Isi Palazón: retrato de uno de los futbolistas más queridos de la Liga
El murciano estuvo a punto de dejar el fútbol profesional con 20 años y ahora es un ídolo en Vallecas
BarcelonaAunque no ha nacido en el barrio, Isaac Isi Palazón (1994) se ha convertido en uno de los ídolos de Vallecas después de cinco temporadas y media en el Rayo Vallecano, próximo rival del Barça este domingo en la Liga (21.30 h, DAZN). "Me considero de Cieza, de El Bierzo y de Vallecas", afirmó el murciano el pasado mes de marzo en una entrevista en la Cadena SER. Isinho, nombre de usuario en Instagram, se ha ganado el corazón de todos los aficionados del conjunto madrileño, un club de barrio que es muy especial por "la proximidad que tiene la afición de poder estar con los jugadores", tal y como describe el propio futbolista.
Un equipo sencillo que Isi, a través de su carácter humilde y trabajador, representa a la perfección. Yuri da Souza, con quien coincidió en la Ponferradina en decenas de viajes en las que compartían habitación, destaca en el ARA la buena relación de amistad que mantienen años después. "Es una persona muy cercana, con la que se puede hablar de todo. Ahora que está en Primera tiene detalles con los amigos de siempre. No le ha subido la fama a la cabeza", explica Da Souza. En estos momentos, como secretario técnico de la Ponfe, el exdelantero brasileño analiza a muchos jugadores y de su excompañero, destaca la entrega. "Tiene un disparo impresionante, pero también un carácter y una personalidad que le hacen ser un jugador diferente", resalta Yuri, que metió más de 200 goles en el fútbol español.
Al igual que la gente trabajadora de Vallecas, el murciano también ha tenido que esforzarse por llegar a Primera. Tras pasar por las categorías inferiores del Real Madrid y Villarreal, se quedó sin equipo a los 19 años y regresó a Cieza, su pueblo natal, donde llegó a plantearse si realmente valía para el fútbol. Esto le obligó a buscar un trabajo para llenar las mañanas, ya que entrenaba con el equipo local por las tardes, pero no podía fichar por ningún club al ser el mes de octubre. El murciano estuvo trabajando en el campo, donde tomó conciencia de la realidad de la vida, tal y como relató en una entrevista en El País. "Aprendí de gente que debía mantener a su familia y trabajaba de sol a sol para que a fin de mes no tuvieran ni para pagar la luz", decía el futbolista. Todo ello le ayudó a realizar un cambio de mentalidad ya decidir que intentaría ser futbolista una última vez.
Prueba de este sacrificio es la imagen que Yuri recuerda al ARA: el abrazo que se dio con Isi en el balcón del Ayuntamiento de Ponferrada después de ascender a Segunda División. "Llegó un momento en que ambos nos pusimos a llorar. Fue una mirada, un abrazo de decir «Lo hemos conseguido». Hemos pasado malos momentos, pero ha merecido la pena", añade Yuri.
Un vídeo que el futbolista del Rayo envió hace unas semanas al jugador brasileño.
La importancia de saber parar a tiempo
Sin embargo, una vez ya en la élite, Isi vivió otro episodio que le hizo tener los pies en el suelo. La presión diaria le jugó una mala pasada. "No me sentía yo mismo ni estaba feliz. Estaba cansado, me dolía la cabeza, pensaba que tendría un infarto y moriría", confesó hace unos años en el podcast Vaya Vaina. Los hechos sucedieron en el 2023. "Solo dos o tres compañeros lo sabían, yo soy una persona muy alegre en el vestuario y venía aquí y me disfrazaba para fingir ser la misma persona. Eso es lo peor que hice porque retroalimentaba que estuviera peor", añadió a la SER.
El punto álgido fue en un Rayo Vallecano - Villarreal, cuando tuvo que salir del campo porque se encontraba mal. "Me dolía el brazo y no dormía por las noches, era una sensación muy rara. Me tomé una bebida energética antes del partido y me encontraba muy disperso durante el duelo. No quería que me pasaran el balón, estaba fatigado y miré a Francisco [el entrenador] para pedir el cambio", relata Palazón. Fue entonces cuando le contó a su familia que estaba yendo a terapia. Hacerlo público le ayudó a volver a estar bien.
El Rayo Vallecano, un club obrero que lucha contra grandes monstruos
Lejos de los focos mediáticos del Real Madrid y el Atlético de Madrid, el Rayo trabaja para intentar hacerse un agujero entre los grandes clubs. Vallecas se caracteriza por ser un barrio humilde y obrero que esta temporada está de celebración con el regreso a Europa. No será la primera vez que viajen por el Viejo Continente, ya lo hicieron en la temporada 00-01, pero la ilusión ha vuelto de la mano de jugadores como Isi, que juega en el club de la franja desde principios del 2020 y acumula 32 goles en 223 partidos.
El murciano relata algunas de las peculiaridades del Rayo Vallecano. "El primer año que estuve aquí me expulsaron en un partido ante el Elche y pensé que me caería una gorda. Salí del campo aplaudido", explica Isi. Para los Bukaneros, como se hace llamar el grupo de animación, lo que no es negociable es que sus futbolistas lo den todo dentro y fuera del campo. Luego, los errores forman parte del deporte. Un barrio que intenta no contaminarse del llamado fútbol moderno. "Yo pierdo un partido en Vallecas y me encanta quedarme por ahí tomando una cerveza con la gente del barrio, con mi familia… Y nadie me recrimina absolutamente nada", explicaba un Isi que siempre que puede intentar ayudar a la gente del barrio.
Pero lejos de ser todo bonito, los aficionados llevan años criticando la mala gestión de su presidente, Raúl Martín Presa. Prueba de ello es el estado del césped que se encontrará el Barça el domingo. Ysi, como uno de los capitanes, tiene contacto con el máximo dirigente. "La relación con él es algo complicada, pero hasta ahora creo que nos hemos entendido bastante bien, mejor de lo que me esperaba. Sin embargo, todavía queda un largo camino por recorrer, tenemos que mejorar muchas cosas del día a día y él lo sabe", confiesa.