Unos fallan demasiado y los otros huelen la sangre, pero Makkelie...: los apuntes en caliente del Bayern-Barça
El árbitro neerlandés puso el pensamiento de sal y pimienta necesario para que los tres puntos se quedaran en Múnich
BarcelonaDerrota del Barça en Múnich, sí. Pero sensaciones muy diferentes con relación a los precedentes recientes contra los alemanes. Dos goles locales en solo cuatro minutos arruinaron una actuación esperanzadora de los de Xavi Hernández. A continuación, unos apuntes en caliente.
La trituradora ya no lo es tanto. Ter Stegen, más silbado en Múnich que Lewandowski, tocó la pelota con las manos por primera vez en el minuto 27. Y no para abortar ninguna ocasión clara del Bayern, sino para atrapar una centrada inocente de Mazraoui. En el mismo rato, Pedri y Lewandowski en dos ocasiones amenazaron a Neuer con oportunidades muy serias. Que el Barça ha vuelto ya lo intuíamos, pero había que humanizar el infierno del Allianz Arena, aunque fuera durante un rato, con ejemplos como estos para acabarlo de confirmar. Es más, si la trituradora bávara ya no es un rival de alcance quimérico, me atrevo a decir que la Champions puede volver a generar algo más que frustraciones entre la afición azulgrana.
Cazar y condimentar. Sin las palancas el Barça no habría podido fichar piezas diferenciales como Lewandowski o Kounde. Y sin los fichajes, difícilmente el equipo podría haber salido tan seguro de sí mismo a competir contra todo un Bayern. Pero es de justicia poner el foco también en el talento preexistente, como por ejemplo el de una dupla de interiores que cualquier equipo del continente querría tener. Hay que valorar como toca que Pedri y Gavi, que no suman 40 años, sean capaces de gobernar a todo un todopoderoso que basó sus peligros en las transiciones y la pelota parada. Lo que el andaluz caza con un ímpetu que emociona el canario después lo condimenta con un tacto descomunal. Qué par.
Goretzka, factor diferencial. Es divertido echar un vistazo a las redes con los partidos del Barça en juego. En Twitter no se hacen apuntes en caliente, sino en llamas. Y después de que el Bayern frustrara las esperanzas azulgranas en solo cuatro minutos, el señalado por la crítica sobre la marcha fue Busquets. Seguramente más por las ganas irracionales que hay de verlo calentar banquillo junto a Piqué y Alba que por argumentos futbolísticos. Por parte mía, prefiero reconocer el mérito de Nagelsmann en el cambio de Goretzka por Sabitzer, que había visto una tarjeta amarilla y el partido le estaba yendo un poco grande. El ex del Schalke entró como un búfalo y encontró los caminos que los alemanes no encontraban.
Makkelie: casero, casero. El Bayern huele la sangre como nadie y el Barça perdonó muchas ocasiones durante la primera parte. Pero reconocer estas dos premisas es perfectamente compatible con decir que el arbitraje de Danny Makkelie barrió para casa. El cénit de esta dinámica fue el claro penalti que Davies le hizo a Dembélé justo antes del descanso. Si bien el lateral canadiense es un pedazo de futbolista en ataque y en defensa, en esta acción concreta fue superado por el extremo francés y lo hizo caer al suelo sin tocar la pelota. Infracción clara que el colegiado no quiso señalar en directo y que el VAR no recomendó revisar. Injusto e incomprensible.