El clásico

La indiferencia entre el Barça y el Madrid que duró medio siglo

La rivalidad que volverá a vivirse el domingo empezó en 1953, según se explica en el libro 'El clàssic'

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Frederic Porta y Manuel Tomàs, autores del libro 'El clásico'.

BarcelonaBarça y Real Madrid fueron unos rivales cualesquiera durante medio siglo, los clásicos no se llamaron clásicos hasta la década de los 90 y Mariano Rajoy Fernández, el hijo del expresidente del gobierno español Mariano Rajoy Brey, fue socio del club catalán. Éstas son tres de las historias d'El clàssic (Barça Books), el libro que repasa los puntos álgidos y las anécdotas de la rivalidad que volverá a ponerse sobre la mesa el domingo en el Santiago Bernabéu. "Durante la primera mitad del siglo XX, para el Barça el Madrid ni estaba ni se le tenía en cuenta. En los años 20, el estadio de Les Corts recibía con indiferencia al Madrid", explica al ARA uno de los coautores del libro, Manuel Tomàs, historiador y responsable del Centre de Documentació i Estudis del Barça.

"En aquellos tiempos, el Barça era superior al Madrid y prácticamente siempre le ganaba. El rival por antonomasia era el Espanyol, sobre todo debido a la contraposición entre el catalanismo del Barça y el centralismo del Espanyol, y puntualmente los rivales vascos como el Athletic Club", sigue relatando Tomàs. Pero el primer gran contrincante del Barça fue el Català, el equipo fundado en el Gimnàs Tolosa, el cual rechazó Joan Gamper cuando quiso fundar allí el club azulgrana porque únicamente aceptaba jugadores catalanes. En aquella primera década del siglo XX también hubo mucha confrontación con el Hispania, un equipo formado por obreros escoceses del textil, que se contraponían con los gentlemans ingleses de clase acomodada residentes en Barcelona y con la burguesía local que seguía al Barça.

El primer enfrentamiento entre el Madrid y el Barça se disputó a las 10 de la mañana del 13 de mayo de 1902 en el hipódromo de la Castellana de la capital española y acabó con un triunfo de los catalanes por 1-3 en un torneo que sirvió para celebrar la coronación del rey Alfonso XIII. Y el primer partido en Barcelona se jugó en el campo de la calle Muntaner a las 16 horas del 13 de mayo de 1906, justo cuatro años después del primer duelo. Fue un amistoso que los azulgranas ganaron por 5-2 en un ambiente de cordialidad.

Los primeros incidentes entre el Barça y el Madrid

Pero los buenos modales desaparecieron en la cena de hermandad entre los dos clubs que se celebró la noche del mismo día en el restaurante de la Estació de França. La velada acabó con insultos entre ambos bandos. "Este episodio tuvo que ver con la catalanofobia", expone en este diario el periodista Frederic Porta, coautor d'El clàssic. "Los insultos a los jugadores no fueron una forma de antibarcelonismo o antimadridismo y se trató de un caso puntual y aislado en la relación entre ambos clubs durante esa época", añade.

Mucho peor fue la situación que el Barça sufrió el 13 de junio de 1943 en el viejo Chamartín en la vuelta de las semifinales de la Copa de España. En la ida, los azulgranas habían ganado por 3-0 en Les Corts en un partido que transcurrió sin incidentes lamentables, pero la prensa madrileña catalogó el estadio como "la caldera hirviendo de Les Corts" y calentó la vuelta. El Madrid acabaría imponiéndose por un surrealista 11-1 en un estadio en el que el público local se pasó todo el enfrentamiento lanzando objetos (entre ellos, piedras) al terreno de juego y abucheando a los azulgranas, un ambiente que condicionó a los futbolistas del Barça y al árbitro Celestino Rodríguez.

"Este lamentable episodio quiso ser por parte del régimen franquista una demostración de quién había ganado la Guerra Civil para dejar claro quién mandaba entonces en España. Nosotros no lo consideramos como un primer episodio de madridismo flagrante contra el Barça", dice Porta. De hecho, solamente seis años después, el 3 de julio de 1949, el Barça ganó por 2-1 al Sporting de Lisboa en la final de la Copa Latina disputada ya en el Nuevo Chamartín (actual Santiago Bernabéu) y, aunque el público fue mayoritariamente madridista, animó al conjunto culer durante el partido y le aclamó durante la vuelta de honor para celebrar el título. "En seis años pasaron de gritar «rojos catalanes» y «perros separatistas» a aplaudir al Barça en una final", expone el periodista.

El once titular del Barça en la final de la Copa Latina de 1949 disputada en el Nuevo Chamartín.

El inicio de la rivalidad: el caso Di Stéfano

Así, la tesis de Porta y Tomàs es que la rivalidad entre el Barça y el Real Madrid no comienza hasta 1953, 51 años después de la disputa del primer partido entre ambos conjuntos. El motivo fue el caso Di Stéfano, que supuso que el Real Madrid se quedara con la estrella argentina por decisión de la dictadura franquista cuando el Barça ya había llegado a un acuerdo con el club que tenía sus derechos legales, el River Plate. "El régimen ya había decidido entonces que el Real Madrid sería su club-estado y lo impulsó con gente útil como Santiago Bernabéu [presidente del Madrid entre 1943 y 1978]", considera Porta. "El culer medio se dio cuenta en ese momento de que el gran rival ya no estaba al otro lado de la Diagonal, sino a 600 kilómetros de distancia", dice Tomàs.

Di Stéfano, Kubala y Puskás con la camiseta del Barça en un partido de homenaje al segundo.

El hijo de Mariano Rajoy fue socio del Barça

Ahora puede parecer que el término el clásico acompaña los enfrentamientos entre el Barça y el Real Madrid desde el inicio de la rivalidad, pero no es así ni mucho menos. Como exponen Porta y Tomàs en su libro, se utiliza en la prensa deportiva desde la década de los 90, y su origen para referirse a esta rivalidad no está nada claro, aunque es evidente que la inspiración son los enfrentamientos entre Boca Juniors y River Plate, que tienen la misma denominación. Sea como fuere, el domingo se vivirá un nuevo clásico y se desconoce con quién irá Mariano Rajoy Fernández, hijo del expresidente del gobierno español y socio del Madrid. Rajoy Fernández fue admitido como socio del Barça el 13 de marzo del 2000 y dejó de serlo el 7 de abril de 2005. “Tenía casi seis años. Así que no sabemos si lo dejó de ser por decisión propia o alguien le dijo que mejor que lo dejara de ser", apunta Tomàs.

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