El Barça abre un milagro en Lisboa
En un partido loco, el conjunto de Flick gana al Benfica con un gol en el último minuto de Raphinha (4-5) y se clasifica directamente para los octavos


BarcelonaLa Champions, con la excepción del accidente en la primera jornada en Mónaco, sigue siendo un bálsamo para un Barça que no perdió la fe en un partido loco en Lisboa y logró, a la desesperada, un triunfo que parecía imposible (4-5). Con una diana preciosa en el último segundo de un Raphinha que abandera la ilusión de este equipo, los azulgranas sellaron la clasificación matemática para pasar directamente a los octavos. El Barça de Hansi Flick tiene un idilio con la Liga de Campeones. que protagonizó Szczesny en la primera mitad. El polaco en el once después de que el sábado, en Getafe, fuera Iñaki Peña quien defendió la portería. El guardameta, que debutaba en competición europea con el conjunto azulgrana, encajó un hat trick en sólo media hora que complicó muchísimo la noche en el Barça.
En el minuto dos de partido, Szczesny encajó el primer gol. En el primer balón que recogió en el fondo de la red no tuvo culpa. El conjunto catalán saltó adormilado a un Da Luz animado por su afición. El libreto de los portugueses estaba claro: cargar las transiciones ofensivas a un lado y, después, cambiar la orientación a otro, y así pellizcar el lado más desprotegido de la avanzada línea defensiva del Barça. Lamine Yamal no persiguió la marca de Álvaro Carreras, que hizo un partidazo, y éste sirvió un buen centro que Pavlidis, anticipándose a un blando Cubarsí, convirtió en el primero.
Durante los primeros diez minutos de partido, el Benfica se comió a los azulgranas. Lewandowski, con un buen reverso en el área pero con un disparo demasiado alto, fue el primero en poner el miedo en el cuerpo de los locales. Pero no sería hasta un penalti provocado por Balde que el Barça lograría entrar momentáneamente en el partido. Lewandowski asumió la responsabilidad de ejecutar el penalti y lo convirtió con precisión.
Con el empate parecía que el Barça volvía a ser el Barça, hasta que empezó la esperpéntica actuación de Szczesny. En un pelotazo a la espalda de la defensa, que Balde tenía perfectamente controlada, el portero polaco salió, lejos del área, a cortarla cuando no era necesario y, sin avisar a su compañero, que estaba de espalda, le acabó tumbando de forma tragicómica. El esférico acabaría a los pies de Pavlidis para que firmara probablemente uno de los goles más fáciles de su carrera.
Pero la inmolación de Szczesny no acabaría ahí, porque también sería el autor de un penalti, en una salida en la que estuvo demasiado lento ante Aktarkoglu. Pese a que el polaco recogió la pierna a tiempo y el contacto fue muy ligero, entre el colegiado y el VAR consideraron que había penalti. Pavlidis sellaba un hat trick que seguro que no había ni imaginado en soñar. Con el marcador surrealista de 3-1 se llegaba al descanso.
Una segunda mitad alocada
El juego de los disparates cayó, por momentos, de la esquina del Barça en una segunda mitad alocada. Fue una buena muestra el 3-2. En una salida de portería, Trubin, que tenía la posesión del balón después de un paro en Pedri, probó un desplazamiento que fue a parar directo al frente de Raphinha. El balón acabó pasando por encima del portero, incrédulo con su fallo. Los azulgranas, que llevaban desde la reanudación intentando quejar al Benfica, hundiéndolo en su área, pero incapaces de encontrar rendijas, se encontraron con un gol que les espoleaba a seguir remando y tener fe de sacar algo de provecho de su visita a Da Luz.
Fue un gol de broma, como el segundo y el tercero que había encajado el Barça en el primer tiempo y como el siguiente tanto del partido. La alegría en el Barça no le duró mucho. Porque sólo tres minutos después del 3-2 los de Flick regalarían el cuarto a los locales. Pérdida en medio del campo, transición rápida del Benfica y Araujo, que no se entiende con Szczesny, se acababa introduciendo en propia portería un centro al primer palo de Schjelderup.
Bajo la intensa lluvia de Da Luz, y de nuevo con una diferencia de dos goles en contra, un nuevo penalti, esta vez cometido por el veterano Otamendi en Lamine Yamal, volvería a hacer entrar a los azulgranas en el partido. Lewandowski no falló, haciendo el doblete, y dio alas a un Barça a la desesperada jugando con una defensa de tres con las modificaciones que incluyó a Flick para buscar la épica en un enfrentamiento loco en Lisboa.
Final apoteósico para el Barça
Quedaba poco más de un cuarto de hora después del 4-3 de Lewandowski y el Barça logró obrar el milagro y evitar la derrota. Eric Garcia, que había entrado desde el banquillo, empató con un cabezazo a centro de Pedri.
El partido estaba roto, era un desbarajuste, y Szczesny pudo resarcirse deteniendo un mano a mano a Di María. El último giro de la locura en Lisboa sería un último parón del polaco en los últimos instantes del partido, en el que el Benfica reclamó penalti pero el que hubo fue un balón quirúrgico de Ferran en el espacio que un Raphinha descomunal convirtió en el gol de un triunfo imposible de olvidar.