"Sin esa cita amorosa, quizás el Barça no habría triunfado"
Un libro reivindica el papel del matrimonio formado por Armand Carabén y Marjolijn Van Der Meer para cambiar el club azulgrana
Barcelona"Aquel coche pasa cinco minutos después... ¿y qué habría pasado? Sin esa cita amorosa... ¿cómo sería el Barça?", se pregunta Ramon M. Piqué (Lleida, 1980). Aquellos pequeños detalles que cambian todo. Aquellos momentos estelares de la humanidad de los que hablaba Stefan Zweig, en los que una puerta mal cerrada o una conversación aparentemente poco importante acaban por ser claves para cambiarlo todo. Quien cambió al Barça fue Johan Cruyff. Y si el neerlandés acabó en el Barça fue gracias a que un catalán detuvo su Austin Morris 100 para subir a una chica neerlandesa que hacía autostop en la Costa Brava en verano de 1968. Se enamoraron, claro. Sin esa pareja, el Barça sería muy diferente.
Piqué, licenciado en comunicación audiovisual y apasionado de la cultura (fue el director del programa ¿Silencio?, de Televisió de Catalunya) acaba de publicar El contrato. Cruyff, Carabén, Cataluña (Editorial Columna), donde explica el fichaje del neerlandés por el Barça gracias a las gestiones hechas por el directivo Armand Carabén y su pareja, Marjolijn Van der Meer, que era la chica que hacía autostop, por supuesto. "¡Yo quería hacer una peli!", admite Piqué. "El fichaje de Cruyff es fascinante y es una historia de un éxito para Catalunya. Se fichó al Picasso del fútbol de esa época cuando el Barça podía parecer un club decadente que no ganaba nada hacía años y se vivía en dictadura" , añade. Así Piqué ha dedicado meses a hablar con personas que conocieron a Cruyff, y ha hecho, entre otros, la que seguramente fue la última entrevista al cocinero Fermí Puig en vida. Un viaje para descubrir los secretos de esa relación tan estrecha entre los Cruyff, Carabén y Van der Meer. El libro en buena parte gira en torno a este matrimonio, de hecho.
Armand Carabén (Barcelona, 1931 - Seva, 2001) hizo de todo, en la vida. "Era un hombre moderno que hablaba idiomas. Había estudiado en Ginebra y en Londres. Un abogado, economista y editor de prestigio que estuvo involucrado en el nacimiento de TV3, fue al inicio del proyecto olímpico de Barcelona 1992, fue en el Liceu, en el Barça... Era una de esas personas que no quería pedir permiso a Madrid para hacer nada, como les ocurre a otras. También fue en el Barça como gerente, claro", explica Piqué. Armand ya venía de una estirpe con suficiente personalidad, porque su padre era uno de los fundadores de la Liga Regionalista y el abuelo era el popular Pepet del Paral·lel, el propietario del Café Español del Paral·lel, aquel que tenía una terraza con cinco mil sillas donde se reunían todos los barceloneses, cualquiera que fuera su ideología, cuando el Paral·lel era una de las calles más famosas de Europa. "Carabén era un conector. Y eso es muy importante porque no tenemos tantos de estos personajes en Catalunya. Él conecta toda la intelectualidad del momento con el Barça en los actos del 75 aniversario, con el Canto del Barça y el cartel de Miró. Cuidaba la dimensión material y espiritual del club. Cuando el Barça jugó en 1974 un amistoso en París, Armand lleva al equipo a ver la exposición de Miró, y consigue unir a Cruyff y al pintor. Es alguien que pone en diálogo los genios en Catalunya y el mundo", argumenta Piqué.
El Montanyà, un lugar de peregrinación azulgrana
Y la suerte le llevó a ver a una chica que hacía autostop en 1968. De hecho, eran todo un grupo de amigos, los que hacían autostop, pero sabían que si Marjolijn estaba sola en la carretera, tenían más opciones que alguien se detuviera para subirla. Y detrás vendrían los demás. Y quien paró fue Armand, que conocía a una de las chicas que se escondían. De ese trayecto cerca de Palamós salió una cita que les cambió la vida a todos. "La Marjolijn no ha sido suficientemente reivindicada", defiende Piqué. Nacida en 1944 en plena Guerra Mundial, se crió en Nueva Guinea, cuando esta isla era colonia neerlandesa. Progresista y moderna, en 1968 trabajaba de recepcionista en un camping de la Costa Brava y se dedicaba a ver mundo, consciente de que, en teoría, le tocaba cambiar de vida porque estaba prometida con un diplomático israelí. Pero subió al coche de Armand. Y se enamoraron.
