Fútbol

Las capitanas de la selección española no pidieron la dimisión de Jorge Vilda

Fuentes próximas al vestuario confirman al ARA que se reclamaron cambios, pero no explícitamente el despido del entrenador

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Irene Paredes, Patri Guijarro y Jorge Vilda durante la concentración de la selección

BarcelonaEl vestuario de la selección española está a punto de saltar por los aires. La tensión llegó a su máximo este lunes cuando las capitanas llamaron a Rubiales para pedirle cambios inmediatos después del desastre en la Eurocopa, pero la Federación, lejos de atender sus demandas, señaló a las capitanas como instigadoras de un motín y ratificó la continuidad del entrenador como mínimo hasta el 2024. La relación entre las jugadoras y el técnico es casi nula y, además, hay cierto malestar entre las mismas futbolistas, puesto que algunas se han ido bajando del carro al ver que la cosa se complicaba, y han dejado como chivo expiatorio a las capitanas.

Todo empezó con una llamada de las tres capitanas –Irene Paredes, Alexia Putellas y Patri Guijarro– a Rubiales en nombre de la plantilla. En esta conversación, las futbolistas expresaron su descontento con la situación actual de la selección y argumentaron que "hay cosas que no están funcionando y, por lo tanto, se tendrían que hacer cambios". Según ha podido saber el ARA, en esta conversación no se pidió la destitución de Vilda, puesto que las capitanas partían de la posición que "no son nadie para echar a nadie". La dolorosa decepción de la Eurocopa ya removió durante el vuelo de vuelta hacia Madrid las aguas de un vestuario que hace tiempo que ve que las cosas no funcionan. Estas conversaciones, sin embargo, se quedaron en el ámbito personal y en pequeño comité, y nunca se llegó al acuerdo de hacer una acción conjunta, como sí que pasó a inicios de esta semana.

Jorge Vilda, seleccionador español

Cuando la noticia saltó a la prensa, la información que se filtró no fue exactamente esta: Jorge Vilda quedó como víctima de esta llamada afirmando que se había pedido su destitución. A partir de aquí, la Federación salió al paso de la información para ratificar la figura del entrenador, renovado antes de que se disputara la Eurocopa y fuertemente criticado después de ver el papel que hizo el conjunto estatal en el torneo continental. El desacuerdo dentro del vestuario es total. Las jugadoras no comparten las valoraciones del técnico, ni sus planteamientos de partido ni la gestión de las convocatorias. La carga de trabajo, piensan, está mal planteada y la gestión de los minutos no se hace de manera inteligente y respetuosa teniendo en cuenta el bienestar de las futbolistas –argumento defendido por el Barça en varias ocasiones, puesto que cada convocatoria con la selección española acababa siendo una nueva lesión de una azulgrana.

A raíz de la llamada y la filtración en la prensa, todo el equipo fue convocado a una reunión con el staff que duró más de tres horas. Vilda pidió explicaciones y preguntó "cuáles eran las cosas que no les gustaban, que las cambiaba", afirman fuentes cercanas del vestuario al ARA. La conversación fue larga y con momentos de tensión, pero no se llegó a ningún entendimiento, puesto que la confianza hacia el técnico es nula para gran parte del vestuario de la roja. Además del encuentro grupal, Vilda quiso reunirse individualmente y en privado con cada una de las jugadoras de la selección. "Hay jugadoras que salieron llorando de estas reuniones, por presiones y por cómo fueron las conversaciones. Salieron muy agobiadas y con ansiedad", explican al ARA fuentes conocedoras de los hechos.

Con esta situación convulsa, las relaciones dentro del vestuario se han visto afectadas. La gran señalada ha sido Irene Paredes, primera capitana de la selección, que ha visto como algunas de sus compañeras se han hecho atrás y la han dejado como instigadora de un motín. Esta tarde, a las 17.45 h, el técnico y las tres capitanas presentes en la convocatoria –Paredes, Patri Guijarro y Jenni Hermoso– comparecerán en rueda de prensa para dar su versión de los hechos. Vilda, sin embargo, se ha avanzado y ha hablado en TVE. "Es una situación extraña. Es una sensación de decepción. Se han transgredido los códigos del vestuario. Tengo fuerza para seguir. Las jugadoras tienen ganas de jugar y esto me tranquiliza, pero el foco no está puesto en el aspecto deportivo", ha dicho el seleccionador.

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