Fútbol-Liga

Para ganar la Liga también es necesario un poco de suerte

El Barça camina hacia el título después de imponerse a Leganés en un mal partido decidido por un gol en propia puerta de los locales (0-1)

El Barça celebrando un gol en Leganés
12/04/2025
4 min

BarcelonaPara ganar la Liga hay que enamorar y sobrevivir. Hay que mostrar a todo el mundo tus virtudes y tener algo de suerte. Hay que ganar cuando mereces y cuando no tienes el día. Es necesario llevarse los tres puntos con un traje de etiqueta y con la rana de trabajo. En Leganés, el Barça lo pasó mal en un partido en el que nunca se sintió cómodo. Pero un gol en propia puerta de los locales abrió el camino del triunfo a un equipo que pone aún más presión en el Madrid. Todo sale de cara, en el equipo de Flick.

Tras el glamour de la Liga de Campeones había que ir a Leganés, una ciudad trabajadora donde viven miles de personas que todavía se rozan los ojos cuando ven a su equipo haciendo frente a auténticos gigantes. El Leganés es profundamente incómodo, aunque también es admirable que esté donde está. Si lo ves de lejos, es uno de esos clubs que hace que te preguntes por qué en Barcelona no podríamos tener un Sant Andreu o un Europa en Primera. Cuando te toca jugar contra ellos, no puedes ni verlos: se agarran a tu camiseta, no dejan espacios, te hacen sudar sangre en cada acción.

El Barça lo sabía, después de lo ocurrido en el partido de ida. Y Hansi Flick se había pasado toda la previa con el mismo mensaje: nunca puedes relajarte, si quieres ganar la Liga. El técnico alemán pedía mentalidad ganadora y ser competitivo en los 90 minutos. Pero el equipo no acabó de hacerle caso a pesar de unos cinco minutos eléctricos. Luego, fue cayendo a la trampa del Leganés, fue moviendo más lento el balón y todo el mundo entendió que sería uno de esos partidos muy largos, eternos, de comerse las uñas. Flick, consciente de que después de golear al Borussia Dortmund quizás no era necesario hacer rotaciones en Butarque, hizo pocos cambios. Entraban Eric Garcia por De Jong y Araujo por Cubarsí, nada más. Un equipo suficientemente titular para encarar un duelo con uno de esos guiones que nunca ha gustado al Barça: rivales defensivos, cerrados, incómodos. Es así, el Barça prefiere a rivales como los alemanes, que te dejan jugar más. De hecho, buena parte de los tropiezos del equipo de Flick esta temporada han llegado contra rivales de la parte baja de la clasificación.

Lewandowski, desaparecido

Y así fue, con un Leganés que conseguía desconectar del juego a Lamine y Pedri. Ninguno de los dos tuvo el día, algo raro. El equipo local se cerraba con jugadores muy solidarios que sabían qué hacer y el Barça sólo conseguía generar peligro con alguna aparición de jugadores provenientes de la segunda línea, como con un disparo de Kounde y un cabezazo de Fermín. ¿Lewandowski? Completamente desaparecido en combate. Pudo ponerse un cartel con su imagen preguntando si alguien lo había visto.

Flick iba poniéndose nervioso al ver cómo los madrileños imponían sus condiciones de juego, con alguna contra peligrosa liderada siempre por Dani Raba y una carrera del catalán Adrià Altimira, que recibió una falta de Balde en la que el lateral azulgrana se lesionó. Gerard Martín entró en su sitio, mientras Flick pasaba de estar nervioso a estar cabreado. Por la lesión de un titular y por la mala primera parte de sus discípulos.

Al descanso, pues, el técnico alemán ya movió pieza. No estaba por romances e hizo entrar a De Jong por Araujo, situando a Eric Garcia de defensa central. No quería perder tiempo, Flick. Quería ganar en Butarque por dejar el mínimo de opciones posibles en el Madrid. Que los blancos, todo el mundo lo sabe, son especialistas en levantarse de la tumba cuando la gente llega ya a su funeral. Ganar significaba escapar a siete puntos del Madrid a la espera del partido en Vitoria. Un golpe de autoridad.

Y el golpe llegó. De una forma rara, pero llegó. Los tópicos del fútbol dicen que para ganar títulos hace falta algo de suerte. Especialmente en partidos trampa como éste. A los tres minutos de la segunda parte, Gerard Martín manchó el balón a Óscar y permitió a Raphinha encontrar espacios para correr casi por primera vez en todo el partido. Por supuesto, el brasileño pensó en encontrar a Lewandowski. Y hacia él iba el centro que Jorge Sáenz se envió al fondo de su red. Gracias a un gol en propia puerta, el Barça iba girando la tortilla del partido.

Pero tocó apretar los dientes y trabajar fuerte contra un Leganés que nunca se cansa. No quiere bajar de categoría, y cuando luchas por tu vida eres peligroso. Los locales reclamaron dos manos que no eran y tuvieron ocasiones, como un gol en fuera de juego de Raba, ante un Barça incómodo que pudo sentenciar en una gran acción individual de Fermín. Pero ni llegó el segundo ni el gol número 100 como azulgrana de Lewandowski, sustituido por Ferran. Si alguien pareció cercano al gol, fue el Leganés. Pero no llegó gracias a una última acción defensiva brillante de Iñigo Martínez. Así, de paso, el Barça hizo un favor a Girona y Espanyol. Una jornada redonda sin hacer nada del otro mundo. Cómo suelen hacer los campeones.

  • Leganés: Dmitrovic, Adrià Altimira (Diego García, 75'), Javi Hernández, Sergio González, Rosier, Jorge Sáenz, Tapia, Seydouba Cissé (Munir, 75'), Óscar (Neyou, 66'), Raba y Diomandé (Cr. Entrenador: Borja Jiménez.
  • FC Barcelona: Szczesny, Alejandro Balde (Gerard Martín, 40'), Iñigo Martínez, Ronald Araujo (Frenkie de Jong, 46'), Jules Kounde; Eric Garcia (Cubarsí, 79'), Fermín (Gavi, 66'), Pedri; Raphinha, Lamine Yamal y Robert Lewandowski (Ferran Torres, 66'). Entrenador: Hansi Flick.
  • Goles: 0-1 Jorge Sáenz en propia puerta (48')
  • Árbitro: José Hernández Maeso (Comité Extremeño) y César Soto Grado (Comité de La Rioja) en el VAR.
  • Tarjetas amarillas: Alti (7'), Raba (86'), De Jong (87').
  • Tarjetas rojas: ninguna.
  • Estadio: Butarque, 12.166 espectadores.
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