Fútbol

Doble triunfo de Cataluña en una tarde histórica para Palestina

La selección catalana logra reunir a 30.000 personas en Montjuïc y gana (2-1) un partido cargado de simbolismo y solidaridad

Las selecciones de Cataluña y Palestina en Montjuïc
18/11/2025
3 min

BarcelonaQuizás no se vendieron 35.000 entradas como en el País Vasco el mismo día que se anunció que Catalunya y Palestina jugarían un amistoso solidario en el Estadio Lluís Companys. Quizás no se llenó San Mamés con más de 50.000 personas. Quizás todo costó más, como conseguir que el partido finalmente se disputara en Montjuïc por las reticencias iniciales de la Federación Catalana de Fútbol, ​​por el coste del estadio y por las dudas con la capacidad de convocatoria y movilización. Pero hasta 30.000 almas, impulsadas por la promotora del partido Act x Palestine y por el poder popular, porque sin la gente dispuesta a remar de forma anónima estas cosas nunca funcionarían, miles y miles de personas desafiaron el frío un martes de noviembre para subir al Monte Mágico y animar a la selección del país que estimen. El marcador en favor de la selección catalana (2-1) no tiene importancia. Es un triunfo de la solidaridad entre pueblos.

Desde una hora antes del partido que las actividades, solidarias y de apoyo a Palestina, no cesaron para animar la previa mientras el hormigueo de gente iba llenando, poco a poco, las gradas de Montjuïc. Varias entidades quisieron participar de forma altruista para expresar su apoyo. Una mezcla cultural, entre el pueblo catalán y palestino, amenizó su espera hasta el partido. Bailes, castillos, bastoneros, diablos y bandadas de todo el territorio catalán no faltaron. Los himnos de Cataluña y Palestina fueron interpretados por una formación especial encabezada por el Coro Al-Balad, con las voces de Salma Alhakim, Yusor Hamed y Kelly Isaiah, bajo la dirección artística de Selma Bruna. La recaudación del partido irá destinada a Palestina bajo tres ejes: ayuda humanitaria y reconstrucción en Gaza; justicia y fin de la impunidad por parte de Israel; y la cultura como resiliencia comunitaria.

Consignas de apoyo a Palestina

Cuando sonó el silbato, lo que menos importaba era el fútbol, ​​pero los jugadores de ambas selecciones quisieron honrar su profesión mientras en las gradas se sentían cánticos de apoyo a Palestina, así como consignas independentistas. También se desplegaría un mosaico con la bandera y la bandera palestina, presidido por hasta tres majestuosas esteladas y una bandera de Palestina, también de grandes dimensiones. La grada era una miscelánea de banderas, estrelladas, banderas de Palestina y pañuelos palestinos, que llegaron incluso al palco. Estaba Jaume Collboni, el alcalde de Barcelona del PSC, aunque la previa había traído cola porque los socialistas habían rechazado participar en una fotografía de apoyo conjunta con Junts, ERC, Comuns y la CUP bajo el lema "Una nación, una selección". Josep Rull, presidente del Parlament de Catalunya, acudió al partido. En cambio, no estaban ni Josep Soteras, el presidente de la Federación Catalana de Fútbol, ​​ni Joan Laporta, presidente del Barça. Ambos habían alegado motivos personales. Tampoco estaba el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, porque asistió a la entrega del XX Premio Blanquerna en Madrid.

Sí acudió, a título personal, Hansi Flick, el entrenador del Barça, que no quiso perderse los 45 minutos que disputó el único azulgrana, Marc Bernal. La selección catalana no tardaría en adelantarse, con un gol de cabeza de Ilie Sánchez, jugador del Austin de la MLS, tras un buen centro de Sergi Gómez. El segundo llegaría en propia portería, cuando Majahna desviaba, desafortunadamente, un pase de Joel Roca. Mientras, en la grada se hacía la ola. A la media hora de juego, Zeidan acortaría distancias después de aprovechar un rebote a la salida de un córner. Hubo un estallido de emoción en el estadio por la diana de la orgullosa selección de un país devastado por el genocidio perpetrado por Israel y que Montjuïc no se cansó de condenar.

La segunda parte sería más aburrida en términos futbolísticos, sin goles. Tanto era. Tras el pitido final, el encuentro cerraría con los jugadores intercambiándose las camisetas y con el público gritando "viva Catalunya" y, sobre todo, con todo el estadio pidiendo la libertad por el pueblo palestino. En julio de 1936 Barcelona y Montjuïc debían acoger las Olimpiadas Populares, una iniciativa internacionalista y antifascista que quería hacer frente a los Juegos Olímpicos de Berlín, organizados por el régimen nazi. Aquel espíritu de resistencia y fraternidad regresó a Montjuïc. Un 18 de noviembre de 2025, en el Estadi Olímpic Lluís Companys se cantó "Catalunya antifascista y libertad Palestina".

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