PRIMERA DIVISIÓN

Arthur Melo elige Girona para salir de un pozo de años inestables y malos hábitos

Arthur Melo busca renacer en Montilivi y salir del pozo de unos años movidos e inestables

Arthur Melo, en su presentación como futbolista del Girona
07/02/2025
3 min

GIRONACuatro de la madrugada. Calle del Corcho de Palafrugell. Un Ferrari sube a una acera y se estrella contra una farola. Ninguno de los ocupantes resulta herido, el coche tampoco sufre daños. Una patrulla de la policía local se avecina. Hace bajar al conductor. Detecta que circulaba bajo los efectos del alcohol. Hacen la prueba y el resultado no miente: 0,55 mg/litro de aire espirado. Al superar los 0,40, es un positivo penal. El conductor es Arthur Melo, flamante nuevo refuerzo del Girona. Era el 17 de agosto del 2020 y en ese momento el brasileño jugaba en el Barça. Tan sólo habían pasado tres días del 2-8 del Bayern en Lisboa.

Arthur, apartado por Quique Setién y en pleno descuelgue del club, había tocado fondo. Más tarde, reconocería que "muchas cosas que hacía no eran saludables". Llegó el Camp Nou en el 2018 procedente del Gremio como sustituto de Andrés Iniesta, pero con un perfil más parecido a Xavi Hernández. Tras un inicio ligeramente esperanzador, se marchó a los dos cursos en el famoso intercambio con Miralem Pjanic, de la Juventus, que permitió salvar las cuentas de ambos clubs. Fue una operación polémica que incluso la fiscalía de la Federación Italiana de Fútbol investigó por "plusvalías sospechosas".

En Italia mantuvo cierta estabilidad en los primeros dos años, pero en el tercer Arthur ya hizo las maletas hacia el Liverpool, donde las lesiones le maltrataron. Las crónicas explican que "es complicado encontrar una fotografía de Arthur con la camiseta del Liverpool". Solo disputó 13 minutos en un partido de Champions en Nápoles, en septiembre. Con el filial red, cuenta tres apariciones. De vuelta, de Turín fue a parar a Florencia, donde fue decisivo, jugando incluso en la final de la Conference League del pasado curso. Si ese Arthur es el que tendrá el Girona, el negocio será redondo.

Un esfuerzo económico

Porque como en la Juve no hay forma de que tenga oportunidad, aterriza en Montilivi con un contrato de seis meses. Inactivo desde mayo, espera encontrar la continuidad definitiva dentro de un equipo que lucha por entrar en Europa sin disponer de un organizador de juego desde el adiós de Aleix Garcia. A priori, su creatividad encaja con los ideales de Míchel Sánchez, muy satisfecho con su incorporación. El primer paso es positivo, porque el brasileño renuncia a parte de su salario por jugar en el Girona. "Por ganas no será", confiesa el jugador, que entiende el catalán y también se ha atrevido a hablarlo un poco, en un guiño a su nuevo club.

La clave de un movimiento que el Girona "no podía pagar el 1 de enero, pero a final de mercado sí, porque la otra parte está más necesitada", en boca del director deportivo Quique Cárcel, en una conversación con el técnico madrileño. "No es para hacerle la pelota, pero antes de llegar al Girona ya veía sus partidos. El año pasado todo el mundo hablaba y quise descubrir qué hacían. La verdad es que es el fútbol que a mí me gusta. Lo que me encanta. Y en este estilo puedo dar mi mejor versión", asegura Arthur, que en la rueda de prensa oportunidad de renacer deportivamente. Tiene 28 años y mucha carrera por delante.

"Necesitará un periodo de adaptación, y el tiempo es oro. Pero tengo plena confianza", admite Cárcel, también satisfecho de la nueva adquisición. El sábado, en Bilbao (16.15 h, Movistar), Arthur podría disputar los primeros minutos como rojiblanco. "Me encuentro bien, pero me falta ritmo. Aún no tengo el visto bueno del departamento médico, pero estoy empujando para que me lo den. Lo que quiero es jugar. Cinco o diez minutos. Lo que sea. Y en la posición que sea. Tengo muchas ganas de empezar". Ambas partes se emplazan en verano para hablar de una posible continuidad. "¿Por qué no?", se preguntan. "Lo difícil será mantenerle la ficha", apunta, con una carcajada, Cárcel, siempre pendiente de los números. "Pero no es imposible", avisa.

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