Laporta pierde la batalla del relato
En cuanto Marc-André ter Stegen publicó en sus redes sociales que debía operarse de nuevo la espalda añadiendo que estaría tres meses de baja, al club le faltó tiempo para filtrar que estaban tan enfadados con él que peligraba su capitanía. En los últimos días desde Seúl han hablado varios jugadores de la primera plantilla y el mensaje ha sido unánime: todos apoyan al portero. Algunos, como Raphinha, fue incluso más allá: “Ter Stegen debería ser el capitán, pero al final no es algo que dependa de nosotros. Desde que llegué es una persona que siempre me ha ayudado. En el fútbol hay jerarquías y tenemos que respetarlas”, afirmó en declaraciones a Catalunya Ràdio.
Desde que el Barça hizo oficial el fichaje de Joan García se puso en marcha la maquinaria para trasladar a la opinión pública que Ter Stegen no había sido un buen compañero. En la guerra del relato el alemán era el malo de la película y el añadido en su comunicado sobre los tres meses de baja y no los cuatro necesarios para ser considerado baja de larga duración y así dejar espacio a Joan García para poder ser inscrito, se interpretó como un pulso a la directiva. Será la Comisión Médica de LaLiga la que resuelva cuántos meses estará convaleciente y lo hará basándose en los informes médicos que reciba, no a declaraciones ni comunicados. Por otra parte, el problema del Barça no es el portero, sino que por tercer verano consecutivo tiene dificultades para llegar a la regla del 1:1.
“La baja de Ter Stegen sería la vía más directa para inscribir a Joan García”, reconoció este sábado Joan Laporta que, sin embargo, no dijo ni pío sobre el asunto de la capitanía. A los jugadores les honra arropar al meta; hubiera sido feísimo dudar sobre si debe seguir llevando el brazalete un compañero que acaba de pasar por el quirófano. Al club, mientras, le toca ponerse a trabajar porque además de Joan García quedan por inscribir Rashford y Szczęsny y ahí Ter Stegen ni pincha ni corta, así que después perder la batalla del relato con el mensaje unánime de la plantilla sería deseable que dejarán de enredar para desacreditar la imagen del alemán, que ya bastante tiene con recuperarse de su segunda intervención de columna a los 33 años y con el Mundial, además, a la vista. Un poco de clase, vaya.