Fútbol

La caída libre del Valencia que puede llevar al equipo a Segunda

Crece la fractura entre los aficionados y el propietario del club, Peter Lim, que repite que no piensa vender sus acciones

El estadio de Mestalla medio vacío durante la protesta que muchos forofos realizaron durante el inicio del partido ante el Athletic Club para pedir la salida del actual propietario, el empresario singapurense , Peter Lim.

Valencia"Creo que lo mejor para el Valencia CF sería bajar a Segunda. Entonces, tengo la convicción de que Lim [el actual propietario] se decidiría a vender y encontraría comprador". Esta reflexión del periodista Gustavo Clemente, conductor del programa Línia de fons de À Punt, ejemplifica la impotencia y la desilusión con la que muchos aficionados viven la crisis que arrasa un club que, desde el sábado, se encuentra en posiciones de descenso. Se trata de un planteamiento arriesgado porque, con una deuda de entre 350 y 400 millones de euros, ¿alguien puede garantizar que la pérdida de categoría no genere una derrota económica ya irreversible?

El Valencia es el único equipo que no ha ganado tras el parón del Mundial. Lleva seis derrotas y un empate desde la reanudación de la competición. Un balance que ha obligado a cambiar los planes de mantener a Voro al frente del grupo después de la salida de Gennaro Gattuso. El sustituto del técnico valenciano será el ex jugador Rubén Baraja, a quien acompañará el también ex miembro del equipo Carlos Marchena. Baraja llegará al banquillo de Mestalla después de entrenar al Zaragoza, al Tenerife, al Sporting de Gijón, al Rayo Vallecano y al Elche, además de una etapa dirigiendo al juvenil A de el club.

El equipo blanc-i-negre no sufría una crisis deportiva parecida desde el año 1986, la última vez en la que ocupó un lugar de descenso en una segunda vuelta. El precedente no es muy alentador, ya que en aquella temporada el club perdió la categoría. Los malos resultados se han trasladado al ámbito social y han dinamitado la relación –ya convulsa– entre el máximo accionista, el multimillonario singapurense Peter Lim, y los aficionados, que reclaman la salida del magnate. Con este objetivo, el pasado sábado, en el partido contra el Athletic de Bilbao, los seguidores dejaron medio vacío el estadio de Mestalla hasta el minuto 19 –cifra simbólica para una institución fundada en 1919.

Algunos aficionados protestando por la situación del Valencia CF este sábado con alusiones directas al actual propietario del club, el empresario singapurense Peter Lim.

Más de mil millones de euros en operaciones en solo nueve años

Paradójicamente, la crisis actual se originó en una victoria, la del año del centenario, que culminó dos temporadas de buena gestión con la consecución de la Copa del Rey ante el Barça. La alegría duró poco porque, cuatro meses después, el multimillonario desmanteló el equipo despidiendo o propiciando la salida de los artífices del éxito: el entrenador Marcelino García Toral y el director deportivo Mateu Alemany –en quien el magnate había delegado la gestión después de que en sus primeros años no saliera adelante, con designaciones de entrenadores tan sorprendentes como las de Gary Neville, Pako Ayestarán o Cesare Prandelli–. Nada más recuperar la dirección efectiva del club, Lim vendió a jugadores clave como Parejo y Coquelin –traspasados al Villarreal por poco más de 10 millones de euros.

Se trata de unas decisiones que casi nadie entendió. Hay, sin embargo, dos tesis que intentan explicarlas, y que pueden ser complementarias. La primera se basa en unos supuestos celos del empresario ante Toral y Alemany, receptores de todos los elogios por el renacimiento deportivo del club. La segunda, más crematística, apunta a que lo que el magnate realmente desea es que en el Valencia haya muchos movimientos de jugadores. Según este razonamiento, en 2019, una vez el club se había revalorizado –en 2017 la plantilla estaba tasada en menos de 200 millones, y después de ganar la Copa valía más de 500–, lo que hacía falta era extraer beneficios.

La primera hipótesis es apuntada por el periodista Vicent Molins, autor del libro Club a la fuga (Barlin Libros, 2022). "Hay un momento en el que Lim empieza a desenamorarse y congela la inversión, y los celos pueden incidir en esta decisión. Quizás también lo hace que algunos negocios que él habría imaginado hacer [en Valencia] no salen adelante", apunta Molins. En esta línea, informaciones de medios como El Confidencial han señalado que el magnate, especializado en el sector sanitario a través de la compañía Thomson Medical Group, habría querido comprar o participar en proyectos como el Instituto Valenciano de Infertilidad, pero que estas operaciones no se han concretado. También aconseja contemplar la vertiente monetaria Vicent Chilet, especialista en el club blanc-i-negre del diario Levante-EMV, que destaca que desde la llegada del empresario singapurense, ahora hace nueve años, el club ha hecho operaciones por más de 1.000 millones de euros. De hecho, hay ex directivos del club como el ex vicepresidente Miguel Zorío que afirman que Lim y sus socios, entre ellos el agente Jorge Mendes, habrían podido llevarse hasta 440 millones en comisiones.

Sobre la supuesta negativa del multimillonario a vender sus acciones, transmitida mediante la actual presidenta del club, Lay Hoon Chan, puesto que el empresario hace años que no visita Valencia, los dos periodistas coinciden en el hecho de que estas palabras no son otra cosa que una posición negociadora. Molins apunta a una posible compra por parte de algún fondo de inversión de Estados Unidos como Apollo Global Management y Elliot. "Lim está esperando la oportunidad, que es lo que siempre ha hecho. Él es un broker [alguien especializado en la compra y venta de empresas]. Por eso quiere resolver ahora el tema del estadio, para ofrecer más seguridad al nuevo comprador. Nosotros podemos pensar que él está preocupado, pero no es así; los que estamos consternados por si el club pierde la categoría somos nosotros", destaca el autor de Club a la fuga. También lo cree Chilet, que, además de considerar el descenso una opción "real", recuerda que el Valencia es un club que se dirige a 11.000 kilómetros de distancia y a través de dos grandes reuniones al año, las que mantiene el multimillonario con los grandes ejecutivos cuando les llama a consultas. "Es la peor gestión hecha en un grande de Europa", concluye.

Peter Lim siguiendo un partido del Valencia desde las gradas de Mestalla en una imagen de archivo.
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