Muere Neeskens, el otro Johan que hizo historia en el Barça
El centrocampista neerlandés jugó 140 partidos en cinco años como azulgrana
BarcelonaEl barcelonismo llora a uno de sus grandes héroes, Johan Neeskens, que ha fallecido a los 73 años durante un viaje a Argelia, según ha informado la Federación Neerlandesa de Fútbol. Un hombre, un futbolista, que fue muy querido por una generación que todavía hoy contaba a sus nietos como durante la celebración de uno de los títulos más importados, la Recopa de Basilea de 1979, toda la plaza de Sant Jaume gritó "Neeskens sí, Núñez no". Un neerlandés que era más popular que el presidente escogido en las elecciones.
Neeskens llegó al Barça por petición de Johan Cruyff, su compañero de aventuras, durante una época en la que el club azulgrana tenía problemas, ya que las autoridades no daban el permiso al peruano Hugo Sotil para jugar con pasaporte español. Primero, mucha gente pensó que iba a llegar para hacer compañía a Cruyff; grave error. Eran amigos, pero ese indómito futbolista tenía personalidad propia de sobra. De hecho, hizo su propio camino: se quedó en Catalunya hasta que Núñez le echó en aquellos años de cambios, en 1979. La leyenda dice que el presidente nunca se entendió con el humor del jugador, que va ser capaz de negarle papel de inodoro cuando Núñez lo necesitaba en el campo del Hércules. Lo que para Neeskens era una broma desafiante, para el presidente la prueba de que le echaría. Así era ese neerlandés que chutaba con tanta fuerza los penaltis, que durante años los niños hacían un "Neeskens" cuando chutaban los penaltis tan fuerte como podían. De hecho, cuando los Países Bajos llegaron a su primera final de un Mundial en 1974 contra Alemania, precisamente en Alemania, quien chutó el penalti de la final fue él: marcó, por supuesto.
Hijo de la posguerra, Neeskens recordaba las historias de resistencia contra los nazis y el hambre. Creció como futbolista en el Ajax de Ámsterdam, donde se haría amigo de Cruyff y, al igual que él, se convertiría en uno de los hombres más populares del país, con su pelo largo y vistiendo a la moda. Centrocampista ofensivo de talento, logró tres Copas de Europa seguidas entre 1971 y 1973, una Copa Intercontinental en 1972, dos Supercopas de Europa en 1972 y 1973 y tres ligas neerlandesas. Con la selección, subió dos veces al podio, siempre perdiendo la final, siempre plantando cara. Primero, en 1974 contra Alemania, y en 1978 en la final perdida en la prórroga contra los argentinos en Buenos Aires. Jugó 49 partidos con la selección de Holanda, con la que marcó 17 goles.
Pocos títulos, pero mucho carisma
En 1974 fue fichado por el Barça, justo después del Mundial de Alemania. El 3 de agosto, debutaba vestido de azulgrana en el partido inaugural del estadio José Rico Pérez del Hércules de Alicante. En el banquillo culé estaba el holandés Marinus Michels, que pocos meses antes había ganado la liga con el Barça, la primera en 14 años. El club azulgrana se impondría por 0-4 con goles de Rexach, Asensi, Cruyff y Pérez. Neeskens, que solo jugó los segundos 45 minutos, entró en juego poco a poco. Normal, porque había vivido un verano distinto con el Mundial y su matrimonio, el 16 de julio de 1974 en Heemstede, su localidad natal. En su primer año en el Barça estuvo cerca de llegar a la final de la Copa de Europa, pero el Leeds eliminó al Barça. De hecho, Neeskens se ganó el corazón del barcelonismo con su exuberancia física, arriba y abajo, pero ganó pocos títulos. Fue un héroe en tiempos de cambio y de sequía, ya que vivió en directo la muerte de Franco, en Cataluña.
En su segundo año el Barça volvió a soñar al estar en una final europea, en este caso la UEFA, perdiendo contra el Liverpool. El tercer año se perdió la liga por un solo punto, cayendo en cuartos de final de la UEFA contra el Athletic Club. Tocó esperar hasta el cuarto año para ganar un título, el año en el que se permitió jugar la copa de nuevo con extranjeros, prohibido durante años por la federación. Con Neeskens y Cruyff, el Barça se adjudicó el trofeo después de ganar la final en Las Palmas, partido en el que acabó lesionado. En Europa, el Barça caería de nuevo en las semifinales de la UEFA, frente al PSV. La temporada 1978-79 finalizaba contrato, él quería seguir, pero el presidente Núñez, recién elegido, lo veía diferente. El adiós de Neeskens no pudo ser más emotivo, con la famosa final de la Recopa de Basilea contra el Fortuna alemán. En total, traje de azulgrana marcó 35 goles en 140 partidos. Celebrando la Recopa, Neeskens se despidió del Barça, donde regresaría en el 2006 para formar parte del cuerpo técnico de Frank Rijkaard.
En 1979 fichó por el Cosmos de Nueva York y clubs modestos de los Países Bajos o Suiza. Se retiró en 1991, pasando posteriormente a labores de entrenador, trabajando en la federación neerlandesa. Siempre agradecido a Cataluña, volvía a menudo y, de hecho, su hijo es actualmente jugador de Europa. Estos días estaba de viaje a Argelia, donde ha muerto repentinamente.