Barça

Liderazgos en crisis en el vestuario de Xavi

El entrenador azulgrana no encuentra a un director de orquesta que asuma galones sobre el césped

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Gündogan y Lewandowski, dos de los futbolistas más experimentados del Barça, durante un entrenamiento

BarcelonaEl batacazo ante el Girona aún colea en el vestuario. El equipo tomó con dureza la bofetada de realidad que supuso el descalabro contra los gerundenses, especialmente porque rebajó de forma cruel las expectativas y el optimismo que se había encomendado, tanto al grupo como al cuerpo técnico, después de superar el Oporto y el Atlético de Madrid. La derrota volvió a evidenciar una de las principales carencias: el liderazgo sobre el terreno de juego. Desde la marcha de Leo Messi, esta responsabilidad cayó –literalmente (con el brazalete de capitán) y metafóricamente (por su ascendencia)– en Sergio Busquets. Sin ninguno de los dos, el equipo está huérfano de esa figura.

La lesión de larga duración de Gavi también les ha dejado sin uno de los futbolistas más intensos y más capacitados para transmitir energía al césped. Pese a su juventud (en agosto cumplió 19 años), es uno de los capitanes sin brazalete. El desenfreno final contra el Girona evidenció la falta de una figura que traslade el liderazgo –cuestionado– del entrenador en el terreno de juego. Al descanso del partido, Xavi elevó el tono para reavivar al equipo. El técnico a menudo opta por el diálogo y la pedagogía, pero tras ver cómo superada la media hora de juego el Girona se estaba apoderando del balón y del marcador, levantó la voz para golpear el orgullo de sus jugadores. "Los jugadores están enfadados y con ganas de reaccionar. Fuimos mejores que el Girona, pero perdimos por falta de contundencia y efectividad en las áreas", dijo ayer en la previa del duelo ante el Amberes.

Ni Lewandowski ni Félix son referentes en la delantera

Si bien es cierto que el arenque de Xavi al descanso sirvió para ver un juego más vivo en ataque –terminaron el partido con 31 disparos–, también lo es que el equipo sufre una crisis de liderazgo. Ningún jugador cogió la batuta, especialmente cuando más se iba a remolque y empezó el caos. El Barça tiene una plantilla con jugadores de primer nivel, internacionales absolutos, pero ninguno ha sido capaz de mostrar todavía un liderazgo regular. Por galones, veteranía y experiencia Lewandowski debería ser uno de los candidatos a tomar las riendas, pero partido tras partido se enroca en un mar de quejas y recriminaciones a los compañeros mientras vive inmerso en su curso menos goleador desde el 2010-11 en el Dortmund, en su primer año en Alemania.

João Félix, que dio un paso adelante ante el Oporto y el Atlético de Madrid después de dos meses sin marcar, volvió a diluirse ante el Girona. Se despreocupó estrepitosamente de su responsabilidad en la presión del primer gol encajado y apareció con cuentagotas hasta su sustitución. El portugués pasea un aura de crack que sólo ha enseñado en contadas ocasiones al Barça y de la que se cansó el Cholo Simeone. Raphinha tampoco logra ser regular.

Sin el histórico liderazgo en medio del campo

De Jong –cuarto capitán por detrás de Sergi Roberto, Ter Stegen, y Araujo– empezó la temporada cogiendo ese liderazgo que el equipo reclama a gritos. Sin Busquets y con Gündogan como recién llegado, el neerlandés se sentía al líder no solo del centro del campo, sino del equipo. Por primera vez en cinco años en el Barça parecía que se ponía definitivamente al equipo en la espalda. Félix y Gavi le alabaron públicamente como la pieza clave de la plantilla. Todo cambió desde que se lesionó ante el Celta. En su regreso, ya ha tenido que ser especialmente crítico (con el juego) y autocrítico tras el empate ante el Rayo y la derrota frente al Girona.

Pedri, el futbolista más talentoso de la plantilla, no ha tenido continuidad con Xavi por culpa de las lesiones, al tiempo que Gündogan, que regresó tras la derrota ante el Madrid, ha hecho todos los papeles del auca en medio de campo . En más de un partido se le ha visto pesado y desubicado. Hace tres partidos que el canario y el alemán juegan con De Jong. Oriol Romeu, que empezó como titular indiscutible y es el pívot de corte más defensivo, es una sombra de lo que había sido en el Girona. El Barça sólo logra ser dominador a partir del centro del campo a ratos. "Cuando digo que estamos en construcción es porque tenemos que mejorar cosas. Hay jugadores jóvenes, jugadores nuevos, y ahora estamos en Champions cuando venimos de jugar Europa League. Me refiero a que el equipo debe ser más constante para alcanzar los retos", considera Xavi.

Incluso Ronald Araujo sufre

Un liderazgo icónico del Barça fue el de Carles Puyol. El exdefensor catalán es la principal aspiración de Araujo. El uruguayo es el central más contundente de la plantilla, pero frente al Girona también acabó haciendo aguas. Por carácter, como Gavi, es uno de los futbolistas con mayor liderazgo. Una muestra clara es el gol del triunfo en Anoeta. Ni Kounde, en el lateral de nuevo y con tendencia a sufrir desconexiones, ni Christensen han mostrado ser capaces de liderar. Cuando mejor estaba Iñigo Martínez, con madera de líder, se lesionó. No hacer funcionar a João Cancelo a la derecha es otra losa de Xavi. El portugués fue el héroe ante el Oporto, pero los desajustes en defensa le penalizan.

El entrenador sigue buscando a un líder sobre el césped y recuperar el rumbo. Rafa Márquez, técnico del filial y uno de los nombres en las quinielas para relevarle si las cosas van mal dadas, ayer dio ánimos a Xavi públicamente. También lo hizo Gerard Piqué.

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