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La doble cara de las florituras de Lamine Yamal

El Barça tutela la progresión del extremo de Rocafonda, que todavía tiene un índice bajo de efectividad de cara a portería

Lamine Yamal, durante el Sevilla-Barça
11/02/2025
3 min
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BarcelonaLa primera jugada de Lamine Yamal en el Sevilla-Barça del domingo fue un remate para quitarse el sombrero. Una volea en el área, con el interior del pie izquierdo, que el guardameta salvó con un estirón magnífico. Pudo ser el primer gol del partido y uno de los tantos de la jornada. No fue el único intento. También en la primera mitad realizó una excursión en solitario y acabó rematando por encima del larguero. Pero a diferencia de la primera acción, cuando todo el mundo se puso las manos en la cabeza lamentándose porque la pelota no había terminado en gol, en esta segunda algunos compañeros le recriminaron que hiciera la aventura en solitario en vez de tratar de asociarse. En total remató cuatro veces aunque no marcó. Fue sustituido en el minuto 89 y se marchó hacia el banquillo con un gesto de desaprobación, maldiciendo no haber hecho ningún gol.

Precisamente, la obsesión de Lamine Yamal con el gol es una de las cosas que preocupan al área deportiva azulgrana. "El contexto es complicado, porque recibe muchos elogios cada día. Él es muy joven, tiene un gran potencial y muchas ganas de demostrar todo lo que sabe hacer, pero debemos cuidarlo", apuntan desde las altas esferas del club. Esta temporada el jugador de Rocafonda ha anotado 11 dianas. Cinco en la Liga –donde no marca desde el 0-4 en el Bernabéu de finales de octubre–, dos en la Copa, dos en la Supercopa y dos en la Champions. Un gran bagaje para alguien de 17 años que juega de extremo. Aunque las cifras tal vez sean insuficientes en sus ojos.

Lamine Yamal: un gol cada diez remates a portería

No será por falta de intentos. Según las estadísticas de Fotmob, esta temporada Lamine Yamal ha rematado 104 veces a portería, 40 de ellas entre los tres palos. Pero sólo once fueron gol (11% respecto a los disparos totales, 28% respecto a los disparos bien dirigidos). Un gol por cada diez intentos.

Las cifras de remates son similares a las de Lewandowski (97) y Raphinha (109), aunque tanto el polaco como el brasileño tienen un índice de eficacia muy superior. De Lewandowski, 46 disparos fueron bien dirigidos y 31 fueron gol, un extraordinario 67% (32% de los disparos totales). Raphinha ha dirigido a portería 43 lanzamientos y 22 han terminado en el fondo de la red (51%, 20% de los disparos totales). El de Yamal es un problema de eficacia derivado, sobre todo, de que prueba más disparos de mérito que sus compañeros, que si rematan lo hacen con opciones mucho más claras de marcar gol. Esta situación le ha valido algún abucheo de Lewandowski, dentro y fuera del terreno de juego. Según cuentan en el vestuario, se han enganchado en algún entrenamiento.

Las comparaciones son odiosas ya Lamine Yamal se le ha visto desde muchos sectores como el relevo natural de Leo Messi. Por el talento precoz, por haber sido formado en La Masia y por unas cualidades futbolísticas que sobrepasan la media. Pero como bien dicen en Sant Joan Despí, "para ser la sombra de Messi es necesario comer muchas sopas". Pero él admite que se ha reflejado en Neymar, de quien ha heredado la visión más lúdica y recreativa del fútbol. El reproche que le hacen desde algunos sectores del club es que a veces priorice la filigrana en la asociación. Ocurrió también en Sevilla, con 1-3 y jugando con inferioridad, cuando dio un pase de espuela en medio del campo que derivó en una pérdida y un contragolpe para el conjunto andaluz.

"Lamine Yamal está obsesionado con la Champions y el Balón de Oro"

"Está obsesionado con dos cosas: ganar la Champions y el Balón de Oro", aseguran en el vestuario, desde donde intentan tutelar la progresión de Lamine Yamal también fuera de los muros de la Ciudad Deportiva. Cuentan que ha habido algún conflicto con su entorno porque reclamaban aún más minutos y galones para el joven jugador. Desde el club se mantienen inflexibles. Una tarea que empezó a realizar Xavi Hernández en su día y que sigue ahora Hansi Flick. Gestionándole los minutos y sustituyéndolo habitualmente a pesar de que haga muecas. Cuando ocurre, el técnico alemán prefiere tomárselo con filosofía y combinar una bofetada con la derecha y una caricia con la izquierda. Después del cambio siempre existe algún gesto de consuelo. Las correcciones más severas, cuando se necesitan, se hacen de puertas adentro.

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