La mezcla que hace indomable al Barça de Flick
Pedri y Raphinha, la calma y la tormenta, ilustran las virtudes del conjunto azulgrana

BarcelonaDecía Johan Cruyff que prefería ganar 5 a 4 que 1 a 0. Hansi Flick es el entrenador del Barça más cruyffista desde Guardiola. No sólo por el resultado de ayer en Lisboa, sino por todo una retahíla de argumentos ideológicos y tácticos que esgrimíamos a principio de temporada.
El Barça de Flick es un equipo valiente, desinhibido, divertido y espectacular. El fútbol va de ganar pero también de emocionar y los partidos del conjunto azulgrana son poesía en este sentido. Todo esto no significa que estemos hablando de un equipo naíf. Es cierto que el Barça tiene una plantilla muy joven y una concepción del juego todavía tierna en algunos aspectos, pero más allá del riesgo que comporta esta forma de jugar, aquí también hay un tema de práctica y sabiduría. Con más semanas de entrenamiento, partidos y experiencia, los jugadores seguramente podrán corregir algunos aspectos que todavía hacen parecer al Barça un equipo delicado en determinados momentos y escenarios. Otras cuestiones, como por ejemplo conceder metros al contrincante a espaldas de la defensa, son inherentes a la idea y son cosas que de entrada no te hacen más vulnerable, sino atributos tácticos que conceden al equipo una fuerte personalidad.
Más allá del enfoque colectivo, el Barça también se está sustentando, esta temporada, en el extraordinario nivel individual de varios jugadores. Dos de los casos más significativos son Pedri y Raphinha. Uno representa la calma. El otro, la tormenta.
En el fútbol, con independencia de tu propuesta, es muy importante la alternancia. Es básica para dificultar al rival su intención de tener controlado. Puede ser alternancia de ritmos, velocidades o pasadas: ahora corta para juntarte, ahora de repetición para atraer, ahora al otro lado para atacar al lado débil o ahora larga para buscar la profundidad. Pedri representa todo esto. El centrocampista canario se está convirtiendo en un futbolista global. Entiende el juego de forma integral, y lo piensa y ejecuta con naturalidad. Se escapa de la presión rival con calidad técnica y delicada sinuosidad, gestiona el tiempo del partido, da pases con intención y regala ventajas al compañero. Conecta de modo que la siguiente acción ya casi esté escrita en la misma pasada. Son pasadas con tacto, a la velocidad que toca y con la fuerza necesaria para que el compañero que la reciba pueda averiguar fácilmente la maniobra que sigue. La temporada de Pedri es estupenda. Su crecimiento como futbolista, indiscutible.
Si Pedri representa la calma, la pausa, la delicadeza y el control del tiempo, Raphinha es la tormenta. El extremo brasileño es una descarga eléctrica constante que te sacude y te provoca un estado de víspera permanente. Debe ser pesadísimo, para el rival, enfrentarse a un jugador como Raphinha. No te da tregua, no te permite un segundo de descanso, se desmarca de forma frenética para estresarte… El brasileño es el culo de Jaumet. Su dinámica, energía y vigor son fundamentales para la alternancia de ritmos y velocidades que todo buen equipo debe ofrecer. Más allá de eso, la determinación, el impacto y las cifras de Raphinha esta temporada son de estrella mundial. Con él y Pedri en estado de gracia el Barça es mucho más difícil de amansar.