de cada partido. Pero su heterodoxia sirvió un gol agónico para dar un impulso a la Liga a falta de nueve jornadas. Su remate tobogán después del remate de cabeza de Araujo, con la pelota deslizando de la rodilla a la bota y de la bota a la red, es oro puro y homenajea al fútbol genuino e imperfecto que se aprende en los patios y en las calles.

Los estragos de la gloria nacional. Entre la mejor actuación del Barça en la Liga esta temporada y una de las peores primeras partes de la era Koeman ha habido una parada de selecciones. Sí, el tradicional paréntesis en el que los futbolistas salen de la burbuja de sus clubes y, después de muchos minutos y muchos kilómetros a cambio de la gloria nacional, vuelven a la dinámica habitual para afrontar el tramo decisivo del curso. Los azulgranas, que tienen la Liga y la Copa en sus manos, acusaron contra el Valladolid, un equipo que lucha para mantener la categoría, la complicidad perdida debido al calendario. Tienen cuatro días y pico para recuperar las constantes de cara al clásico.

Jaime Latre, un stopper más. Que Griezmann viera la primera tarjeta amarilla del partido minutos después de haber recibido impunemente un codazo en la cara muestra el tipo de arbitraje que Jaime Latre hizo en el Camp Nou. El errático criterio disciplinario del colegiado aragonés provocó que De Jong y Messi, apercibidos de sanción, encogieran la pierna cada vez que había riesgo de amonestación. Pero casi más desesperante que este filo de navaja constante a la hora de castigar infracciones fue el posicionamiento del árbitro en las jugadas de ataque estático. En acciones en las que el Barça sufría para encontrar espacios contra un rival cerrado, Latre molestó hasta el punto de frustrar líneas de pase con su mala lectura.

Ni siquiera con el VAR. A pesar de la derrota de su equipo, el exculé Masip se habría merecido el último punto de estos apuntes –qué partidazo que hizo– si el dúo arbitral no hubiera redondeado su desacertada actuación con dos decisiones que levantaron las iras del Valladolid y causarán todo tipo de críticas en Madrid, donde están los otros dos competidores por la Liga. Dos interpretaciones que, honestamente, ayudaron al Barça a resolver la papeleta en una mala noche. La primera, unas manos de Jordi Alba dentro del área con 0-0 en el marcador que podrían haber sido penalti perfectamente. Y la segunda, la expulsión rigurosa de Óscar Plano cuando intentaba frenar una progresión de Dembélé. Seguro que habrá quien dirá que ya se nota el regreso de Laporta a los pasillos...

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