Lamine Yamal
13/11/2025
2 min

Las pausas por compromisos internacionales son un quebradero de cabeza que en año de Mundial se convierte en una pesadilla. Los clubs tiemblan porque pierden el control de los futbolistas. Todo cambia: las rutinas de la preparación física y los entrenamientos, la gestión de esfuerzos durante los partidos y un largo etcétera. Y a esa disrupción hay que sumarle el deseo lícito del jugador de asegurarse un billete para disputar la competición más valorada. Esto hace que no siempre sean del todo sinceros con sus sensaciones o la dosificación que deberían hacer en el campo. No quieren perder comba en una carrera determinante: los cracks, para demostrar que son indiscutiblemente los mejores; los que se pelean por hacerse un hueco, por no dar ningún tipo de margen a las posibles dudas. Todo esto agrava los casos de cualquier enfermería ya dañada.

Hansi Flick no deja de repetir que espera con candeletas el regreso de los lesionados, abandonando el "no excusas" habitual. Y, mientras pone crucetas en el calendario, también debe encender algún cirio para que todo el mundo vuelva de sus periplos sano y salvo. Aquí es donde se enmarca el conflicto entre el Barça y la selección española por gestionar la pubalgia de Lamine Yamal. Una guerra que el club azulgrana está ganando contra una auténtica pared personificada en Luis de la Fuente y un médico, Óscar Celada, que está tanto autorizando a que pinchen a Lamine Yamal para explotarlo en La Roja pese a tener molestias como trabajando para su club, el Atlético de Madrid. Es Celada quien se enfada cuando los servicios médicos del Barça deciden unilateralmente que Lamine Yamal se trate con una eminencia de su apego. Lo mismo que no supo ver que iban a frenar con el delantero adolescente en septiembre, cuando regresó de la dinámica con España con un edema en la zona afectada.

Ante la intransigencia de la selección española con el caso de Lamine Yamal, que contrasta mucho con el de Nico Williams y el trato hacia el Athletic Club, el Barça está autorizado para protegerlo tanto como crea sin tener que darles explicaciones. No pueden quejarse por la carencia de comunicación los mismos que hicieron lo que quisieron con Lamine Yamal en el origen de todos los problemas. Llegados a este punto, lo que deberían hacer es entender que ellos también son los máximos interesados ​​en que Lamine Yamal se cure y vuelva a estar al 100%. Que dejen sus egos de señoritos en remojo y piensen en la salud del chaval. ¿O pretenden que no llegue al Mundial? Y, de paso, que recuerden un pequeño detalle: el futbolista pertenece al Barça.

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