Análisis

Por qué el Barça puede ganarlo todo

El equipo azulgrana ha demostrado en este primer tramo de temporada que puede jugar a un gran nivel, pero es necesario sostenerlo

Raphinha y Lamine celebrando uno de los goles en Dortmund. WOLFGANG RATTAY / REUTERS
25/12/2024
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BarcelonaDespués de la derrota contra el Atlético de Madrid no tardaron en salir comparaciones numéricas del equipo actual con el de las últimas temporadas. Se ve que el Barça de Xavi Hernández hizo más puntos que el de Hansi Flick al término de la primera vuelta, y que el técnico alemán tiene un porcentaje mayor de derrotas que Setién, Koeman y el propio Xavi. Muy bien, felicidades. Ahora estaría bien saber qué día, junto a los entrenadores anteriores, el equipo había hecho un partido tan bueno como el del sábado ante el conjunto de Simeone.

Jugando así el Barça ganará nueve de cada diez veces contra el Atlético y, también tranquilamente, a ocho o nueve de cada diez rivales, los que queráis. Jugar bien también es aumentar las probabilidades de ganar, y el sábado el Barça tuvo muchas. Ocurre que estamos hablando de fútbol, ​​que seguramente es el único deporte en el que tú puedes ser mucho mejor que el rival y perder. A diferencia de otras disciplinas deportivas, que se juegan con las manos, con instrumentos o en terrenos de juego de dimensiones bastante más reducidas, el fútbol se juega básicamente con los pies y el campo abierto, hechos que lo convierten en un deporte imprevisible.

Una imagen dominante como hace tiempo que no ocurría

El Barça de Setién, de Koeman y de Xavi nunca se acercó al nivel de juego que hemos visto esta temporada del conjunto que entrena Flick. En los partidos buenos hemos disfrutado de un equipo valiente, atrevido y de tremenda personalidad. Cuando el Barça jugó bien, supo ahogar la salida del adversario con agresivas presiones altas. Cuando el Barça ha construido bien desde atrás y se ha establecido de forma ordenada en campo contrario, ha podido agobiar al rival de turno con una contrapresión feroz. En estas circunstancias, la línea defensiva alta se sintió abrigada e imponente, y el Barça ofreció una imagen dominante como hacía años que no era capaz de exhibir.

Es cierto que no siempre ha sido así, no siempre el Barça ha podido jugar de esta manera tan deslumbrante. En determinados partidos, y podemos contar algunos, como Osasuna, Real Sociedad, Celta, Las Palmas, Betis o Leganés, el conjunto azulgrana ha perdido el hilo del juego. Esta propuesta tan nítida y desacomplejada se ha visto enturbiada por algunos problemas futbolísticos recurrentes.

Cuando el Barça se vio sorprendido por la presión hombre a hombre del rival en campo contrario, tuvo problemas para salir bien desde atrás. Los centrales, habitualmente pulcros con balón, no han visto más remedio que rifarlo y el equipo no ha sabido establecerse en campo rival. Así, la presión alta o contrapresión dejan de ser un argumento válido. De la misma forma, y ​​también a consecuencia de la poca estructura con el balón, no siempre el rival que la tenía se sentía presionado. Esto es sinónimo de dejar vendida tu línea defensiva, que quiere ser alta y agresiva. Sí, el Barça a menudo se ha precipitado con el balón, o no ha sido lo suficientemente sensible para cuidarlo y jugarlo con sentido, y eso se ha acabado traduciendo en todo el resto de problemas, que en ningún caso han sido "defensivos", sino de juego. El fútbol es un continuum, no puede separarse por fases.

El Madrid no es lo mismo que el Leganés

Volviendo al partido contra el Atlético, como en tantos otros esta temporada, el Barça hizo circular el balón a gran velocidad, tuvo vitalidad para estresar la línea defensiva rival, estirarla y generar espacios interiores (lo que no había hecho contra el Leganés), ahogó la salida de lo contrario, anticipó con los centrales defendiendo hacia adelante y, en general, imprimió su sello en el partido. porque es fútbol, ​​pero convendría separar el resultado del juego. varios factores. Por un lado, el psicológico. Hablamos de jugadores, no de máquinas, y no es lo mismo recibir al Bayern que jugar contra el Leganés. (¿y por qué no juegan siempre con la misma intensidad que contra el Bayern, el Madrid o el Atlético?) Tampoco es posible mantener siempre la misma efectividad de cara a la portería contraria.

El fútbol también va de eso

Por su parte, el modelo Flick tiene unas exigencias muy particulares. Tampoco es lo mismo intentar aplicar esta propuesta futbolística, semana a semana, que ejecutar otros estilos de juego menos demandantes. La idea de Flick requiere altas dosis de tensión competitiva, desgaste físico y mental. ¿Y entonces por qué no apuesta por otra idea?, preguntan algunos. Un plan B, dicen. Pues porque esa es su forma de sentir el fútbol y está convencido de que bien portada te acerca a las victorias ya los títulos. Tener un plan B, C o D tampoco te asegura nada ni te hace automáticamente mejor equipo. Es más, puede acabar diluyendo tu personalidad y tus fortalezas.

El Barça de Flick puede ganarlo todo o puede no ganar nada, pero de momento está haciendo disfrutar a la mayoría de sus aficionados, que el fútbol también va de eso, y está construyendo un equipo con una fuerte identidad.

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