"Ella fue clave en el fichaje de Cruyff, era una gran diplomática. Es ella quien llama a Rinus Michels para proponerle si quería entrenar al Barça, por ejemplo. Hizo de intérprete a Cruyff, pero también el ayudó personalmente. Johan tenía su carácter y ella le descifraba. De hecho, cuando un empresario construyó la urbanización de El Montanyà y se empeñó en ofrecer una casa en Cruyff, la casa de al lado sería la de los Carabén: dos casas juntas, compartiendo jardín. El futbolista, que lo había perdido casi todo por unos negocios que fueron mal, "¡por suerte nunca perdió esa casita..., ya que nunca fue delante de un notario para aceptarla! Y por eso la mantuvo siempre". Sus cenizas se esparcieron en El Montanyà, donde en el 2001 murió Carabén.
Aquel verano de 1968 del encuentro entre Van der Meer y Carabén, Cruyff ya era famoso. La temporada 68-69 jugaría por primera vez una final de la Copa de Europa. En verano de 1970, el jugador fue de vacaciones a Mallorca y se escapó a Barcelona para visitar a su exentrenador, el inglés Vic Buckingham. Fue la época en la que nació una amistad entre los Carabén y los Cruyff. El Barça ya le seguía, aunque entonces no se podían fichar a extranjeros. Así que le llevaron al campo y le pasearon por la ciudad, para seducirle, mientras intentaban cambiar la normativa federativa que no dejaba fichar a jugadores de fuera. El club tuvo que esperar varios años, un largo proceso de seducción que lideraron Armand y Marjolijn, ya que hablaban neerlandés.
"En una cena en casa de un directivo del Ajax, este señor dijo que Cruyff nunca iría a Barcelona, ya que no estaría feliz. Y quien más se enfadó fue Marjolijn, una mujer de carácter. Ambos habían hecho una gran amistad con los Cruyff. Johan ya no sería capitán, fue clave que ellos estuvieran allí. Armand estaba desgastado después de tantas conversaciones, pero el representante de Cruyff les dijo que fueran a un partido de liga en Groningen para dejarse ver. -sufriendo las miradas heladas de los directivos de Ajax. Cuando Johan, que estaba triste por no ser capitán, los vio en la grada, le cambió la mirada. Este factor humano fue clave", explica el autor. Ese día en Groningen, Carabén y Van der Meer entendieron que Cruyff sería azulgrana.
"Cruyff es como Gaudí, un genio obsesionado en el proceso. Pero todo Gaudí necesita un Güell. Y su Güell es Carabén", defiende Piqué, que reivindica ese matrimonio. "Carabén tampoco tuvo una necesidad de ir sacando pecho de lo que hacía. Era un hombre como es debido. Cuando dimitió de su cargo al frente de la candidatura olímpica de 1992 a inicios de los 80, ya que sentía que cobraba por hacer poca cosa, Lluís Permanyer le dedicó un artículo a La Vanguardia suficientemente sintomático, titulado Honrado Carabén. Dobló porque creía que cobraba dinero público por hacer poco. No se encuentran fácilmente personas así.
El último acto de Cruyff como barcelonista
Del matrimonio entre Armand y Marjolijn, por cierto, nació un hijo: David Carabén, el comisionado de los 125 años del Barça y líder del grupo Mishima. Las letras del grupo, de hecho, llenan las páginas del libro de Piqué. "Ahora que no me siento... David también es un tipo importante. Porque también tiene esta función de conector, como ha demostrado con los actos de los 125 años, en los que ha escrito un gran manifiesto convertido en una reivindicación de una forma de hacer. La herramienta y el trabajo, que decía Vicens Vives". Porque el libro ha querido ir más allá del fútbol y de Cruyff. "Es una especie de excusa para retratar un poco este espíritu de los catalanes, siempre divididos, siempre creativos. Es un libro sobre qué podemos hacer los catalanes, sobre la obsesión que tenemos por analizar el proceso por hacer las cosas", admite Piqué , que ha querido empezar el libro por el final, con ese día que Cruyff devolvió la insignia de presidente de honor que le había dado Joan Laporta y le retiraba Sandro Rosell.
"Fue su último acto como barcelonista, peor no se podía hacer. Volviendo la insignia a una recepcionista que no sabía muy bien qué hacer. Ha habido muchas salidas traumáticas al Barça, pero a mí me parece que esta es lamentable", se queja Piqué, de que en esta Catalunya de bandos elige el laportismo. "Cruyff sólo tiene una calle dedicada a Catalunya, en un pueblo de 100 habitantes. Carabén, ninguna. De hecho, no tiene ni una sala o una placa en el estadio o las oficinas del club", concluye. Queda el recuerdo de ese verano cuando se conocieron en la Costa Brava en 1968 en que todo parecía posible. Una historia de amor que cambiaría al Barça. Y, en buena parte, Cataluña.