"No podrán separarnos en la lucha del #SeAcabó"
Amanda Gutiérrez, presidenta del sindicato Futpro, que protege a las futbolistas en el caso Rubiales, habla con el ARA
BarcelonaLa actriz Alyssa Milano encabezó en octubre del 2017 los tuits con el hashtag #MeToo para denunciar públicamente las agresiones sexuales que las mujeres habían sufrido. El movimiento, que tuvo un especial impacto en Hollywood, se convirtió en una revolución en el mundo del cine, que puso especialmente el foco en el productor Harvey Weinstein. La futbolista Alexia Putellas encabezó en agosto de 2023 los tuits con el hashtag #SeAcabó como respuesta al discurso machista del entonces presidente de la RFEF, Luis Rubiales, después de que hubiera besado sin consentimiento a Jennifer Hermoso durante la entrega de medallas de la final del Mundial femenino de fútbol. El movimiento, que está empezando a provocar cambios importantes en el deporte español, se ha extendido de forma imparable a otras regiones del planeta.
La salida del sol ya se intuía cuando terminaron las intempestivas reuniones de la noche del 19 al 20 de septiembre durante la concentración de Oliva (Valencia), que sentaron las bases de un cambio profundo en el fútbol español. Una vez pactados los acuerdos vehiculados con la creación de una comisión mixta, las tres partes protagonistas –las mismas jugadoras, la RFEF y el Consejo Superior de Deportes (CSD)– atendieron a los medios para dar sus respectivas versiones sobre lo que había pasado. Pero quien lo hizo por parte de las futbolistas no fue una jugadora, sino Amanda Gutiérrez (Barcelona, 1991), presidenta de Futpro, el sindicato que las profesionales han escogido para que ejerza como portavoz y les asesore en el caso.
"El #SeAcabó es un movimiento completamente espontáneo y muy bonito. Es una demostración de que ahora no únicamente las futbolistas, sino todas las mujeres de nuestra sociedad, estamos unidas y vamos a la par. Es un momento en el que ni los medios de comunicación ni las instituciones podrán separarnos", asegura Gutiérrez al ARA. "Creo que el #SeAcabó ha tenido un gran impacto. No sé si igual que el #MeToo, pero está claro que ha tenido un impacto mundial. Las mujeres de todo el mundo se han unido para apoyar algo que lamentablemente sufren muchas y que debe acabar", añade.
El mismo trato que la selección masculina
Las históricas reuniones en Oliva, que se dieron después de una convocatoria a la que las jugadoras tuvieron que asistir de forma obligada –mañana a las 16 h, precisamente, la nueva seleccionadora Montse Tomé dará su segunda convocatoria–, según Gutiérrez, sirvieron "para poner los puntos de una forma más clara y darnos cuenta de que todos queríamos lo mismo y que, de forma constructiva, podemos conseguir que la RFEF sea mucho más inclusiva". El principal acuerdo alcanzado fue la creación de la comisión mixta –formada por las jugadoras, la RFEF y el CSD– que se encargará de asegurarse de que se realicen los cambios pedidos. "La existencia de esta comisión es algo muy positivo", considera la presidenta de Futpro. "Ayuda a acercar posturas, y a empezar a aplicar cambios que nos lleven a una estructura más igualitaria, que ayude a profesionalizar más la sección femenina. Creemos que es necesario crear algo así para que se apliquen cambios que hemos pedido y para recibir el mismo trato que la sección masculina", sigue argumentando.
Uno de los actores de estas conversaciones fue el CSD, que no empezó a mostrarse contundente con Rubiales hasta que finalizó la asamblea en la que él se negó a dimitir. Allí también dijo que la versión de Hermoso sobre el beso no era cierta. Cuando esto ocurrió ya hacía cinco días que se había jugado la final del Mundial, lo que lamenta Gutiérrez. "Desde mi punto de vista, habría sido muy positivo que la intervención del CSD llegara algo antes. En situaciones así es importante involucrarse desde el primer momento", apunta. De todas formas, admite que "el CSD siempre ha tenido una muy buena predisposición" y considera "que medió en un momento trascendental en el que las jugadoras necesitaban compromisos que no fueran meramente verbales." Así, la presidenta de Futpro asegura que "la intervención del CSD provocó que las jugadoras sintieran que recibían más garantías".
A la pregunta de si la reacción de las futbolistas, la sociedad y la política ante el beso de Rubiales a Hermoso ha comportado que otras jugadoras hayan denunciado hechos similares a Futpro, Gutiérrez dice que "la respuesta a esta pregunta es completamente privada". Pero aprovecha para afirmar que "cuando una persona está en una situación de agresión o acoso sexual, dar la cara no es una opción y, por eso, desde Futpro se busca que se sientan muy protegidas porque su problema es nuestro problema". El sindicato tiene un botón de denuncia anónima en su página web en la que cualquier futbolista o miembro de un cuerpo técnico puede denunciar acoso laboral, sexual o mobbing y decidir si se quiere identificar o mantener en el anonimato. La denuncia comporta que se abra un chat anónimo con Futpro y, a partir de ahí, el sindicato inicia todos los trámites necesarios para que se active el protocolo en el club en el que hayan sucedido los hechos.
El nuevo convenio colectivo
La lucha de la selección española no es la única en la que está inmersa Futpro. También es uno de los sindicatos que representa a las jugadoras en las negociaciones del nuevo convenio colectivo que provocaron una jornada de huelga en la Liga F. Gutiérrez admite que durante las reuniones con la patronal para desatascar la huelga únicamente "se habló del salario" mínimo anual, que se logró incrementar de los 16.000 a los 21.000 euros –22.000 y 23.000 para las dos temporadas siguientes–, pero añade que "hace meses que se habla de otros asuntos que preocupan a las jugadoras, como la maternidad y un mínimo de buenas condiciones de los terrenos de juego de nuestro país, que afectan a la imagen que se proyecta en el mundo de nuestra liga y provocan muchas lesiones en las futbolistas".