Liga de Campeones

El Barça enamora y se ilusiona en Europa (3-1)

Raphinha y Lamine pulverizan la defensa del Benfica y abren las puertas de los cuartos de final al equipo de Hansi Flick

Raphinha, celebrando el 3-1 contra Benfica
11/03/2025
4 min

BarcelonaUn equipo camina con paso firme por Europa, enamorando a los aficionados y asustando a los rivales. Un huracán azulgrana que hace volar por los aires a sus adversarios como si fueran juguetes de papel. En una oda al fútbol ofensivo, el Barça se quitó de encima al Benfica goleándole en un Olímpic Lluís Companys convertido en un patio de escuela donde Lamine Yamal hizo de las suyas. Entre el joven de Mataró, Raphinha y Pedri hicieron lo que quisieron.

Es un Barça optimista que no sabe ser prudente. No forma parte del ADN de ese equipo. Poco importaba haber ganado por 0-1 en Lisboa el partido de ida. Al barcelonismo no le gusta si su equipo es miedoso y se limita a defender. Y a Flick tampoco le gusta. Quiere que sus hombres sean protagonistas y siempre busquen marcar goles. Los mandamientos del Barça dicen lo siguiente. No dejarás de marcar goles si puedes. No vas a defender todo el partido. Nunca dejarás de buscar la belleza. En lugar de proteger el resultado de la ida, el Barça quiso sentenciar la eliminatoria antes del descanso. Dicho y hecho, como fácil.

Pero no, no es fácil. No es fácil afrontar equipos llenos de talento como el portugués. Y convertido un pedazo de rival como Benfica en un equipo pequeño, como hacían algunas tribus con los jefes de sus rivales, convertidos en trofeo de guerra. No es fácil afrontar temporadas largas, y menos después de la muerte del doctor Carlos Miñarro, persona de confianza de todos los futbolistas. Los jugadores sabían que el mejor homenaje a Miñarro era jugar como los ángeles. Era salir adelante. En el fútbol, ​​como en la vida, la pelota siempre acaba adelante. El partido vuelve a empezar y la vida sigue, aunque esté triste.

Sin Cubarsí, sería Araujo quien jugaría junto a Iñigo Martínez. El equipo no presentaba ninguna sorpresa, con Dani Olmo por detrás de un Lewandowski que no logró sumarse a la fiesta de sus compañeros, perdonando las ocasiones que tendría. Benfica, acompañado por más de 3.000 portugueses en las gradas –algunos de ellos poco presentables–, intentó plantar cara, pero se sabía inferior. Especialmente cada vez que Lamine cogía el balón en la banda, mortificando a Dahl y Araujo. Una jugada suya acabaría con el primer gol, obra de un Raphinha que se ha especializado en dañar al Benfica. Pero en apenas 60 segundos Otamendi empataba con un cabezazo a la salida de un córner en el que Araujo se adormeció. Un grave error que al final no hizo daño, ya que Lamine no tenía ganas de despedirse de la Champions. Le gusta esta competición, en el genio de Mataró. Así que se inventó un gol de aquellos que todo el mundo presente en el estadio recordará con el paso de los años, burlando a Araujo antes de inventarse un disparo delicado a la escuadra. Lamine, como si fuera fácil, calculó en un segundo la trayectoria y la fuerza necesaria para que el balón fuera flotando hacia la red, como si fuera una paloma adiestrada que lleva un mensaje.

Y aunque algunos dicen que Lamine no tiene gol, en las grandes citas en marca. El Benfica, tocado, recibiría el tercer tanto ya antes del descanso en una contra en la que Balde cruzó todo el terreno de juego como si fuera Usain Bolt antes de entregar el balón al máximo goleador de esta edición de la Champions, Raphinha. La eliminatoria ya estaba sentenciada. Y los defensas más veteranos del Benfica, como Otamendi, miraban a Lamine con caras de pocos amigos, preguntándose qué podían hacer para detenerle. Le hacían faltas, le decían cosas e intentaban intimidarle: no les servía nada. El Barça atacaba siempre que quería, girando en torno a un Pedri cada vez más maduro, cada vez más completo. El canario defiende cuando toca, estira al equipo en ataque y aporta calidad, rodeado de dos jugadores listos como Olmo y un De Jong que poco a poco se ha ido haciendo perdonar los pecados del pasado. El partido del neerlandés fue muy completo.

Con 3-1 en el marcador la segunda parte venía a ser una suerte de trámite. Los portugueses hacían alguna contra, pero casi siempre eran pillados en fuera de juego, ya que Araujo ha ido mejorando en su forma de defender adelantado. Flick fue manteniendo el nivel alto haciendo cambios en un equipo en el que casi todos los jugadores viven un momento dulce de juego. Contra Benfica quizá el más flojo fue Lewandowski, sustituido por Ferran. Porque De Jong estaba en todas partes, convertido en el gran aliado de Pedri para esconder a balón a un Benfica frustrado. Los portugueses parecían aquellos turistas que antes eran engañados por los trileros en la Rambla, buscando sin suerte una pelotita. Y el Barça parece un viaje de fin de curso que va atravesando fronteras entre risas, bromas y optimismo. La aventura en la Champions sigue para un equipo que mejor juega con el paso de las semanas. Imposible no animarse con ellos.

  • FC Barcelona: Wojciech Szczesny, Jules Kounde, Ronald Araujo, Iñigo Martínez (Eric García, 87'), Alejandro Balde, Frenkie de Jong (Marco Casadó, 80'), Pedri, Dani Olmo (Gavi, 69'), Lamine Yamal (Fermín López, 8 nha. Entrenador: Hansi Flick.
  • SL Benfica: Anatoly Trubin, Tomas Araujo (Joao Rego, 84'), António Silva, Nicolás Otamendi, Samuel Dahl, Fredrik Aursnes, Florentino Luis (Barreiro, 69'), Orkun Kökçü (Andrea Belotti, 69'), Kerem Altur Andreas Schjelderup (Renato Sanches, 55'). Entrenador: Bruno Lage.
  • Goles: 1-0 Raphinha (11'), 1-1 Otamendi (13'), 2-1 Lamine Yamal (27') y 3-1 Raphinha (43').
  • Árbitro: François Letexier (Francia) y Jérôme Brisard (Francia) en el VAR.
  • Tarjeta amarillas: Ninguna.
  • Tarjetas rojas: Ninguna.
  • Estadio: Olímpico Lluís Companys de Barcelona. 47.111 espectadores.
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