Barça

El nuevo Palau Blaugrana también pasa por los juzgados

Se admite a trámite la demanda de un socio, que alega que la junta incumplió el mandato de la asamblea y no incluyó el pabellón en la financiación del Espai Barça

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Imagen virtual del nuevo Palau Blaugrana

BarcelonaCuando se diseñó el Espai Barça y se empezó a proyectar la construcción de un nuevo Palau Blaugrana, no se pensaba tanto en una pista de baloncesto como en un pabellón multiuso. La idea era que pudiera acoger grandes espectáculos que dieran un rendimiento económico para el club, más allá de la competición deportiva. El diseño lo evidencia: una de las gradas, la que está situada detrás de la cesta, es considerablemente mayor que las demás. Si cuando se mira ese borrador, en vez de pensar en un partido se piensa en un concierto, la maqueta tiene todo el sentido del mundo. Laporta heredó el proyecto de la junta de Bartomeu y dio por buena la idea de realizar un recinto híbrido para deportes y espectáculos. De hecho, cuando Spotify se convirtió en patrocinador azulgrana, fuentes de las negociaciones explicaban que la multinacional tenía mucho interés en dar un paso más y dar nombre al futuro Palau una vez esté terminado.

Pero tener ideas es relativamente fácil. Después es necesario llevarlas a cabo. Y el Palau Blaugrana ha sido el gran olvidado en las obras del Espai Barça. Aunque el proyecto es global –incluye la construcción de Johan Cruyff, el pabellón, edificios anexos y una pacificación del entorno del Camp Nou–, sólo hay ojos para el futuro estadio, que es claramente la joya de la corona. Goldman Sachs y JP Morgan nunca vieron claro por completo la construcción del nuevo pabellón. Ni la inversión ni las opciones de negocio. Por eso quedó fuera de la financiación.

Eduard Romeu, cuando todavía era vicepresidente económico, aclaró que el Palau, con un presupuesto de 420 millones de euros, se utilizaría con el dinero que sobrara del Camp Nou. Pero, tal y como informó el ARA, el fondo de titulización –el documento notarial en el que se estructuraba el crédito– dejaba claro que el club sólo podrá destinar parte del dinero a gastos previos relacionados con el desarrollo del nuevo Palau, y siempre con el consentimiento previo y por escrito del fondo.

Esto provocó malestar entre los grupos de animación asiduos en el pabellón, y también ha desembocado en una demanda de un socio por haber incumplido, presuntamente, los acuerdos de la asamblea de compromisarios donde se aprobó la estructura de financiación del Espai Barça. En septiembre de 2023 Ignasi Prat Payeras hizo una denuncia interna presentada ante la comisión de disciplina contra el presidente Joan Laporta, el entonces vicepresidente económico Eduard Romeu, el tesorero Ferran Olivé y el presidente de la comisión económica estatutaria, Joan B. Casas. La respuesta del club fue que "se archivaba sin trámites". Descontento, decidió dar un paso más y presentar una demanda civil que fue admitida a trámite el 21 de junio por el juzgado 31 de primera instancia de Barcelona. Prat pide, de entrada, que vuelva a reactivarse su demanda interna. A partir de ahí, según su abogado, existen posibles derivadas. Desde paliar la desviación de los 420 millones de euros en el presupuesto hasta convocar una nueva asamblea para que se autorice la ampliación de la financiación o, incluso, que se depuren responsabilidades de todo tipo a las que haya incumplido el acuerdo.

El club sostiene que el Palau se construirá y que se inaugurará en el 2027

El club confirmó que recibió esta demanda el pasado jueves, pero no quiso hacer declaraciones, más allá de detallar que seguirá el "procedimiento judicial correspondiente". En paralelo, este lunes Josep Cubells, el directivo responsable del baloncesto, habló del nuevo Palau durante la presentación de Joan Peñarroya como nuevo entrenador de la sección y dijo que "la hoja de ruta" es que se haga la acto de colocación de la primera piedra en febrero del 2025 y que toda la obra esté terminada en el 2027. Eso sí, no habló de la financiación y aclaró que el proyecto final todavía no lo tienen y está pendiente de que lo terminen los arquitectos.

El nuevo Palau debe construirse donde antes estaba el Miniestadi y contará con el recinto principal, un pequeño Palau y una pista de hielo. Inicialmente debía tener 10.000 localidades, que es el mínimo exigido por la Euroliga. Pero la junta de Laporta –al igual que ya hacía la de Bartomeu antes de plegar– consideraba que debía alcanzarse una cifra que oscilara entre las 12.500 y las 15.000. Mientras, la alternativa es jugar en el Palau Sant Jordi. En este sentido, Cubells explicó que están trabajando con el Ayuntamiento de Barcelona para jugar ya algunos partidos la próxima temporada, pero que se estudiará su viabilidad en función de "las posibles fechas y las condiciones económicas".

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