Cómo evitar que Lamine Yamal sea un trofeo de caza mayor
Las dos entradas fuertes que recibió en Villarreal, que sólo se castigaron con tarjeta amarilla, entre la lista de acciones revisadas por parte del Comité Técnico de Árbitros
BarcelonaLa progresión meteórica de Lamine Yamal le ha hecho merecedor, con sólo 17 años, de todos los elogios imaginables del fútbol. El joven delantero azulgrana acude a exhibición por jornada. La última, en Villarreal, regalando una asistencia sensacional para Raphinha, con el exterior de la pierna izquierda, que servía para cerrar una manivela en el estadio de la Cerámica. Pieza clave de la selección española que ganó la Eurocopa este verano, el extremo del barrio mataronense de Rocafonda ha hecho ya méritos para colarse entre los candidatos al Balón de Oro. Es, de largo, el jugador con mayor desequilibrio del conjunto azulgrana. Pero también el centro de la diana de sus rivales. Todo el mundo busca la forma de detenerlo, aunque no siempre esté a las buenas.
Lamine Yamal recibió dos patadas muy duras en el tramo final del partido contra el Villarreal. Una primera de Sergi Cardona en la rodilla. La otra de Ilias Akhomach, que le golpeó en la tibia por detrás. En ambos casos, sin opción de jugar la pelota. Entonces el marcador ya era de 1 a 5 y el árbitro, el mallorquín Busquets Ferrer, resolvió las acciones con sendas tarjetas amarillas para los futbolistas locales. De nada sirvieron las protestas de Raphinha, que actuaba como capitán y pedía un castigo más severo. Desde el VAR, Iglesias Villanueva tampoco intervino.
Impasible como siempre desde el banquillo, Hansi Flick no protestó la acción. Posteriormente, cuando fue preguntado sobre el caso en la sala de prensa, se limitó a decir que "hay que proteger a los jugadores", pero esquivaba dar más detalles a la espera de revisar de nuevo el partido. En cambio, algunos miembros del área deportiva sí pusieron el grito en el cielo y, de forma interna, consideraban que el Barça tenía que dar un paso más allá y presionar al Comité Técnico de Árbitros (CTA). "O eso se corta de pura cepa o acabará con una lesión grave", comenta una de las fuentes consultadas en Sant Joan Despí.
La reunión de los árbitros del lunes para valorar las acciones polémicas
El lunes, como viene siendo habitual, el CTA se reunió para valorar la jornada de Liga. Es el día en que los colegiados hacen balance de los partidos y revisan las imágenes polémicas del fin de semana. "El objetivo es analizarlas y establecer un criterio universal para el resto de árbitros, cara a los próximos partidos", explica el árbitro y periodista Joan Fàbregas. El viernes, a través de una videoconferencia, se hacen llegar las conclusiones a los colegiados. Las entradas de Cardona e Ilias en Lamine Yamal formaron parte del carrusel de acciones a valorar.
A escala mediática, hay consenso en afirmar que al menos la entrada en la rodilla de Cardona debería haber supuesto la expulsión por la temeridad de la acción y porque no tiene ninguna intención de jugar el balón. Pero no fue, en los medios, lo más destacado del día. Entre el marcador, que Lamine Yamal se levantó y pudo seguir jugando y que el partido había estado marcado por la lesión de Marc-André ter Stegen, la acción quedó en un segundo plano.
Fuera noticia de primera página o no, el Barça ha decidido no participar de este debate. Más allá de las voces individuales que consideran que el club debería quejarse, que debería poner en marcha todo el aparato mediático para defender a Lamine Yamal y exigir castigos severos en entradas de esa dureza –es lo que hizo el Real Madrid con Vinicius–, la política barcelonista es la de mantener un perfil bajo en el ámbito arbitral. "De nada sirve protestar. Y corres el riesgo de sufrir el efecto bumerán. Las soluciones pasan por otra parte. Hacer lobi, trabajar para ganar peso en las instituciones", sostienen desde los despachos nobles. Por eso, aunque internamente hay quien cree que el presidente debería coger el teléfono y hablar con los árbitros, desde la cúpula del Barça descartan gesto alguno en este sentido. "Ni se ha producido ni se va a producir", aseguran fuentes oficiales azulgranas.
La política de comunicación del Barça impide hablar de los árbitros
La apuesta por ese discurso sensato choca con la pasión que levanta el fútbol, sobre todo en caliente, y especialmente si el resultado no ha sido favorable. La política de comunicación del club prohíbe taxativamente hablar de los árbitros, sea cual sea el contexto. Una normativa que Xavi Hernández a menudo se saltaba a la torera en las salas de prensa, así como al presidente Joan Laporta. Con la llegada de Flick, un entrenador de la escuela alemana que tiene un perfil más sereno que su predecesor en el banquillo, el club ha notado un gran cambio. "No sólo se comporta así en el campo y en las salas de prensa. Después de los partidos se centra en el fútbol y evita hablar de los árbitros", sostienen desde la entidad. Una forma de hacer que ha arrastrado a todos, también Laporta. Evitar que Lamine Yamal sea un trofeo de caza mayor está en manos de los árbitros de la Liga.