Barcelona"Suerte que vino Hugh Grant al palco –explica al ARA uno de los asistentes a la zona noble del Estadi Olímpic Lluís Companys en el Barça - Athletic Club del sábado 24 de agosto–. Fue el único que logró tranquilizar el cabreo que Laporta llevaba encima", añade. Desde que el actor apareció en la vida del presidente azulgrana, el día a día del Barça se ha aligerado. En una semana, la afición culer ha dejado de lado el ateísmo de los últimos tiempos y ha empezado a creer en el politeísmo de Hansi Flick, Lamine Yamal y Dani Olmo.
Tal y como avanzó el ARA el pasado lunes, la Liga de Javier Tebas empezó a examinar el viernes 23 de agosto el informe médico que el Barça elaboró para demostrar que la tendinopatía de Christensen en el tendón de Aquiles izquierdo podía comportar al menos cuatro meses de baja. Pero fuentes cercanas a Laporta aseguran que el club azulgrana la había enviado antes, cuando aún no había comunicado públicamente el percance del futbolista danés. De todas formas, cuando la patronal confirmó la recepción del informe, aún tenía 24 horas para dar el visto bueno y permitir la inscripción de Dani Olmo para jugar contra el Athletic Club.
No lo hizo en ese margen de tiempo (dio el visto bueno el lunes 26) y eso provocó una gran indignación de Laporta, que tuvo su punto culminante en el palco de Montjuïc durante el Barça – Athletic Club. Pese a que últimamente su relación con Tebas ha mejorado, el sábado 24 salieron de la boca de Laporta algunos reproches hacia el mandatario liguero, según explican al ARA asistentes al palco.
Estas mismas personas relatan que solamente tranquilizó a Laporta una visita ilustre, la del actor Hugh Grant, que sacó una sonrisa al presidente azulgrana y se fotografió con él con una camiseta del Barça con el nombre de la estrella de Hollywood. Desde entonces el Barça ha ganado al Athletic Club, al Rayo Vallecano y al Valladolid, Dani Olmo ya enamora y personas de la cúpula culer no ven a Laporta con ganas de poca conversación como semanas atrás.
Deberes a medias
El Barça empezó el mercado de fichajes con Laporta proclamando que había capacidad económica para fichar a Nico Williams y lo ha acabado inscribiendo a Dani Olmo gracias a la lesión de Christensen. Éste es el resumen del verano en los despachos, marcado otra vez por las restricciones financieras para poder fichar. El resto han sido sueños caniculares improbables. La realidad es tozuda y acaba imponiéndose, y la del Barça es que se podía permitir dos únicas prioridades: contrarrestar las pérdidas del negocio ordinario con operaciones extraordinarias e inscribir a Dani Olmo.
La primera difícilmente se cumplirá si no se sella con cierta rapidez (el club aún no ha cerrado el ejercicio económico 2023-2024) la renovación con Nike, aún fría por la falta de prisa de la multinacional estadounidense, o si no llega un nuevo inversor a Barça Vision, aunque no sea un socio estrictamente estratégico e implique otra prebenda, como en el caso de Aramark. Y la segunda se ha cumplido a medias porque habrá que hacer más deberes financieros si se quiere inscribir definitivamente a Olmo, que de momento únicamente puede jugar hasta el 31 de diciembre.
Pero la junta de Laporta cuenta con una excusa: otro imprevisto. Si la lesión de Christensen ha salvado los muebles, la de Araujo en la Copa América desmontó la planificación deportiva y económica porque era el jugador ideal para haber sido traspasado este verano a cambio de desestresar el fair play financiero. Sin embargo, el barcelonismo ha terminado agosto con motivos sólidos para ilusionarse en el terreno de juego. ¿Se podría haber hecho mejor el trabajo en los despachos? Probablemente. ¿El Barça tiene una plantilla mejor que el curso pasado? Seguramente.